59 | Apresurado

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Habían pasado un par de días, era apenas miércoles y estaban a solo dos días del cumpleaños de la pequeña rubia, Sarah.

Betty y Veronica se encontraban trabajando en el estudio. Aunque más que trabajos y diseños pedidos por clientes, estaban realizando un regalo para Sarah, y algunas cosas para sus amigas.

Estaban confeccionando batas de seda de color plateado, con las orillas de color rosa haciendo un perfecto contraste que además combinaba muy bien con la decoración que realizarían ese día en la casa de Jughead.

Hacían exactamente siete batas, para Sarah y todas sus amigas.

Pero la de ella era diferente, era dorada, con su nombre detrás, más detalles en pequeñas perlas.

Además, también confeccionaban bañadores parecidos para todas las niñas, todos de color fucsia, con distintos diseños. Y claro, el de Sarah también era distinto, en una tela dorada brillante.

- Le compré una corona. -Veronica rió. - Para que Sarah la use.

- Todo esto le va a encantar... -Betty sonrió mientras marcaba algo en la tela que estaba extendida en una mesa grande. - Realmente quiero verla feliz, y me gusta saber que hará lo que quiere este cumpleaños...

- Tienes mucho apoyo, Betts. Tu y Sarah se han ganado el cariño de muchos. Incluído el de Jughead.

- Si... El de verdad toma en cuenta a Sarah siempre. Para todo. -especificó.

- Aunque ustedes tengan solo meses juntos, el ha demostrado ser un gran padre, y aunque te parezca apresurado lo que digo y se que no es el padre de Sarah, muchas veces se ha comportado como uno.

- Si considero que es un poco apresurado pensar así. -admitió. - Pero se que tienes razón. Y Sarah también lo quiere mucho...

- Valora eso. -le dijo. - Encontraste a un buen hombre, que te ama a ti y a tu hija, tienes suerte.

- Lo sé. -sonrió.

- Pero el tiene más suerte de tenerte a ti. -culminó y ambas soltaron una carcajada.

- Hablando del rey de roma. -Betty dijo divertida tomando su telefono el cual comenzó a sonar, mostrando el nombre de su novio en pantalla.

Lo tomó y respondió luego de ponerlo contra su oreja.

- Jug.

- Hola nena. -el saludó. - ¿Estás en el estudio?

- Mhm. Te dije que estaría aquí haciendo lo de la sorpresa para Sarah y sus amigas...

- Lo sé. Solo quería avisarte que iré, llevaré comida. -explicó. - Para que almorcemos juntos. ¿Veronica está contigo?

- Sip. -asintió. - Pero creo que irá a almorzar con Charles.

La pelinegra asintió mirando a Betty y ella sonrió.

- Si, irá con Charles. -confirmó.

- Oh, bueno. Entonces solo para nosotros. ¿Te veo en un rato?

- Claro, Juggie. Te amo.

- Te amo, nena.

El cortó la llamada y Betty dejó su móvil de nuevo en la mesa.

- Vendrá y traerá comida para que almorcemos juntos. -le explicó a la pelinegra.

- Que romántico. -la molestó con sus manos en su cara. Betty rodeó sus ojos divertida.

- Dime algo... -Betty habló. - ¿Charles nunca te pedirá que seas su novia o qué? -preguntó. - Tienen cuatro meses saliendo.

La pelinegra suspiró y se encogió de hombros. - No lo sé. -admitió.

- Ya hasta conociste a su familia. Fuiste como su amiga, pero lo hiciste. -la señaló con un lapiz para luego seguir marcando en la tela.

- Es que no sé... Siempre me trata como que si ya lo fuéramos, pero nunca me lo ha pedido. -rodeó sus ojos.

- ¿Por qué no lo haces tú?

- Lo he pensado. -asintió. - Pero no sé, quiero esperar que el lo haga, para confirmar que de verdad quiere ir en serio conmigo... ¿Entiendes?

Betty asintió. - Bueno, dale un tiempo más. Si no lo hace él, lo harás tú.

- Bueno. -Veronica rió.

Un rato despues, ya Betty se encontraba totalmente sola en el estudio. Charles había ido por Veronica y su asistente se fue ya que tenía esa hora libre.

Jughead llegó poco despues y saludó a Betty con un beso en sus labios, dejando una bolsa reciclable con su comida en una mesa junto a ellos.

- Nos da tiempo de comer y luego iré por Sarah. -dijo la rubia mirando su reloj.

- Mi madre irá por Valerie. Quiere pasar la tarde con ella.

- Eso es lindo. -sonrió sentándose frente a el en la mesa.

Jughead sacó las bandejas de la bolsa tendiendole una a la rubia y ambos comenzaron a comer y plato ejecutivo: milanesa de pollo a la plancha, arroz y ensalada.

- Primera vez que nos juntamos a comer "sano". -la rubia dijo divertida.

El rodeó sus ojos y negó. - No es cierto, nena. -rió. - Exagerada.

- Oye. -se quejó.

- Te amo. -le guiñó un ojo.

Ella se sonrojó bajando su mirada y luego lo miró de nuevo. - Y yo a ti. 

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora