9 | Rubia de ojos verdes

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Madre e hija llegaron al estudio, donde al entrar la niña sonrió con alegría al ver a Veronica.

- ¡Tía Ronnie! -celebró, y la abrazó colgándose de su pierna.

- Mi Sari. -rió, inclinándose y besando su cabeza. - ¿Como estás?

- Bien tía. -asintió. - Venimos a confeccionar un diseño. ¿Nos ayudas?

La pelinegra la miró cómplice y asintió. - Claro, enséñamelo.

La niña le tendió la hoja donde dibujó el boceto con ayuda de su madre y Veronica enarcó una ceja.

- Es como el que diseñaste para la niña, por cierto vengo de llevarselo, y le quedó muy bien. -le habló a la rubia.

- Si, es parecido. -Betty asintió. - Al menos la base del diseño en general, pero hay muchas cosas que le dan el toque de distinción.

- ¿Y este es para tí? -Veronica le preguntó a la pequela rubia y esta negó.

- No, para mi amiga Valerie. Será su regalo de cumpleaños. -explicó.

- Así que tienes fiesta. -le sonrió coqueta moviendo sus cejas.

- ¡Si! Es el próximo sábado y hay piscina. -celebró juntando sus manos. Veronica paró de hablar por un momento, mientras pensaba. - ¿Pasa algo, tía?

- Espera, ¿Como se llama tu amiga? -preguntó con curiosidad.

- Valerie. -dijo confundida.

- Betty, el traje que diseñaste era para la misma niña. -soltó Veronica, algo divertida. - Y también me invitó a su fiesta el próximo sabado.

Ambas rubias se miraron sorprendidas. - El mundo es muy pequeño. -Betty rió. - ¿Estás segura?

- Bueno, ambas son Valerie, cumplen años el próximo sábado y bailan ballet. Para mi que si es la misma. -rió.

- Entonces irás con nosotras a la fiesta, tía.

- Claro, linda. -asintió de acuerdo.

- Y mi mamá verá a Jughead. -la niña molestó a su madre, mirándola de forma coqueta.

Veronica enarcó una ceja. - ¡El papá de Valerie! -exclamó la recordar cuando el pelinegro se presentó con ella en su casa.

- Tía, estoy segura de que le gusta. Hace rato estaban hablando y mi mamá se estaba riendo...

- No puedo creerlo, Betty. -molestó a la rubia y esta de nuevo, se sonrojó.

- Sarah, deja de hablar. -le pidió a su hija. - ¿Podemos comenzar ya? -les pidió, para que dejaran el tema y ambas rieron de forma cómplice, mirando a la rubia con las mejillas rosadas.

Betty Cooper

No te lo puedo creer

Bueno, ahora sabes que no
fue traición. Tú lo diseñaste.

Eso fue suerte, Jones.

Jughead rió al leer el mensaje mientras negaba, luego de que Betty le explicó aquella rara coincidencia.

- Papi, ya tengo sueño. -su hija se frotó un ojo frente a él. - ¿Me lees un cuento?

- Claro, princesa. -el asintió levantándose del sofá para ir junto a ella a su habitación. - ¿Cuál?

- El de las bailarinas. -pidió. Jughead soltó una risa mientras negaba.

- Siempre leo el mismo.

- Dale papá. -insistió. El suspiró, y se sentó junto a ella.

Un rato despues, no había terminado de leer la historia cuando la niña cayó profundamente dormida.

El acomodó las mantas para cubrirla bien, apagó la lámpara de la habitación y salió, cerrando la puerta en total silencio.

Bajó de nuevo y tomó su teléfono, para responder el mensaje de la rubia ya que la había dejado en visto.

Betty Cooper

Siento no responder, le
estaba leyendo un cuento a
Valerie.

¿Ya se durmió?

Por suerte Sarah se durmió
hace un rato.

Si, se durmió rápido.

Y yo haré lo mismo. 😂

😂

Igual yo.

Estoy bastante cansada.

Ve a dormir, Betty.

Ten buenas noches, que
descanses. <3

Igual tú, Jug. Descansa. <3

Nos vemos mañana.

Jughead sonrió incoscientemente de nuevo al ver el mensaje. Aunque realmente, esa tonta sonrisa se mantenía en su cara cada vez que hablaba con Betty Cooper.

Ay Jones... ¿No estarás cayendo por aquella rubia de ojos verdes, o si?

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora