103 | Saciar

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El viaje de Fp a Italia se alargó dos semanas más.

Por lo que Jughead encargándose de la empresa también se alargó ese tiempo.

Y aunque Gladys continuaba yendo cada día a ayudar a Betty con los niños, ambos se encontraban bastante ocupados y cansados.

Betty por los niños y Jughead trabajando en la empresa hasta altas horas de la noche.

Ese día, ya Gladys se había ido, las niñas estaban durmiendo y Betty se encontraba saliendo del baño luego de darse una ducha, aprovechando que su bebé se había dormido.

Jughead entró por la puerta de la habitación, dejó sus cosas a un lado de la puerta y cerró tras el con traba, luciendo perfecto en su traje negro.

La rubia sonrió al verlo. - Juggie.

- Nena. -Jughead murmuró y se acercó a ella a besarla.

Pero lo que Betty pensaba inocentemente que era solo un beso amoroso en forma de saludo se convirtió en uno lleno de desespero por parte sel pelinegro, quién la empujo hacia atras en la cama.

Pocos minutos despues ya ambos estaban desnudos, gimiendo y jadeando el nombre del otro intentando que sus sonidos no fueran tan fuertes para no despertar a ninguno de sus tres niños.

Jughead tenía a la rubia de la cintura mientras la embestía con fuerza. Era duro, fuerte y para nada delicado. La tenía retorciéndose y jadeando debajo de él.

Pero a él no parecía importarle nada, solo desquitarse con ella en la cama y saciar sus necesidades.

Cuando ambos se corrieron, Jughead se recostó a su lado y se durmió minutos despues, sin decir nada.

Betty estaba un poco confundida, pero lo abrazó y se dijo a sí misma que el tal vez solo estaba cansado.

Minutos despues, cuando su bebé comenzó a llorar, se levantó para ir por él.

Pero, al día siguiente se repitió exactmente lo mismo.

Jughead volvió tarde, casi a la medianoche y lo primero que hizo al ver a su esposa fue besarla lujuriosamente y desvestirla.

Ahora el estaba en la orilla de la cama con la rubia en su regazo mientras se besaban agitadamente y paseaban sus manos por el cuerpo del otro.

- Ya. -el pidió quitándole las bragas. - Móntame. -le pidió.

Ella estaba por hacer lo que su esposo le pedía, cuando un grito y luego sollozos de su bebé los interrumpieron.

- No vayas. -le pidió tomándola de la cintura y besando entre sus pechos apresurado, cuando ella estaba por levantarse. - Ya se calmará.

- Jughead, suéltame. -ella pidió intentando levantarse. - Déjame ir, el bebé tiene hambre.

El no la dejaba, hasta que Betty quitó sus brazos de su cintura y se levantó dándole una mala mirada.

Se comenzó a vestir y Jughead gruñó haciendo lo mismo.

- ¿Que mierda Jughead? -preguntó con molestia. - Es un bebé. Es nuestro bebé. -especificó.

- Haz lo que quieras Betty. -dijo con fastidio terminando de vestirse. - Yo me iré.

- ¿Que... A donde? -preguntó confundida cuando el abrió la puerta.

El no respondió y cuando Betty fue a la habitación de su bebé que lloraba y lo tomó en brazos, escuchó la puerta principal de la casa cerrarse de un golpe.

Al día siguiente, Betty despertó bastante temprano para arreglarse y despertar a las niñas.

Suspiró viendo su cama. Jughead aún no llegaba y eso la tenía preocupada, no respondía ninguna de sus llamadas o siquiera los mensajes.

Se dispuso a preparar el desayuno con su bebé en brazos, mientras sus otras dos niñas se duchaban y preparaban para la escuela.

El timbre sonó y Betty sonrió de lado y se apresuró a ir a la puerta.

- Gladys. -murmuró al ver a su suegra.

- Betty, buenos días. -sonrió y entraron juntas a la casa. - ¿Y Jughead? -preguntó tomando a su nieto en brazos.

La rubia suspiró. - El... Se fue anoche y no sé donde está. -confesó. - Estoy preocupada.

- ¿Que se fue? ¿Sin decir a donde? -preguntó confundida.

- Si. Nosotros... Discutimos. -hizo una mueca. - Y no quiso seguir hablando, se fue molesto.

Gladys se notaba molesta ante lo que Betty decía. - ¿Y te dejó sola con tres niños? -frunció el ceño. - El no-

Fue interrumpida cuando la puerta se abrió, revelando al pelinegro.

- Mamá. -el murmuró entrando cuando la vió.

- ¿Donde estabas, Jug? -Betty preguntó con preocupación.

- ¿Por qué mierda te vas y dejas sola a tu mujer e hijos? -preguntó con molestia la mayor.

- Mamá, sin ofender, los problemas entre Betty y yo son solo entre nosotros. -dijo serio. - Asi que por favor, no te entrometas.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora