Al día siguiente, la pareja iba de vuelta a la ciudad. Betty quedó de encontrarse con su abogado en una pastelería del centro.
Al llegar, Jughead aparcó el auto. - Te espero, amor.
Ella sonrió. - Ya vuelvo.
Se bajó del auto y entró a la pastelería buscando con la mirada a su abogado, el cual también era su amigo.
- Kev. -sonrió al verlo y se acercó a él.
- Betty Cooper. -el rió. - Bueno pero la familia te tiene desaparecida del radar. -dijo algo burlón.
Ella rió sentándose frente a él. - Si... Es difícil con tres niños en casa.
- Aún así te ves radiante. -la halagó. - Y más feliz.
La rubia sonrió y el pelinegro frente a ella tomó su maletín para sacar una carpeta y la abrió frente a la rubia.
- Aquí está lo que me enviaste anoche. -explicó. - Lo leí y todo está perfecto, de igual forma leelo tu también con mucho cuidado, cuando lo hagas firma, luego tu esposo también deberá firmar, y su abogado.
Ella asintió, tomó la carpeta y la guardó con cuidado dentro de su cartera.
- Muchas gracias Kev, porque te hice trabajar hoy domingo. -rió.
- Tranquila. -el le quitó importancia. - Solo era poner mi firma. -se encogió de hombros. - No me molesta. Pero si me molestaré si no vamos algún día a tomar algo juntos, eh. -se quejó señalándola amenazador.
Betty asintió. - Cuando pueda te llamaré y nos tomaremos algo. -se acercó a él y besó su mejilla. - Ya debo irme, mi esposo está afuera.
- Anda. -el rió. - Cuídate.
La rubia le sonrió por última vez antes de salir del local y subir de nuevo a la camioneta de su esposo.
- ¿Lista? -el le preguntó.
- Mhm. -ella asintió abrochando su cinturón de seguridad y el pelinegro encendió el auto. - Ya podemos ir a casa.
•
Esa misma tarde, ya estaban de vuelta a casa con sus niños y Cheryl y Toni ya no se encontraban ahí.
Jughead estaba en el patio trasero caminando con Marco en sus brazos, ya que el y Betty habían tenido un rato largo intentando que durmiera, pero no lo hacía.
Mientras tanto, Betty y las dos niñas estaban en la habitación de Sarah.
- ¿Hoy mismo mami? -Sarah le preguntó a su madre.
- Cuando tu quieras, mi vida. Hago esto por tí. -le sonrió.
- ¿Entonces vamos a tener el mismo apellido? -preguntó Valerie.
- Si. -Betty asintió. - Y Jughead legalmente será el tutor de Sarah.
- ¿No lo era ya? -preguntó confundida.
- Bueno, es difícil explicarte, pero esto. -señaló el papel. - Hará que lo sea.
- Bueno, entonces dáselo, Sari. -Valerie le dijo a su hermana.
- Ok. -la niña se levantó.
Se notaba algo nerviosa y emocionada, era como una mezcla de ambos sentimientos.
- ¿Me acompañan? -la rubia menor le preguntó a su madre y hermana.
Ambas asintieron y juntas bajaron las escaleras, para luego salir al patio trasero en busca del pelinegro que reía junto a su bebé.
- Papi. -Sarah se acercó con un poco de pena.
- ¿Que pasa, princesa? -le preguntó el llevando toda su atención a la niña.
- Quiero enseñarte algo. -explicó.
- Claro linda, ¿Me das un momento? -pidió. - A ver si logro dormir a tu hermano.
- Papi, pero ahora. -pidió. - Tienes que ver ahora.
El suspiró y subió su mirada, viendo que también estaban Valerie y Betty en la puerta.
- Bueno. -asintió y la tomó de la mano. - Vamos entonces.
Todos entraron y la niña se sentó en la mesada, pidiéndole a su padre que se sentara junto a ella, luego de que Betty fue la que tomó en sus brazos al bebé.
- Papi... Quiero que leas esto. -le pidió, tendiéndole la hoja que había tenido en sus manos.
El la tomó confundido y comenzó a leer detenidamente. Minutos despues, cuando terminó sus ojos estaban cristalizados, y lo primero que hizo fue ver a su esposa.
- Betts. -murmuró con una sonrisa. - ¿De verdad?
Betty asintió, también con sus ojos vidriosos. - Si, Jug.
- ¿Quieres, papá? -la niña preguntó algo temerosa. - ¿No te molesta verdad?
- Princesa no. -el negó tomando sus mejillas. - Por supuesto que no. -murmuró y se acercó para besar su frente mirándola sonriente. - Esto me haría muy feliz. -admitió. - ¿Tienen un lapicero?
- Yo traje uno, papi. -Valerie se acercó y le entregó en lapicero que tenía en sus manos.
- Gracias, mi vida. -le sonrió al pelinegro y lo tomó para luego ir a la hoja de nuevo y rapidamente firmó, con total seguridad de lo que hacía. - Tu, pequeña. -miró a la rubia más chica. - Eres oficialmente una Jones, eres mi niña.
Sonrió y Sarah rapidamente se acercó a él para abrazarlo de forma eufórica, con Betty y Valerie mirando la escena abrazadas mientras sonreían.
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...