Al llegar a una habitación en el segundo piso, Betty se sentó en el regazo del pelinegro, mientras se besaban agitadamente.
- ¿Estás segura? -el le preguntó agitado, bajando sus besos a su cuello, besando y marcando.
- Aja... -ella dijo agitada. - Lo quiero esta noche. -admitió. El sonrió y la besó con necesidad de nuevo.
En medio del beso, Betty comenzó a mover sus caderas de forma circular, rozando sus sexos aún con ropa.
- Betts. -el suspiró en su oído cuando dejaron de besarse. - Deja de moverte así. -le pidió.
- No. -ella negó. - Necesito que hagas algo ya.
El gruñó, tomándola en sus brazos para levantarse y dejarla caer en la cama. Se subió sobre ella y la miró a los ojos.
- Deja de provocarme, Elizabeth. -le pidió con la voz ronca. - O no podré controlarme, y no quiero ser duro contigo hoy...
Betty rió sin gracia, dejando sus piernas alrededor de él para acercarlo más y sintió el bulto contra su feminidad aún cubierta.
- No quiero que seas delicado. -besó sus labios y le mordió el labio inferior. - Quiero que me hagas tuya, esta noche.
- ¿Mía? -el preguntó y le dedicó una sonrisa ladina. - Con gusto, nena.
- ¿Nena? -ella cuestionó cuando el pelinegro comenzó a besar la piel de su cuello. - Nena me gusta. -admitió.
El pelinegro hizo que la rubia se sentara para bajar la cremallera de su vestido blanco y comenzó a quitárselo, dejándola en ropa interior.
Ella le quitó la chaqueta de su traje, desabrochó cada botón de su camisa blanca y se recostó de nuevo, cuando el la besó hambrientamente, tocando con una de sus manos sus pechos sobre el brasier.
La rubia jadeó ante sus toques y el comenzó a bajar sus besos, parando en sus pechos, donde comenzó a morder y dejar marcas.
- Mmg. -Betty jadeó agitada. - Sigue bajando. -le pidió.
El sonrió, asintiendo a su pedido y bajó más sus besos por su abdomen, hasta que llegó a sus bragas.
- ¿Puedo? -le preguntó, mirándola a los ojos, toqueteando el orillo de las bragas.
- Deja de preguntar y hazlo. -pidió ella con desespero.
El pelinegro sonrió de lado, relamiendo sus labios para bajar sus bragas por sus piernas y abrirlas, metiendo su cara entre ellas.
Besó y marcó como se le antojó sus muslos y entrepierna, con la mano de la rubia en su cabello acercándolo más a ella.
Luego comenzó a subir un poco más sus besos, metiendo su lengua entre sus labios húmedos, justo donde ella más lo necesitaba en ese momento.
Estuvo ahí unos minutos, hasta que se alejó.
- Jug. -ella suspiró.
El pelinegro se levantó y se mordió el labio inferior al verla ahí.
Tendida en la cama, con las piernas abiertas para él y casi completamente desnuda. Su mirada llena de deseo y sus labios separados que le pedían a gritos ser besados.
Betty se quitó el brasier y lo tiró al piso, mirándolo provocativamente.
El comenzó a desabrocharse el pantalón con desespero para bajarlo junto a su ropa interior y rapidamente tomó un condón de su billetera, dejándolo caer a su lado en la cama.
Luego volvió sobre ella y la besó de nuevo aún más apasionadamente que antes, si eso era posible.
- Sé mi novia. -le pidió entre besos. - Sé mía. -dijo en su oído con la voz ronca.
Ella gimió cuando Jughead la penetró con dos dedos y tiró su cabeza hacia atras, arqueando su espalda, apegando aún más su cuerpo al de él y asintió rapidamente.
- Dime, Betty. ¿Aceptas? -le preguntó, separándose levemente para mirarla a los ojos.
Ella sonrió y una gota de sudor cayó por su frente. - Si. -jadeó. - Si quiero.
Esta vez fue ella quién lo besó para atraerlo más a él.
- Hazlo. -le pidió. - Te necesito...
El asintió, abriendo el condón y cubrió con este su miembro, el cual Betty miró mientras se mordía el labio con deseo.
Jughead lo guió a su entrada y solo al primer roce, ambos jadearon mirándose a los ojos.
- Jug... -jadeó.
- Eso, nena... -murmuró en su oído. - Gime mi nombre.
- Ah. -gimió más audiblemente cuando el la penetró hasta el fondo. - ¡Jug!
El sonrió, besando su cuello y comenzando a entrar y a salir de ella, mientras entre una de sus manos tomaba sus pechos con necesidad.
- Más... -ella pidió.
- Betty. -el gruñó entre embestidas.
Tomó una pierna de la rubia dejándola en su hombro y se inclinó más a ella para mirarla a los ojos.
La besó de nuevo sin parar de mover su pelvis contra ella. - Vente conmigo, nena. -le pidió.
- Jug... -jadeó. - Estoy cerca.
- Vamos, nena. -siguió, mirándola a los ojos con deseo.
Besaron sus labios con necesidad, cuando sintieron que el orgasmo se apoderó de ambos al mismo tiempo.
Jughead se dejó caer junto a ella y la abrazó contra su pecho, acariciando su cintura y todo lo que podía de su cuerpo.
•
Si, hola.
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...