153 | Deja de mentir

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Jughead soltó una risa sin gracia y le hizo una seña a Betty para que entrara, luego cerró la puerta tras él.

- No quiero discutir, ni tampoco problemas con usted, señor Leone. -dijo con seriedad, sosteniéndose del espaldar de una silla remarcando las venas de sus brazos.

- ¿Entonces? -su ceño estaba fruncido. - Quiero una explicación, ahora.

- Franchesca vió a Betty queriendo entrar a mi oficina, mi secretaria no se lo permitió y lo entiendo, porque no la conocía. Pero ella. -señaló a Franchesca. - Le dijo que ya la había visto y que ella no podía estar aquí, como si no supiera quién es.

- Eso no es cierto, papi. -negó Francjesca fingiendo tristeza. - Es que no la reconocí.

- Oh, vamos. -Jughead rodeó sus ojos. - Por supuesto que la reconociste, pero aún así llamaste a los guardias para que se la llevaran.

- Si no la reconoció no es su culpa, Jughead. -su padre la defendió.

- Estoy 100% seguro de que si la reconoció, y es hora de que sepa toda la verdad acerca de su hija. Pero lo más destacado. -Jughead sonrió falsamente. - Su hija me ha acosado durante años, se me ha insinuado e incluso una vez me besó sin mi consentimiento sabiendo que yo estaba con Betty.

- Eso no-

Jughead la interrumpió. - Deja de mentir. -pidió el pelinegro. - No me interesa si no me cree, señor Leone, y por respeto es que jamás le dije nada y más porque yo puedo soportarlo, pero lo que no puedo soportar es que ella se meta con mi esposa. -dijo serio. - Ella merece respeto, es mi esposa, mi familia, y estoy seguro de que mi padre apostaría todo por ella antes que por Franchesca.

- Me parece una falta de respeto todo lo que dice acerca de mi hija. -dijo con molestia.

El se encogió de hombros. - Franchesca dijo que ella ya había visto a Betty por los pasillos antes de llegar a este piso, y Maríah está de testigo. -sonrió de lado y miró su esposa. - ¿Tu la viste al llegar?

- No. -Betty negó. - Entré directamente al ascensor y marqué este piso, luego de acercarme a la puerta de tu oficina y de que Maríah no me lo permitió, fue que Franchesca apareció.

- Hay cámaras que lo confirman alrededor de toda la empresa, y en el ascensor. Y además, la palabra de Maríah. -dijo Jughead.

Aunque el señor Leone se notaba aún molesto, poco a poco empezaba a destensarse, al parecer comenzaba a creer. - Quiero ver las cámaras.

- Bien. -aceptó Jughead.

- ¿Ve que no le miento? -Jughead señaló la grabación de Betty entrando a la empresa directamente al ascensor, tal y como dijo.

Alessandro suspiró y pasó su mano por su cara, luego miró a su hija y toda la furia estaba concentrada en ella.

- Tu y yo hablaremos seriamente. -la señaló y luego devolvió su atención a la pareja. - Lo siento mucho por todo esto, me encargaré de que nada así vuelva a pasar. -se disculpó.

- Eso espero. -Jughead entrelazó su mano con la de su esposa. - Nosotros nos iremos, nos vemos luego, señor Leone.

- Salúdame a tu padre, Jughead. -le pidió y este asintió.

Ambos salieron de la habitación de vigilancia, donde habían pantallas de video de todas las cámaras de la empresa y se dirigieron al ascensor.

Jughead marcó el primer piso y miró a su esposa acariciando su mejilla.

- Gracias por defenderme Juggie. -ella lo miró con ese típico brillo en sus ojos.

- Por tí lo que sea, mi amor. -dejó un beso en sus labios y la abrazó.

El ascensor se abrió y ambos salieron de ahí tomados de la mano, para luego ir a la casa de los padres del pelinegro.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora