90 | Ópera

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Betty, quién miraba por la ventanilla ansiosa por saber a donde iban, frunció el ceño confundida, al ver que Jughead aparcó frente a un teatro.

El mismo en el que hicieron el festival de la Academia Bolshoi, a donde asisten sus niñas.

Miró la fachada del teatro y luego lo miró a él, confundida cuando se quitó el cinturón de seguridad.

- ¿Que? -el preguntó al notar su mirada.

- ¿Aquí es... La sorpresa? -preguntó confundida, sin entenderlo.

El soltó una risa leve, pero ignorando su pregunta se bajó del auto y cerró su puerta, para rodearlo y abrir la de su novia.

Tomó su mano y la ayudó a bajar.

- Jug, responde. -pidió ansiosa. - ¿Que haremos aquí? No lo entiendo. -se quejó, cuando el cerró la puerta del auto y la guió a la entrada de la cintura.

- Relájate, Betts. -le pidió.

Jughead guió a Betty hasta la entrada, en donde había una cabina, muy parecida a la de los cines con una chica adentro.

- Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarlos? -preguntó amablemente.

- Quiero dos entradas para el recital de ópera. -pidió, abriendo su billetera y tendiéndole unos billetes. - Primera fila, por favor.

- Por supuesto. -la chica tomó los billetes bajo el vidrio y luego le pasó los dos tickets. - Está por empezar, les recomiendo que entren de una vez. -admitió.

- Gracias. -ambos le dedicaron una sonrisa para entrar juntos, y un hombre cerró la puerta tras ellos.

- ¿Ópera? -ella preguntó, aún más confundida cuando notó que no había mucha gente en la sala, al menos no en los asientos del primer piso.

- Tenemos primera fila. -el presumió, enseñándole los tickets y Betty rodeó sus ojos, cuando notó que el estaba ignorando todas su preguntas.

Se sentaron juntos y solos en la primera fila, donde claramente tendrían una vista perfecta del escenario, pero el telo permanecía cerrado.

Solo segundos después, las luces se apagaron y un reflector apareció en medio del telón que comenzó a abrirse.

Una mujer rubia entró y comenzó a cantar, proyectando su voz por todo el teatro.

Luego, un pelinegro salió a escena a acompañarla, y aunque a Betty no le gustaba la ópera y claramente no sabía de música, debía admitir que sus voces se complementaban muy bien.

Mientras ellos cantaban, comenzaron a hacer una pequeña pieza de baile, y las luces de la parte trasera del escenario se encendieron, descubriendo a la orquesta.

La mujer y el hombre que danzaban mientras cantaban perfectamente bien representaban claramente a una pareja, demostrando amor, pasión y deseo.

- Jug... No entiendo. ¿Esta era la sorpresa? -preguntó confundida.

- ¿No te gusta? -el preguntó mirándola. - Si te fijas bien en ellos, notarías algo. -admitió señalándo a la pareja del escenario.

Betty suspiró y llevó su vista al escenario de nuevo, poniendo más atención a la pareja. Una rubia, un pelinegro...

La rubia enarcó una ceja y sin quitar su vista del escenario se inclinó al pelinegro. - ¿Somos... Nosotros? -preguntó aún más confundida.

El sonrió y la miró, pero de nuevo, ignoró su pregunta.

La pieza terminó, las luces sobre la orquesta se apagaron y los instrumentos dejaron de sonar, mientras que las voces de ambos cesaban lentamente, hasta apagarse por completo, mientras estaban cara a cara en el escenario.

Ambos se fueron, pero otra luz apareció, para mostrar solamente a una niña que apareció con un salto y sus brazos perfectamente formados.

Comenzó a girar por todo el escenario llevando a cabo una pieza de baile, específicamente ballet, con una cesta en sus manos, de la cual tomaba pétalos de rosas rojas y los lanzaba alrededor de este.

La rubia tenía sus ojos entrecerrados mirando a la niña. - Jug. -abrió sus ojos como platos. - Es Sarah, Jug. -dijo con sorpresa, al reconocer que era su hija quién bailaba.

Luego esta salió del escenario y esta vez apareció una pelinegra, con otra pequeña pieza de baile y una canasta en sus manos también, con petalos de rosas blancas.

- Es Valerie. -murmuró y miró al pelinegro, quién miraba sonriente la escena.

Luego ambas niñas aparecieron juntas, haciendo un pequeño duo, y terminaron en una hermosa pose.

Absolutamente todas las luces se apagaron y se encendió una justo sobre la pareja de la primera fila.

Betty se cubrió sus ojos con molestia y miró al pelinegro confundida, quién se levantó y le tendió la mano.

- ¿Me acompañas? -le preguntó con una sonrisa.



Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora