173 | Más que mucho

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- Ya tu cumpleaños está cerca, Sarah... -Fp le sonrió a su nieta. - ¿Planeas hacer algo?

Ella asintió limpiando la comisura de sus labios. - Le dije a papá que quiero conocer Paris. -admitió.

- Oh, Paris es hermoso. -Gladys sonrió. - Su abuelo y yo hemos viajado muchas veces allá, ya saben, la ciudad del amor... -dijo coqueta y todos en la mesa rieron.

- Aún lo estoy pensando. -Jughead señaló a su hija rubia. - Así que no te ilusiones por ahora, recuerda que están castigadas.

Ella asintió lentamente y bajó la mirada... No era el mejor momento para mencionar el campamento, así que decidió quedarse callada, y en pocos segundos los adultos de la mesa iniciaron una nueva conversación.

- Gladys y yo estábamos pensando que sería buena idea pasar navidad y noche buena en Italia de nuevo, todos juntos. -Fp explicó cortando un trozo de carne en su plato. - Nosotros queremos viajar las primeras tres semanas de diciembre, aunque aún no sabemos a donde, y luego iremos a Italia entre el 20 y el 23 de diciembre.

- Esa idea me gusta. -Betty sonrió. - Las fiestas de hace dos años en Italia fueron hermosas.

Jughead también sonrió mirando a su esposa. - Bueno, entonces podríamos repetirlo. -el asintió y miró a sus hijos. - ¿Que opinan?

- ¿Esta vez si me vas a enseñar a montar caballos? -cuestionó Marco a su padre.

El rió y asintió. - Claro, campeón. -luego llevó su mirada a las más grandes. - ¿Y ustedes? ¿Por qué están tan calladas? -cuestionó confundido.

Ambas cruzaron miradas y sabían que estaban pensando exactamente lo mismo, si se iban a Italia, tal vez eso reduciría aún más las posibilidades de que sus padres las dejaran ir al campamento.

Por supuesto que querían ir a Italia, ambas lo amaban, y les encantaba la idea de estar de vacaciones con su familia completa, pero también querían con todas sus fuerzas tener la oportunidad de ir al campamento.

Valerie fue la primera en asentir. - Si quiero, papá. -le sonrió levemente.

Sarah también asintió. - Y yo.

- ¿Seguras? -Jughead preguntó. - No las veo tan emocionadas.

- Lo estamos. -Valerie sonrió mirando a su hermana, pidiéndole con la mirada que le siguiera el hilo. - Solo es que faltan aún como dos meses para esperar.

La rubia menor asintió de acuerdo. - Exacto.

Jughead asintió entendiendo. - Es cierto, tampoco me gusta esperar, pero debemos hacerlo. -les sonrió.

Betty salió del baño con su pijama de seda blanca y vió a su esposo recostado bajo las mantas esperándola para dormir luego de volver de la mansión Jones.

- Juggie. -Betty llamó la atenció de su esposo mientras se acomodaba bajo las mantas. - Te amo muchote.

El rió levemente confundido. - ¿Muchote?

- Mhm. -ella asintió escondiéndose contra su pecho.

- ¿Que es muchote? -cuestionó el acariciando su cabello.

- Más que mucho. -ella dijo obvia.

- Oh... -el dejó un beso en su frente y cerró los ojos. - Entonces yo también te amo muchote. Duérmete, mi amor.

- Descansa bonito Juggie.

- Descansa nena.

- ¡Buenos días familia! -exclamó Valerie entrando a la habitación de sus padres, con sus dos hermanos siguiéndola.

Se recostaron a orillas de la cama, observando como ambos adultos se removían despertando, pero sin separarse de su abrazo.

- ¿Que hacen aquí? -se quejó Jughead cerrando sus ojos escondiendo su cabeza bajo la manta.

Betty rió intentando abrir sus ojos por completo y acarició su cabello.

- Es casi mediodía y ustedes siguen en la cama sin despegarse. -Sarah los señaló. - Tienen tres niños que atender. -dijo sonriendo con inocencia, refiriéndose a ella y a sus hermanos.

Jughead salió de debajo de la manta y la miró serio. - Ustedes son grandecitas ya, vayan a hacerle desayuno a su hermano y de paso a nosotros.

Marco asintió. - Yo se los dije. -las miró obvio. - Pero ellas insistieron en despertarlos.

Valerie se recostó en la cama separando a la pareja para estar en medio. - Se me antojó dormir, Sarah ve tu a prepararnos desayuno. -la pelinegra señaló la puerta.

Sarah la miró indignada y también se recostó junto a ella. Marco se encogió de hombros e imitó la acción.

- Increíble. -Jughead se quejó levantándose de la cama solo con unos pantalones y tomó su camisa de una silla cercana a la cama. - Ni abrazar a mi mujer puedo ya.

La rubia mayor soltó una risa acurrucándose con sus hijos y cerró sus ojos. - Luego me abrazas, ahora como te levantaste irás tú a preparar el desayuno.

- Claro. -Jughead dijo con sarcasmo y rodeó sus ojos.

- ¡Te amo! -Betty exclamó cuando el entró al baño.

- Yo no. -el respondió dentro de este, y todos rieron.























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