29 | De tal palo, tal astilla

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Al terminar salieron de la ducha envueltos en una toalla cada uno luego de un par de rondas de sexo.

Jughead se puso su ropa de nuevo. Ese día, ya que habían planeado ir juntos de compras, no usó traje como hacía normalmente para ir a la empresa.

Se decidió por algo más cómodo y usó un jean negro, una camiseta blanca y chaqueta de cuero negro.

Betty aprovechó para vestirse de una vez con lo que usaría ese día, ya que en un rato debía ir por Sarah a la escuela.

- ¿Vamos juntos por las niñas? -el le preguntó. - En mi auto. -especificó. - Luego yo las dejo aquí.

Ella asintió. - Claro, Jug. -sonrió. Ató su cabello en una coleta y se acercó a él. - Te quiero. -el besó sus labios y sonrió.

- Y yo a ti, Betts. -murmuró.

Cuando ya era la hora de ir por las niñas, primero pasaron por Sarah ya que su escuela estaba más cerca de la casa de Betty.

- Hola mami. -Sarah besó la mejilla de su madre cuando ella la cargó en sus brazos. - ¿Y tu auto? -preguntó confundida.

- Jug me trajo hoy. -le explicó. - Iremos por Valerie y luego de compras.

- Oh. -sonrió.

Al subir ambas al auto, Sarah se rodó hacia adelante en el asiento y vió al pelinegro.

- Hola Jug. -lo saludó. El sonrió mirándola y acarició su cabello.

- Hola, pequeña.

- ¿Por qué siempre me dices pequeña? -preguntó confundida y el rió, comenzando a conducir.

- No sé, ¿Porque eres pequeña, tal vez? -sonrió mirándola. - Como tu madre. -se burló.

- Hey. -Betty que quejó y Jughead soltó una risa.

Pocos minutos después, llegaron por Valerie. La vieron esperando frente a la escuela mientras cargaba su bolso.

Sarah bajó la ventana de atras del auto y se asomó saludándola con emoción.

- ¡Hola, Val!

La pelinegra aunque se sorprendió, sonrió y se acercó al auto para subir. Al hacerlo, fue arropada por Sarah quién la abrazó.

- Hola Sari... -ella sonrió. Al ver a Betty sentada en el asiento de adelante, también la saludó. - Hola Betty.

- Hola linda. -le sonrió.

- Y tu padre de último, claro. -Jughead se quejó. Ella rió, rodándose un poco para besar su mejilla.

- Hola papi.

La rubia más chica habló, cuando Jughead comenzó a conducir de nuevo. - ¿Ya iremos de compras? -Sarah preguntó con emoción.

- Pero antes a comer. -dijo Betty. - ¿No tienen hambre?

Valerie asintió rapidamente. - Muero de hambre.

-Y yo. -concordó Jughead.

Betty rió. - De tal palo, tal astilla. -se burló.

- ¿Que quieren comer, niñas? -Jughead les preguntó mirándolas por el retrovisor.

- Papi, podemos ir al restaurante italiano de tus amigos... -Valerie propuso. - Sarah y Betty nunca han ido.

Betty se sonrojó recordando su primera cita con el pelinegro y el rió.

- ¿Te gustaría eso, Sarah? -Jughead le preguntó a la niña rubia.

- Sip. -asintió.

- Bueno, entonces eso haremos. -el asintió, tomando rumbo hacia aquel restaurante. Entraron juntos al llegar y en la entrada se cruzaron a una pareja, ambos mayores.

- ¡Valerie! -la mujer sonrió, saludando a la niña. Ella corrió hasta ella y la abrazó. - ¿Como estás, preciosa?

- Bien, señora D'Angelo. -sonrió y luego miró al hombre junto a ella. - Hola.

- Hola, Valerie. -el le sonrió también.

- Jughead, hola. -la mujer esta vez saludó al pelinegro y luego miró a la rubia. - Y Betty, ¿Cierto?

Valerie y Sarah miraron la escena con confusión.

- Si. -ella asintió sonrojada. - Hola.

- Betty, el es Lucca. -Jughead señaló al hombre junto a Giorgia. - Es el esposo de Giorgia.

- Hola, es un gusto. -estrecharon sus manos.

- Y ella es Sarah. -señaló a la niña rubia que iba de la mano de su madre. - La hija de Betty.

- Ay pero si es una hermosura igual que su madre. -sonrió mirando a la niña.

Ella se sonrojó levemente. - Hola. -dijo algo apenada.

- Bueno, pasen adelante chicos. -ella se hizo a un lado. - Samuel, búscales una mesa por favor. -le pidió al chico de la puerta que vestía de negro y este asintió.

Los guió por el restaurante hasta llegar a una mesa con cuatro sillas alrededor. Todos se sentaron y el les tendió la carta con el menú a cada uno.

- ¿Que me recomiendan? -Betty le preguntó a Valerie y a Jughead.

- Spaghetti alla carbonara. -le dijo Jughead. - ¿Ustedes que quieren? Las pizzas de aquí son las mejores, ¿Que opinan? -le preguntó a las niñas y estas asintieron.

- ¡Si, pizza!

El rió. - Bien, tráenos dos pizzas margarita. Una con cebolla. -especificó la mesero y el anotó. - Un plato de paghetti alla carbonara y... Una lasaña. -pidió, cerrando la carta.

- Perfecto, ¿Para beber?

- Para ellas gaseosa. -señaló a las niñas. - ¿Te gustaría el mismo vino, Betts? -le preguntó a la rubia. Ella asintió.

- Listo. -el chico dijo guardando su libreta y les sonrió. - Con permiso. -dijo para alejarse de ahí.

- ¿Ya Betty había venido aquí antes? -Valerie preguntó, inclinando su cabeza hacia un lado con curiosidad.

Ella bajó la mirada y Jughead sonrió. - Si, princesa. Vinimos a cenar.

- Oh...

- Bueno y... ¿Cuanto tarda la comida? -preguntó Sarah. - Ya quiero ir de compras.

Los dos adultos rieron, mirando a las niñas.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora