- Oh, si mal no recuerdo, la antigua casa de mis abuelos está por aquí... -Jughead sonrió, reconociendo parte de la calle por la que caminaban tomados de manos.
- ¿Y de quién es ahora? -cuestionó la rubia.
- No lo sé. -admitió Jughead mirando a su esposa. - Ellos se mudaron a La Toscana y la vendieron, pero cuando venía con mi padre siempre pasábamos y me decía "Mira Jug, ahí crecí yo".
Ella rió levemente ante eso.
- Es esa. -Jughead sonrió señalando una vieja casa, el frente de esta era de pierdas y se veía bastante desgastada.
- Wow, si que es vieja. -admitió la rubia.
- Lo es. -el sonrió. - Inicialmente era de los bisabuelos de mi padre...
Continuaron caminando y los ojos de Betty brillaron al ver un vendedor ambulante.
- ¡Juggie! -sonrió. - Yo quiero algodón de azúcar...
El sonrió al ver el brillo en su mirada y se acercaron juntos al vendedor. - Salve, potrei averne due per favore? -pidió Jughead al señor mientras tomaba la billetera de su bolsillo trasero.
Este asintió y le dedicó una sonrisa amable, tendiéndole los dos algodones de azúcar que Jughead pidió. - Sono 50 centesimi. -informó.
Jughead le dió un euro y le hizo una seña, pidiendo que le quitara importancia y se quedara con el cambio.
- Buona giornata. -el señor les sonrió y continuó caminando.
- Gracias Juggie. -sonrió la rubia cuando el le tendió el suyo.
- Pareces una niña, mi vida. -dijo algo divertido, pero le encantaba ver que su emoción fuera tal por algo, hasta el punto de parecer una niña.
Ella se sonrojó levemente y lo miró. - Es que me encanta. -admitió.
- Lo noté. -el respondió algo burlón.
- Juggie, ¿Y si pedimos un deseo en la fuente? -sonrió Betty señalando una fuente a unos cuantos metros.
El rió y asintió, entonces ambos comenzaron a correr hasta ella. Al llegar, Jughead tomó una moneda de su billetera y le tendió otra a su esposa.
- Primero tú, nena.
Ella sonrió, cerrando sus manos juntas con la moneda dentro. Cerró sus ojos y movió sus labios levemente como diciendo algo, y luego tiró la moneda al agua.
- Listo.
- ¿Que pediste? -cuestionó ella.
- No puedo decirte, Juggie. -le dió una mala mirada.
El rió y también cerró sus ojos pidiendo su deseo, segundos despues lanzó la moneda.
- Pedí otro hijo. -le informó a la rubia de forma algo seria.
Ella abrió sus ojos como platos y palideció. - Ni lo pienses Jones, soy capaz de tirarme al agua por esa moneda para que eso no ocurra. -amenazó seria.
- Me gustaría ver eso. -dijo burlón.
Ella rodeó sus ojos y metió sus dedos en el agua para salpicarle.
Jughead le dedicó una mala mirada e hizo lo mismo, y ambos comenzaron a tirarse agua entre risas.
Hasta que el se acercó a tomarla por la cintura. - Ya fue suficiente. -sonrió.
- ¿En serio pediste otro hijo? -ella preguntó mirándolo a los ojos. - ¿Quieres otro?
- No, nena, no era verdad. -rió. - Pero me gustó ver tu cara... Si tener tres es cansado, no quiero imaginar cuatro.
Ella dejó salir el aire. - Por un momento pensé que te estabas volviendo loco por querer otro hijo.
- Te amo, Betts. -murmuró en sus labios. - Estoy loco por tí.
- Yo te amo a ti, Jughead Jones. -sonrió dejando sus brazos en sus hombros. - Y también estoy loca por ti...
El rió levemente y unió sus labios en un beso apasionado, donde ambos se perdieron, disfrutando como siempre de esos lindos momentos.
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...