193 | Fiesta

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Los días siguientes fueron relativamente normales para la familia.

Ya las vacaciones de Sarah, Valerie y Marco habían acabado y ahora debían volver a la escuela, así como las dos hermanas a sus clases regulares de Ballet.

Betty iba cada día al estudio como siempre y Jughead junto a su padre se estaba encargando de ajustar todas las cuentas de la empresa buscando estabilizarla, así como también se encargaban de encontrar alguna prueba para poder meter a la cárcel a Enzo y a la ex asistente de Jughead.

Además también estaban buscando clientes, por supuesto, pero estaba siendo difícil porque luego de lo que se dijo de la empresa en las noticias nadie estaba 100% confiado con ella. Aún no se había hecho público que Jones Company había hecho sociedad con la empresa de los Ferreira, pero estaban planeando sacarlo a la luz de la mejor forma, ya que eso representaba volver a tener buenas ofertas de clientes y negocios.

Los tres hermanos volvieron en la tarde a la casa luego de sus clases, encontrándose con solamente Jughead en la casa ya que Betty seguía en el estudio.

- Hola. -sonrió al verlos. - ¿Que tal les fue?

Ellos dejaron sus bolsos en el sofá de la sala y se acercaron a su padre. - Bien... -Valerie sonrió levemente.

El frunció el ceño. - ¿Supongo que no tan bien? -enarcó una ceja.

- Es que los chicos fueron al pacific park, pero bueno...

- No pueden ir. -Jughead suspiró. - Lo siento, mis amores, les prometo que esto se acabará rápido. -dijo abrazando a Valerie.

Sarah asintió. - Está bien, papi, no pasa nada... -le quitó importancia.

Ellas subieron las escaleras a su habitación y Jughead tomó a Marco dejándolo sobre la encimera. - ¿Y a ti que tal te fue, campeón?

- Bien, papi. Quería preguntarte algo. -sonrió.

Jughead sonrió mirándolo curioso. - Dime.

- ¿Será que... Que puedo entrar al equipo de tenis de la escuela? -cuestionó. - Los niños también pueden jugar. -explicó rapidamente.

El pelinegro mayor soltó una risita. - Claro, pequeño, si tu quieres puedes hacerlo.

- Es que tendría que comprar el uniforme, y la raqueta. -hizo una mueca.

Su padre asintió. - No te preocupes por eso, yo me encargaré y apenas lo tenga podrás entrar al equipo, ¿Si? Mientras tanto puedes pedirle a otros chicos que te vayan enseñando, ¿Que te parece?

- ¡Si, papa! Que buenda idea. -sonrió. - Gracias.

Jughead besó su frente. - No hay de qué, campeón. -dijo despeinando su cabello negro.

Mas tarde ese día, antes del anochecer, Betty llegó a casa con sus dos hijas, ya que Jughead las dejó en la academia para su clase y Betty las buscó dos horas después.

La rubia se acercó a su esposo y besó sus labios, luego a su hijo, que veía tele en el sofá de la sala y dejó un beso en su mejilla.

Las dos chicas se quedaron en el sofá con su hermano, Val y Marco mirando la tele mientras que Sarah miraba su teléfono. Jughead y Betty se fueron juntos a la cocina.

- Quiero chocolate. -Betty hizo un puchero al no encontrar chocolates en la alacena.

El soltó una risita mientras respondía un mensaje en su teléfono.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora