165 | Mariposas

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Eran las 11:28 PM, y en todas las habitaciones de la mansión Jones estaba pasando algo distinto.

En la de Marco, el se encontraba profundamente dormido en su cama.

La de Valerie... Estaba vacía.

En la que estaba justo a un lado, se encontraba Sarah mirando una película, intentando no dormirse, pues estaba esperando a su hermana un poco ansiosa y preocupada.

Y en la habitación principal estaba nuestra querida pareja, con la puerta cerrada con traba y ellos en la cama. Y no precisamente durmiendo.

- Jug. -Betty jadeó levemente tirando su cabeza hacia atras ante los besos mojados de su esposo en su cuello. - Pensé que habías llegado super cansado del trabajo... -ella murmuró.

Ambos habían estado durmiendo, hasta que ella despertó sintiendo los besos de su esposo.

- Dormí una hora y cargué mis baterías. -dijo algo divertido. Luego se acercó a su cara y la miró a los ojos. - Y ahora no tengo sueño... ¿Quieres ayudarme con eso? -cuestionó, jugando con la liga de las bragas de Betty luego de subir la camiseta de el que tenía puesta hasta su abdomen.

Ella relamió sus labios y lo besó, lo cual el tomó como un sí.

Bajó sus bragas aún sin separarse de ella, sin dejar de besarla de forma un tanto apresurada, pero segundos despues se separó para quitarle la camiseta dejándola desnuda en menos de un minuto.

El, que estaba sin camisa se levantó y quitó sus pantalones y boxers con desespero, para luego volver sobre ella y unir sus labios una vez más.

Metió sus dedos entre los labios vaginales de su esposa, haciendo que ella se separe de sus labios para tomar una profunda y temblorosa respiración.

- Juggie. -jadeó mirándolo.

El sonrió de lado y metió uno de sus dedos, comenzando a moverlo dentro de ella, solamente para prepararla para lo que seguía.

Se inclinó a la mesita junto a la cama y tomó un condón de la gaveta pero estuvo otros segundos dándole palcer con sus dedos antes de ponérselo.

Cuando cubrió su miembro erecto con el preservativo, tomó las manos de su esposa sobre su cabeza y con su mano libre lo guió a su entrada, sin dejar de mirarla a los ojos.

Ella estaba mordiendo su labio inferior, dándole una mirada cargada de placer que le decía que podría hacer con ella lo que quisiera.

Entró en ella haciéndola jadear con placer, mirando como tiraba su cabeza hacia atrás y lo atraía lo mayor posible a ella con sus piernas alrededor de él.

Mientras tanto, no tan lejos de la mansión Jones, Valerie disfrutaba de una fiesta un tanto descontrolada con sus amigos.

De hecho, se encontraba en el mismo sector, donde habían mayormente gigantes casas y lujosas mansiones.

Se había tomado un minuto en una de las habitaciones para responder una llamada de su hermana asi que cerró la puerta tras ella para silenciar un poco la música alta.

- Si, Sari. Aún quedan 10minutos. -le dijo.

Sarah suspiró. - Bien, por favor no tardes más, no quiero dormirme hasta que llegues. -le pidió en un bostezo.

Valerie sonrió levemente y asintió. - Está bien, hermanita.

Su hermana rodeó sus ojos con diversión. - Chau tonta. -se despidió y cortó la llamada haciendo reír a la pelinegra.

En eso la puerta se abrió un poco y Valerie miró a su mejor amigo.

- Te estaba buscando. -el admitió cerrando la puerta tras él luego de entrar. - ¿Que haces aquí?

- Hablaba con Sarah, aunque la verdad usé eso como excusa para poder alejarme de Allison... -admitió rodeando sus ojos con fastidio. - No la soporto.

El rió acercándose. - Ni yo, pero forma parte del grupo. -se encogió de hombros.

- Bueno. -ella lo miró. - Aún tengo diez minutos más para disfrutar... ¿Vamos a bailar? -cuestionó sonriendo.

El desvió su mirada y respiró profundamente. - No, quería hablar contigo. -murmuró y luego volvió a mirarla a los ojos. - Quiero decirte algo.

Valerie lo miró atentamente, esperando a que hablara, pero el se notaba algo nervioso.

- ¿Harry? -preguntó con una ceja enarcada, aún esperando su confesión.

El nombrado relamió sus labios y bajó su mirada a los labios de ella, y de un movimiento rápido la tomó de las mejillas y estampó sus labios contra los de ella.

La pelinegra se sorprendió, pero no le tomó mucho relajarse y cerrar sus ojos para luego abrir sus labios y continuar el beso sin queja alguna.

El sonrió tomándola de la cintura, y entre besos la apegó a la pared tras ella, sin parar de mover sus labios de manera apresurada.

Ella metió sus curiosas manos bajo la camiseta del castaño, tocando su abdomen duro y marcado, entonces Harry la tomó de los muslos y ella enrrolló sus piernas alrededor de su cintura.

Estuvieron besándose un rato así, con él teniéndola de los muslos, disfrutando del momento y olvidándose de que tras esa puerta había un montón de adolescentes, o de que a medianoche ella debía volver a casa porque estaba escapada.

Lo único que se escuchaba era el chasquido de sus labios, y sus respiraciones agitadas, entonces Harry se sentó en la orilla de la cama de aquella habitación con la pelinegra en su regazo.

Cuando lograron separar sus labios se miraron a los ojos un tanto apenados, las mejillas de ambos estaban levemente rojizas y Valerie por un momento sintió las típicas mariposas al mirarlo.

El la miró con una sonrisa. - Me gustas mucho, Val. -confesó en un murmuro.

Sus mejillas se sonrojaron aún más y sonrió de la misma forma. - Y tu a mí. -admitió.

El la besó de nuevo, pero menos de cinco segundos despues ella se alejó exaltada y tomó su móvil para mirar la hora. - ¡Ya debo volver!

Harry sonrió de lado. - ¿Solo en eso pensabas?

- No. -ella negó apenada. - De hecho lo había olvidado... ¿Podrías llevarme?

- Claro. -el asintió acariciando su mejilla. - Vamos.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora