168 | Estándar

303 40 60
                                    

Valerie suspiró cuando André aparcó el auto negro frente a la empresa Jones. Tomó sus cosas y abrió la puerta.

- Muchas gracias, André. -le dijo antes de salir y cerrar la puerta de nuevo y encaminarse a la entrada del edificio.

Al llegar entró al ascensor marcando el último piso y rodeó sus ojos imaginando todas las posibles tareas que su padre le daría; ayudarlo con correos, o simplemente con cosas que impliquen muchos números y procedimientos matemáticos.

Bufó, eso no le gustaba para nada, pero ya no podría salvarse de eso.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron iba a caminar directamente a la oficina de su padre, pero en el camino se cruzó con otro pelinegro.

- ¡Abuelo! -sonrió y se acercó a abrazarlo.

El sonrió y acarició su cabello. - Mi niña. -dijo mirándola. - ¿Que haces aquí?

Valerie hizo una mueca. - Estoy... Castigada. -admitió en un suspiro.

- Así que otra vez te metiste en problemas. -el le dedicó una mala mirada.

Ella asintió y luego lo abrazó. - Iré con papá. Te veo luego abuelo.

- Vayan a visitarnos, eh. Su abuela los extraña.

Ella rió levemente. - Claro, le diré a mamá.

- Adiós, pequeña. -despeinó un poco su cabello y se fue.

Asi Valerie continuó su camino hacia la oficina de su padre y al abrir, el levantó la mirada y luego vió el reloj de la pared.

- Tienes tres minutos de retraso. -la retó.

- Hola papi. -ella sonrió acercándose. - Me crucé con mi abuelo en el pasillo, lo siento. -se disculpó sentándose frente a él. - ¿Entonces que haré? Sacar cuentas, facturas, enviar correos... -enumeró con sus dedos.

El rió con una sonrisa burlona y negó. - No te pongas muy cómoda aquí, no estarás conmigo ni harás nada de eso.

Valerie frunció el ceño confundida, y Jughead le tendió unas llaves.

- Irás a la cocina de la cafetería. -sonrió mirándola. - A lavar los traste y limpiar.

- ¿Que? -ella negó. - Papá...

El se encogió de hombros. - He aprendido que debo ser un poco más furme con ustedes o nunca van a hacerme caso, así que así comienza esto.

- Yo te prometo que no volveré a hacer eso, no volveré a escaparme... -ella juntó sus manos haciendo puchero. - Por favor.

Se levantó y lo abrazó.

El también la abrazó y dejó un beso en su frente, a lo que la pelinegra cerró sus ojos con una sonrisa pensando que habían triunfado, y habia logrado hacerlo cambiar de opinión.

- Ya está decidido. -el sonrió viéndola. - Anda, nos vamos a las 6:00 PM. Y no pienses en ir y no hacer nada porque la jefa de cocina te estará vigilando.

Valerie bufó con fastidio y se fue de ahí de camino a la cocina de la cafetería la cual estaba en el segundo piso del edificio.

Horas despues Valerie se sentó cansada en una silla al terminar. Su cabello estaba recogido y cubierto con un gorro de plástico, tenía guantes y su ropa estaba un tanto mojada por algunas gotas de agua que salpicaban.

Suspiró al ver que todos los cocineros dejaron sus delantales en los percheros y se fueron dejándola sola.

La jefa de cocina, Marjorie, entró segundos despues y la miró de forma seria.

- Ya terminaste por hoy, puedes retirarte.

Valerie asintió con una sonrisa y se levantó, se quitó los guantes, el gorro y se fue de ahí.

Corrió al ascensor y al llegar al último piso se dirigió a la oficina de su padre, notando que ya todos los empleados se estaban yendo pues ya había finalizado su horario laboral.

- Papi. -se quejó al entrar. - No quiero hacer más eso.

Hizo un puchero y Jughead, quien estaba junto al escritorio recogiendo todo rió. Ella se acercó y lo abrazó, entonces el dejó un beso en su cabeza.

- Y Marjorie es mala.

El soltó una risa. - Ella solo tiene caracter, no es mala. -explicó. - Y por eso es la jefa.

- ¿Tengo que hacer esto otra vez?

El se encogió de hombros. - Probablemente. -rió, dejando su brazo sobre los hombros de su hija mayor para asi salir los dos juntos de ahí.

- No quiero. -volvió a quejarse y el rió negando.

Cuando llegaron juntos a la casa, Sarah estaba en la cocina con Betty preparando la cena y Marco en la mesa haciendo alguna tarea probablemente.

- Juggie. -los ojos de Betty brillaron al ver a su esposo y salió de la cocina para meterse entre sus brazos cuando el la abrazó.

- Nena. -el rió dejando un tierno beso en sus labios.

Sus hijas mayores cruzaron miradas algo divertidas, pero no dejaba de parecerles linda aquella escena. O bueno, la relación de sus padres en general.

Ese era el ejemplo que querían seguir, y ambas esperaban poder encontrar un esposo como el que era su padre para la rubia, el era su estándar. Era todo lo que estaba dentro de sus espectativas.

Desde niñas querían eso, y ahora aunque se les estaba haciendo un tanto difícil encontrar quien las cubriera, sus padres siempre les habían enseñado a no conformarse con menos.

- Te compré chocolates. -Jughead le tendió una bolsa a Betty que ella tomó con una sonrisa.

- Papi, yo también quiero. -se quejó Sarah desde la cocina.

- Y yo. -Marco levantó su mirada al escuchar la palabra "chocolates".

- Si, si, a ustedes también les compré. -sonrió mirándolos pero luego enarcó una ceja. - Aunque no han venido a saludarme.

Ambos se levantaron y lo abrazaron con fuerza, a lo que Betty y Valerie rieron.

- El interés. -Valerie dejó dos palmadas en el hombro de su padre mientras negaba divertida.


























Holii, espero que les guste. 💗

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora