83 | Nochebuena

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- B-bueno, niñas. Si ustedes quieren, a mi no me importaría... -Jughead admitió, intentando mantener la calma y miró a la rubia, quién jugaba con sus manos nerviosa.

El entrelazó sus manos con las de la rubia para que dejara de moverlas y la miró.

- ¿Y tú, Betts?

Ella tomó una profunda respiración y también sonrió. - Yo tampoco. -murmuró. - No tengo ningún problema si quieren eso, lindas.

- Si queremos. -ambas se miraron sonrientes.

Al fin su plan habían funcionado.

- ¿Entonces puedo decirte... Mamá? -Valerie le preguntó a la rubia.

Betty la miró y sonrió de lado, con sus ojos levemente cristalizados. La atrajo a ella para abrazarla y acarició su cabello. - Si, puedes. -dijo en un susurro.

- ¿Y yo? -Sarah miró a Jughead. El tragó en seco y soltó una risita.

- Por supuesto que puedes, pequeña. -admitió mirándola. - A partir de hoy, seré tu padre, y eso va mucho más allá de tu adn. -sonrió de lado.

- Bueno, no entendí eso. -admitió con una mueca. - Pero te quiero, papá. -lo abrazó.

El sintió una felicidad inexplicable al escuchar aquello y acarició su cabello. - También te quiero, Sarah.

- Te quiero, Val. -murmuró Betty a la pelinegra en medio de su abrazo.

- Y yo, mamá. -ella sonrió, sintiéndose segura entre sus brazos.

Cuando las niñas se separaron y volvieron a lo que hacían, alejándose de los adultos como si nada hubiera pasado y ellos se miraron.

Ambos rieron levemente y el pelinegro se acercó a limpiar las lágrimas de su novia. - Creo que las niñas planearon muy bien las cosas. -admitió divertido mirándola, murmurando para no ser edcuchado por ellas.

Betty rió de nuevo y lo miró a los ojos. - Nunca pensé que esto pasaría así. -admitió.

- Somos una familia. -afirmó, entrelazando sus manos. - Y te amo con mi vida, Elizabeth.

Ella sonrió y se acercó a besar sus labios para luego abrazarlo. - También te amo, Jug. -ella dijo en su oído.

Las próximas horas, mientras terminaban con la decoración de la casa, las cosas fueron un poco... Extrañas.

Y no, a ninguno de los adultos le desagradaba lo que había pasado con las niñas, simplemente debían acostumbrarse a aquello.

Despues de todo, ahora si parecían una familia de verdad, totalmente unida. Y eso, era un gran paso y un cambio significativo para todos.

- Mamá. -Valerie se acercó a Betty, hablando muy normal, como si ella siempre la hubiera llamado así.

Betty bajó su mirada sonrojada pero luego la miró sonriendo. - ¿Si, linda?

- ¿Te ayudo con la cena? -le preguntó, sentándose ne la mesada. - Mi abuela me enseñó a hacer algunas cosas.

- Bueno, yo no sé hacer nada. -admitió Sarah llegando junto a la pelinegra. - Pero podrían enseñarme.

Betty sonrió. - Claro. -asintió.

- Yo también quiero. -Jughead bajó las escaleras luego de darse una ducha, cosa que notaron al ver su cabello húmedo y despeinado destilando algunas gotas de agua.

- Bueno, entonces ustedes deberían hacer la cena y yo dormir, ¿Que opinan? -Betty preguntó divertida.

Las niñas negaron rapidamente.

- No. -Jughead entró a la cocina y la abrazó. - La haremos todos juntos. -besó su mejilla.

- Bueno, entonces a preparar el pavo.

- ¿Pavo? -Valerie alzó una ceja. - Mi abuela hace pasta.

- Ah, porque eso es lo tradicional en Italia, linda. -Jughead le sonrió. - ¿Que les parece preparar las dos cosas? Para Betty y Sarah nuestra pasta. -miró a Valerie. - Y para ti y para mi el pavo.

- ¡Ay si! -Sarah sonrió. - Sería la primera vez que no como pavo en navidad. -Sarah dijo sonriente.

Betty soltó una risa. - Bueno, entonces eso haremos. Sarah, ven conmigo.

Mientras preparaban todo, Betty y Sarah estaban en la mesada, y Jughead y Valerie en la cocina, la niña sobre una silla para llegar hasta la olla donde preparaban la salsa y batir circularmente.

- Lento, Val. -Jughead le pidió mientras le ponía otra pizca de sal. - La abuela te lo explicó muchas veces.

- Lo sé, papi. -la niña suspiró. Jughead sonrió mirándola y besó su mejilla.

- Mami, ¿Puedo cortar los vegetales? -le preguntó Sarah a su madre.

- No, podrías cortarte. -negó, y luego tomó tres limones, cortándolos a la mitad. - ¿Por qué no los exprimes en una taza? -le sonrió.

Ella asintió y los tomó, llevando a cabo la tarea que le había pedido su madre.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora