183 | Rutina

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El lunes llegó, el último día de la familia Jones en París. Ese día en la noche volverían a los Ángeles, pero por supuesto, la pareja tenía algo importante que hacer antes de volver.

Se encontraban caminando por las calles de Paris, justo junto al río Sena, pero de un momento a otro, los tres hermanos se quedaron atrás dejando a la pareja caminar sola.

- ¿Por qué se quedaron, Juggie? -preguntó Betty viendo hacia atras donde sus hijos estaban sentados en un banco.

El sonrió. - Porque tenemos algo que hacer. -dijo guiándola al Puente de las Artes que pasaba justo sobre el río.

De su bolsillo sacó un candado y una llave y los ojos de Betty brillaron. - ¿Ustedes planearon esto? -sonrió tomando el candado.

El soltó una risita. - Tengo que admitir que fue idea de las chicas. -confesó.

Betty sonrió. - Y tiene nuestras iniciales. -sonrió pasando la yema de sus dedos por las iniciales de ambos talladas en el metal del candado.

Jughead sonrió, metiendo el candado entre una de las rejillas y le dió la llave a Betty. - ¿Me haría el honor, señorita Jones?

- Por supuesto que sí, señor Jones. -ella respondió de la misma forma y le pasó llave al candado.

Luego el la abrazó con fuerza escondiéndose en su cuello. - Te amo demasiado, mi amor, eres el amor de mi vida. -se alejó para mirarla a los ojos tomándola del mentón. - Gracias por darme tu amor, y una increíble familia.

Los ojos de la rubia se cristalizaron. - Gracias por confiar en mí para formar una familia, por dejarme entrar a tu vida y a la de Val, y por ser el mejor padre que nuestros tres hijos podrían pedir. Te amo mucho más Juggie.

El la tomó del cuello besándola con amor y algo de pasión. Cuando se separaron unieron sus frentes y sonrieron.

- ¿Tiramos la llave? -le preguntó Jughead.

Ella asintió y sin decir nada, aventó la llave al río con todas sus fuerzas, abrazándose a él de nuevo, sintiéndose, como siempre, segura entre sus brazos.

Entrelazaron sus manos, caminando por donde llegaron con la intención de buscar a sus tres hijos, pero ambos soltaron una risa cuando los vieron al inicio el puente.

Sarah tenía su móvil en mano captándoles fotos a sus padres, mientras Valerie y Marco tras ella daban leves saltos haciendo corazones con sus manos.

- Que bello es el amor. -Sarah hizo un puchero.

Betty rió. - Vamos, amores, debemos empacar porque el avión sale en dos horas.

Al día siguiente llegaron a Los Angeles, era plena mañana así que fueron directo a casa.

- Estoy cansada. -admitió Valerie cuando entraron a la casa todos juntos.

Fueron recibidos por Sally y Simba entre ladridos del más grande, y ella inmediatente se arrodilló para saludarlos y Marco igual.

No los llevaron con ellos pero los trabajadores de la mansión se hicieron cargo de sus comidas así que no hubo problema con dejarlos esos cuatro días.

- Vayan a organizar todo porque mañana volvemos a nuestra rutina normal. -les dijo Betty entrando a la cocina. - Así si ordenan todo ahora podrán descansar el resto del día.

- Bueno, yo tengo que ir a la empresa. Justo ahora me llegó un mensaje de mi asistente. Iré a cambiarme y me voy. -les informó Jughead, mientras miraba su móvil.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora