107 | Me corresponde

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- Pero si tienen un bebé hermoso y sano. -Archie sonrió dejando al bebé en una balanza aún sosteniendo sus brazos para pesarlo y este rió levemente.

Betty y Jughead rieron mirando la escena.

- A ver, pequeño Marco... -Archie tomó una cinta y lo midió, anotando ambas cosas en una hoja.

Luego lo dejó recostado cuidadosamente en una camilla y y dejó el estetoscopio contra su pecho, para escuchar los latidos de su corazón.

Lo quitó y tocó lentamente sin hacer mucha presión su pequeña pancita, para luego tomarlo y dejarlo en brazos de su madre.

- Su bebé está bastante sano. -sonrió, anotando más cosas en una hoja. - Todos los estudios que le hicimos el día del nacimiento salieron bien, así que no tienen porqué preocuparse.

- Muchas gracias, Arch. -Jughead le sonrió a su amigo.

- Siempre es un placer. -todos se levantaron y el pelirrojo estrechó su mano con ambos. - Te espero el próximo mes, campeón. -sonrió tocando el piecito del bebé y este rió.

Betty sonrió y Jughead la tomó de la cintura para así irse juntos.

- Juggie. -Betty murmuró. - Tengo hambre.

El rió. - Aún falta para ir por las niñas, ¿Quieres que vayamos al starbucks?

Ella asintió emocionada como una niña. - Si. -sonrió.

Jughead rió y juntos fueron al Starbucks de siempre, cercano a su casa. Se sentaron juntos en una mesa.

El pelinegro tenía a su pequeño en brazos, jugando con el moviendo sus manitas.

- Pero si eres muy guapo, pequeño. -Jughead halagó a su bebé sonriéndole y este soltó una contagiosa carcajada que hizo reír a sus padres.

Betty miraba la escena con una sonrisa.

Y aunque le agradaba ver a Jughead así con su hijo y cuando estaban con las niñas... Las escenas de días anteriores no se iban de su cabeza, y el sentirse usada por él era un sentimiento que tampocco se iba.

Suspiró y bajó su mirada, perdiéndose en sus pensamientos.

- Amor. -el llamó su atención. - Te estoy hablando.

- Lo siento, no te escuché. -murmuró. - ¿Que decías?

- ¿Que te pasa? -le preguntó con algo de preocupación, ignorando su pregunta.

- Nada. -negó sonriendo de lado.

El entrecerró sus ojos. - Te conozco Betty y sabes que no dejaré de insistir.

- Es que... Lo que pasó no sale de mi mente. -confesó. - Simplemente no entiendo por qué te pusiste así y por qué me trataste así. -negó confundida.

Jughead suspiró. - ¿Que debo hacer para que olvides eso? -preguntó. - Siéndote sincero, no tengo ninguna excusa, ni nada que te diga que pueda justificar mi comportamiento.

Betty se encogió de hombros. - No sé. -murmuró. - Solo quiero olvidarlo. -bajó su mirada.

- Perdón. -el murmuró. - Porque a pesar de que sé cada una de tus inseguridades ahora parece que yo mismo las empeoré, como que si le eché más leña al fuego...

Al día siguiente Betty despertó sola en la cama. Se levantó rapidamente al ver la hora en el reloj junto a su cama.

- Relájate. -Jughead sonrió entrando a la habitación. - Ya llevé a las niñas a la escuela y me encargué de Marco, ahora está dormido.

- Jug. -murmuró. - ¿Por qué no me despertaste?

- Bueno, porque pasaste dos semanas haciéndote cargo sola de los niños, bueno, con mi mamá, pero yo no te ayudé y me corresponde. Así que de hoy en adelante por un tiempo yo despertaré solo en la mañana y me encargaré de ellos, tu necesitas descansar. -sonrió de lado. - Y tu desayuno está abajo en el microondas.

- Gracias. -ella susurró.

- No hay de qué, nena. -le quitó importancia. - ¿Caliento tu desayuno mientras te aseas?

Ella asintió. - Por favor.

Rato despues, Betty estaba en la mesada terminando su desayuno, frente a Jughead quién miraba su teléfono.

- Jug, ¿Puedes continuar pendiente del bebé? -le preguntó. - Vero está muy ocupada en el estudio y necesita que haga y envíe unos diseños por ella... -explicó.

Jughead asintió. - Claro. -se encogió de hombros.

Ella sonrió y al terminar su desayuno entró al despacho de la casa que compartía con Jughead. Se sentó en su escritorio y encendió la laptop mientras llamaba a su amiga.

- Ronnie. -sonrió.

- Hola B, ¿Que tal todo?

- Bien.

- ¿Resolvieron las cosas con Jughead? -preguntó.

- Bueno... Algo así. -suspiró. - Luego te explicaré, ahora estoy a punto de comenzar a hacer los diseños, ¿Podrías enviarme las medidas?

- Claro B, ya te envío un mensaje. -asintió.

- Gracias V, te hablo luego.

- Bye. -la pelinegra cortó la llamada.

Betty recibió el mensaje de parte de su amiga y se dispuso a comenzar a trabajar.

Ya que no podía ir al estudio, muchas veces trabajaba desde casa para apoyar a Veronica con todo el trabajo.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora