16 | Comida italiana

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Betty bajó las escaleras luego de revisar que su hija estuviera durmiendo bien, dejando la puerta de su habitación abierta.

- Ya llegó. -le informó a Veronica. Ella sonrió.

- Ya lo sabes, solo deja que todo fluya. -le recordó. - Y estás hermosa. -le guiñó un ojo.

La rubia soltó una risa y abrazó a la pelinegra para luego salir de la casa. Y vió a Jughead esperándola contra su auto deportivo, con la puerta del copiloto abierta.

Iba de traje negro, y lo único que Betty pensó al verlo era que estaba realmente guapo.

Ella se acercó y al llegar a él, Jughead acarició su mejilla. - Estás hermosa. -murmuró y se inclinó para dejar un beso en la comisura de sus labios.

- Gracias. -susurró con las mejillas levemente rosadas.

El rió bajamente. - ¿Nos vamos?

Betty asintió y el tomó su mano para ayudarla a subir al auto, y luego cerró su puerta. Dió la vuelta a este y se subió en el asiento del piloto, cerrando la puerya también.

- ¿A donde iremos? -ella le preguntó.

- Espero que te guste la comida italiana, porque iremos al mejor restaurante italiano de Los Angeles.

Ella asintió. - Me encanta.

- Bueno, probarás un pedacito de Italia. -le guiñó un ojo.  - Mi familia es cercana a los dueños del restaurante desde hace mucho, y son italianos. Ahí la comida es realmente buena.

- Bueno, considerando que viviste en Italia, te creo. -ambos rieron.

Al llegar, el la guió de la cintura a la entrada luego de abrirle la puerta del auto.

- Buenas noches, tengo una mesa reservada. -le informó al chico de la entrada que vestía de negro.

- Claro, pase adelante señor Jones. -aceptó, abriendo la cinta roja para que el entrara junto a la rubia, pues ya lo conocía.

- Veo que te conocen. -ella sonrió.

- Si, a Valerie le encanta comer aquí. -asintió. - Además los dueños la aman. -soltó una risa.

- Cualquiera lo haría. -asintió. - Es una niña muy simpática. -admitió y al llegar a la mesa, Jughead le rodó la silla.

Betty se sentó en esta y luego el frente a ella.

Un camarero se acercó a ellos con una libreta en sus manos y dos cartas. - Buenas noches. -les dejó la carta del menú a cada uno. - ¿Que desean ordenar?

Jughead levantó la mirada. - Tráenos Carpaccio, por favor. -pidió.

- Por supuesto. -el asintió anotando. - ¿De plato fuerte?

- Yo quiero risotto. -pidió la rubia, luego de leer la carta. Jughead sonrió mirándola.

- Igual yo. -asintió. - Y por favor, traenos el mejor vino que ofrecen. ¿Quieres vino? -le preguntó a la rubia y ella asintió.

Jughead cerró la carta y se la entregó al camarero igual que la rubia, cuando este terminó de anotar todo su pedido.

- Bien, eso es todo por ahora. Muchas gracias.

El camarero inclinó su cabeza un poco. - Con permiso. -dijo y se retiró de ahí.

- Elegiste bien, dejame decirte. -el sonrió. - Me atrevo a decir que lo mejor que hacen aquí es el risotto.

Ella sonrió. - Cuéntame, Jug. ¿Solo viviste tres años en Italia?

El sonrió. - Nací en Italia. -admitió. Ella enarcó una ceja.

- ¿De verdad? -el asintió.

- Toda mi familia es Italiana. -explicó. - Mis padres también y yo nací allá. Viví aproximadamente hasta mis 10 años allá, y luego nos mudamos aquí cuando mi padre extendió la empresa empresa familiar.

- ¿Y de que es la empresa?

- Bueno, en mi familia hay muchos arquitectos e ingenieros, incluyéndome. -explicó. - Soy arquitecto.

- Cada vez me sorprendes más, eh. -el soltó una pequeña risa.

- Y tenemos construcciones alrededor de todo el mundo, de eso es la empresa. Bueno, vivo aquí en Los Angeles desde que tengo 10 años, y años despues, cuando Valerie tenía 3 años me fui de nuevo a Italia con mis padres porque me necesitaban allá. Y como sabes, hace unos meses volvimos aquí, aunque durante esos tres años viajaba constantemente de aquí para allá. -se encogió de honbros.

- Tu vida suena interesante, he de admitir. -sonrió mirándolo.

En eso llegó el camarero con una botella de vino, una hielera y dos copas.

Les sirvió un poco de vino a ambos. - En un momento llega el Carpaccio.

Ellos asintieron. - Gracias. -Betty dijo y el se retiró de nuevo.

- Pero en fin... Ahora háblame de ti. -el pidió, con interés.

Betty suspiró. - Bueno, como te dije, mi familia es difícil. -hizo una mueca. - Nada interesante durante toda mi vida. Lo único que puedo decir es que siempre me interesó la moda, el diseño y todo ese mundo, de verdad me apasionaba...

- Se nota. -dijo divertido.

Betty rodeó sus ojos con diversión y continuó. - Cuando tenía 16 años tenía un novio... Y me enteré que estaba embarazada. Se lo dije y huyó.

- No sabe lo que se perdió, eh. -el negó. - Estar con una hermosa chica como tú, y además criar a Sarah, que es una niña increíble. Supongo que algunos no saben valorar lo que tienen.

- Eso fue lindo. -ella rió y Jughead se sonrojó levemente. - Bueno, luego de que el se fue, no me quedó más que decirle la verdad a mis padres, los cuales me echaron de casa. Desde entonces no se de ellos, solo he visto a mi madre una vez.

- Lo siento tanto, Betts. -el dijo, dejando su mano sobre la de la rubia en la mesa.

Ella bajó la mirada. - Me encontré con ella en el centro comercial, Sarah tenía tres años... Mi madre intentó disculparse y se sorprendió mucho al verla, pero no le permití acercarse.

- No lo merece, si no te ayudó cuando lo necesitaste.

- Veronica lo hizo. -sonrió de lado. - Sus padres me dejaron quedarme con ellos, y de verdad fueron como una familia para mi, en esos momentos difíciles. Entonces Ronnie y yo decidimos comenzar nuestro proyecto.

- B&V. -el dijo el nombre de su marca y Betty rió asintiendo.

- Exacto. -asintió. - Y bueno, al principio si fue dificil, pero luego comenzaron a llegar clientes importantes, y la marca tomó impulso. Y ahora tengo una hija hermosa y una buena vida... -se encogió de hombros.

- Eres muy fuerte, y lo fuiste aún con 16 años. -el admitió. - Un ejemplo a seguir...

- Gracia, Jug. -murmuró sonrojada y el sonrió.





Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora