60 | Para de crecer

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Betty despertó el viernes bastante temprano, abrazada a su novio. Se removió entre sus brazos para alcanzar su teléfono y apagar la alarma que no dejaba de sonar.

Besó la mejilla de Jughead repetidas veces y sabiendo que el estaba despertando, le habló al oído.

- Juggie, dejame levantarme. -rió.

- Un rato más, nena. -el le pidió.

- Las niñas tienen escuela. -rió negando. - Y además iré a darle a Sarah su regalo. -explicó.

- Ay, cierto. Déjame despertar a Val antes, para que ella le de nuestro regalo también, ¿Si?

Betty asintió. El entró al baño a lavarse la cara y los dientes. Cuando salió para comenzar a vestirse ya que solo tenía boxers Betty entró al baño a repetir lo mismo.

Salieron juntos de la habitación y el se apresuró a despertar a Valerie.

- Val, princesa. -removió a la pelinegra. - Hoy cumple Sarah, ven para que le des su regalo. -le pidió.

La niña rubia se encontraba durmiendo en la segunda habitación de invitados.

Valerie abrió sus ojos y asintió levantándose.

- Iré al baño. -le informó a su papá.

- Bueno, iré a hacer el desayuno mientras tanto. Betty está con Sarah.

- Sarah, linda. -Betty despertó a su hija besándole toda la cara y haciéndole algunas cosquillas.

Esta despertó con risas y al abrir sus ojos sonrió al ver que su madre dejó en sus pies sobre la cama algunas bolsas de regalo, y que junto a ella había un pastel.

- Feliz cumpleaños, mi amor. -besó la frente de la niña abrazándola. - No puedo creer todo lo que has crecido. -murmuró. - Ya para de crecer. -hizo un puchero mirándola.

- Gracias mami. -sonrió. - Pero no puedo hacer eso. -negó.

- Mira, esta es la sorpresa que te dije. -explicó, tendiéndole una bolsa grande. - Ábrela. -le pidió.

Ella inmediatamente lo hizo, revelando todas las batas de seda que Betty y Veronica confeccionaron.

- Mami... Son hermosas.

- Son para tus amigas... -le explicó. - Pero esta. -tomó otra bolsa. - Es la más importante. -se la tendió.

Al abrirla y tomar el contenido, miró con sorpresa que lo de ella era totalmente personalizado y distinto a lo que sería para sus amigas.

- Es dorado. -dijo viendo el bañador. - Que hermoso mamá. -sonrió.

- También te hicimos una pijama cin tela de bailarinas. -rió enseñándosela. - Para que uses hoy en la noche.

- Gracias mami.

Dos toques sonaron en la puerta, y cuando Betty permitió el paso, Valerie abrió la puerta, escondiendo algo tras ella.

- Feliz cumpleaños Sari. -inmediatamente se acercó a su mejor amiga con una sonrisa para abrazarla fuertemente. - Toma. -le tendió la bolsa, con las mejillas algo sonrojadas.

- Gracias Val. -dijo abriéndola.

Tomó de adentró un libro. - Es un libro para diseñar, tiene hojas con distintos estampados y lo mejor es que es para diseñar trajes de ballet... Se que son tus dos cosas favoritas. -explicó.

Sarah la miró sonriente y la abrazó. - ¡Que lindo! Y mira. -tomó el regalo de su mamá. - Mi mamá lo hizo. Y uno de estos es para ti. -señaló los demás. - Elige el bañador que más te guste.

- Que bonitos. -Valerie dijo sonriendo. - ¡Todas estaremos igual!

- ¡Si!

- Bueno. -Betty rió levantándose. - Vayan a arreglarse, que tienen que ir a la escuela. Las esperamos abajo para desayunar. -dijo saliendo de la habitación.

Al llegar a la cocina, abrazó al pelinegro por detrás y besó su mejilla.

- Ve a arreglarte, mi vida. Ya estoy por terminar esto y luego iré yo. -Jughead le informó.

- ¿Y me acompañas? -le preguntó en voz baja.

El rió y negó. - No, nena. Esperaré a que tu ternines de ducharte para entrar yo. -explicó.

- Ay, aburrido. -se quejó alejándose.

Jughead soltó una carcajada mientras negaba.

Cuando las niñas bajaron a desayunar, Sarah se sorprendió al ver que Jughead había preparado su desayuno favorito.

Aunque Betty se quejó un poco, a Sarah le encantó ver el plato con sus frutas favoritas, crema de chocolate y un vaso de zumo de naranja.

- Gracias Jug. -se acercó a abrazar al pelinegro.

- Feliz cumpleaños, pequeña. -como siempre hacía, acarició su cabello y le tendió un pequeño ramo de flores. - Se que te gustan.

Ella las tomó. - Gracias. -repitió. - Que lindas.

- Val me ayudó a elegirlas. -le explicó y la nombrada asintió con suficiencia mientras sonreía.

Sarah y Betty rieron ante eso, y todos se sentaron a comer en la mesa.

Al terminar, Betty llevó a su hija a la escuela. Al dejarla en la entrada, besó su mejilla.

- Que te vaya bien, mi niña.

- Te amo mami.

- Y yo a ti. -sonrió, y la niña caminó a la entrada.

Betty rió al ver como una de sus amigas la recibió con un abrazo y un regalo, deseándole un feliz cumpleaños.

Luego se subió de nuevo a su auto, para regresar a la casa del pelinegro, donde le esperaba una larga mañana organizando todo para la tarde y noche junto a las amigas de su hija.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora