23 | Nena

762 67 94
                                    

Al llegar a una habitación en el segundo piso, Betty se sentó en el regazo del pelinegro, mientras se besaban agitadamente.

- ¿Estás segura? -el le preguntó agitado, bajando sus besos a su cuello, besando y marcando.

- Aja... -ella dijo agitada. - Lo quiero esta noche. -admitió. El sonrió y la besó con necesidad de nuevo.

En medio del beso, Betty comenzó a mover sus caderas de forma circular, rozando sus sexos aún con ropa.

- Betts. -el suspiró en su oído cuando dejaron de besarse. - Deja de moverte así. -le pidió.

- No. -ella negó. - Necesito que hagas algo ya.

El gruñó, tomándola en sus brazos para levantarse y dejarla caer en la cama. Se subió sobre ella y la miró a los ojos.

- Deja de provocarme, Elizabeth. -le pidió con la voz ronca. - O no podré controlarme, y no quiero ser duro contigo hoy...

Betty rió sin gracia, dejando sus piernas alrededor de él para acercarlo más y sintió el bulto contra su feminidad aún cubierta.

- No quiero que seas delicado. -besó sus labios y le mordió el labio inferior. - Quiero que me hagas tuya, esta noche.

- ¿Mía? -el preguntó y le dedicó una sonrisa ladina. - Con gusto, nena.

- ¿Nena? -ella cuestionó cuando el pelinegro comenzó a besar la piel de su cuello. - Nena me gusta. -admitió.

El pelinegro hizo que la rubia se sentara para bajar la cremallera de su vestido blanco y comenzó a quitárselo, dejándola en ropa interior.

Ella le quitó la chaqueta de su traje, desabrochó cada botón de su camisa blanca y se recostó de nuevo, cuando el la besó hambrientamente, tocando con una de sus manos sus pechos sobre el brasier.

La rubia jadeó ante sus toques y el comenzó a bajar sus besos, parando en sus pechos, donde comenzó a morder y dejar marcas.

- Mmg. -Betty jadeó agitada. - Sigue bajando. -le pidió.

El sonrió, asintiendo a su pedido y bajó más sus besos por su abdomen, hasta que llegó a sus bragas.

- ¿Puedo? -le preguntó, mirándola a los ojos, toqueteando el orillo de las bragas.

- Deja de preguntar y hazlo. -pidió ella con desespero.

El pelinegro sonrió de lado, relamiendo sus labios para bajar sus bragas por sus piernas y abrirlas, metiendo su cara entre ellas.

Besó y marcó como se le antojó sus muslos y entrepierna, con la mano de la rubia en su cabello acercándolo más a ella.

Luego comenzó a subir un poco más sus besos, metiendo su lengua entre sus labios húmedos, justo donde ella más lo necesitaba en ese momento.

Estuvo ahí unos minutos, hasta que se alejó.

- Jug. -ella suspiró.

El pelinegro se levantó y se mordió el labio inferior al verla ahí.

Tendida en la cama, con las piernas abiertas para él y casi completamente desnuda. Su mirada llena de deseo y sus labios separados que le pedían a gritos ser besados.

Betty se quitó el brasier y lo tiró al piso, mirándolo provocativamente.

El comenzó a desabrocharse el pantalón con desespero para bajarlo junto a su ropa interior y rapidamente tomó un condón de su billetera, dejándolo caer a su lado en la cama.

Luego volvió sobre ella y la besó de nuevo aún más apasionadamente que antes, si eso era posible.

- Sé mi novia. -le pidió entre besos. - Sé mía. -dijo en su oído con la voz ronca.

Ella gimió cuando Jughead la penetró con dos dedos y tiró su cabeza hacia atras, arqueando su espalda, apegando aún más su cuerpo al de él y asintió rapidamente.

- Dime, Betty. ¿Aceptas? -le preguntó, separándose levemente para mirarla a los ojos.

Ella sonrió y una gota de sudor cayó por su frente. - Si. -jadeó. - Si quiero.

Esta vez fue ella quién lo besó para atraerlo más a él.

- Hazlo. -le pidió. - Te necesito...

El asintió, abriendo el condón y cubrió con este su miembro, el cual Betty miró mientras se mordía el labio con deseo.

Jughead lo guió a su entrada y solo al primer roce, ambos jadearon mirándose a los ojos.

- Jug... -jadeó.

- Eso, nena... -murmuró en su oído. - Gime mi nombre.

- Ah. -gimió más audiblemente cuando el la penetró hasta el fondo. - ¡Jug!

El sonrió, besando su cuello y comenzando a entrar y a salir de ella, mientras entre una de sus manos tomaba sus pechos con necesidad.

- Más... -ella pidió.

- Betty. -el gruñó entre embestidas.

Tomó una pierna de la rubia dejándola en su hombro y se inclinó más a ella para mirarla a los ojos.

La besó de nuevo sin parar de mover su pelvis contra ella. - Vente conmigo, nena. -le pidió.

- Jug... -jadeó. - Estoy cerca.

- Vamos, nena. -siguió, mirándola a los ojos con deseo.

Besaron sus labios con necesidad, cuando sintieron que el orgasmo se apoderó de ambos al mismo tiempo.

Jughead se dejó caer junto a ella y la abrazó contra su pecho, acariciando su cintura y todo lo que podía de su cuerpo.


























Si, hola.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora