25 | Sorpresa

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El lunes llegó y Valerie ya estaba mejor. Y aunque ya no tenía fiebre, Jughead decidió que lo mejor era que ambos se quedaran juntos en casa.

El no fue al trabajo, y ella no fue a la escuela, tampoco iría a su clase de Ballet.

Jughead sabía que ambos necesitaban descansar. Porque la noche del sábado y la del domingo, ella no había logrado dormir bien por su malestar y el tampoco, por estar al pendiente de ella.

Llegó el mediodía y Jughead se despertó por el sonido de su móvil junto a él. Se desperezó rapidamente y respondió al ver el nombre de la rubia.

- ¿Betts? -preguntó con la voz ronca, frotando su ojo.

Escuchó la risa de la rubia del otro lado de la linea. - ¿Estabas durmiendo?

- Mhm. -el asintió bostezando.

- Siento despertarte.

- Tranquila. -le quitó importancia. - ¿Pasa algo, nena?

- No, simplemente quería saber como está Valerie hoy, además me pareció raro que no me enviaste ningún mensaje desde anoche y me preocupé... -admitió.

- Valerie ya está bien, tranquila. Como no dormimos bien desde hace dos días preferí que ambos nos quedemos en casa para descansar. Ella lo necesita.

- Entonces tampoco irá hoy al ballet.

- No. -negó. - Nuestra semana comienza mañana. -sonrió divertido y ella rió.

- Bueno, solo llamaba para eso. Sigue durmiendo.

- Oh, no. Ya es bastante tarde. Voy a levantarme a preparar el desayuno, o el almuerzo, no lo sé. -soltó una risa.

- Está bien, Juggie. Hablamos luego.

- Te quiero, nena. -murmuró. - Gracias por preocuparte y estar al tanto.

- Siempre. -afirmó. - Te quiero.

- Adiós, cuídate. -le pidió y luego cortó la llamada.

Se levantó y entró al baño para darse una ducha. Al salir pasó por la habitación de su hija y la vió profundamente dormida.

Si, definitivamente ella también estaba bastante cansada.

Bajó a la cocina y se dispuso a preparar la comida para él y su hija.

- Mami... ¿Con quién hablabas? -Sarah se acercó a su madre con curiosidad. - Y dime la verdad. -entrecerró sus ojos. - Escuché que dijiste te quiero.

Betty enarcó una ceja. - Con tu tía Ronnie.

- Ah. -la niña bajó sus hombros y suspiró. Una parte de ella esperaba que dijera Jughead.

- Valerie no irá hoy al ballet. -le informó a su hija. Ella hizo un puchero.

- ¿Por qué?

- Porque aunque ya está bien, se siente cansada. Entonces su padre decidió que se quede hoy en casa a descansar.

- Oh... -suspiró. - Bueno, supongo que la veré el miércoles.

- Si. -le sonrió. - ¿Que quieres almorzar?

- Vegetales no. -hizo una mueca. Betty rió.

- Haré tu pasta favorita.

- ¡Si! -celebró y se fue a sentar en el sofá de la sala para ver televisión.

Betty rió y entró a la cocina.

Jughead Jones

Ayuda.

No quiero hacer nada
y Valerie tiene hambre.

Que pereza.

Betty rió ante eso y negó.

Hey, no dejes que la
pereza te controle, Jones.

Estaba en el auto, respondiendo el mensaje mientras Sarah se abrochaba el cinturón de seguridad luego de salir de su clase de Ballet.

Una idea pasó por su cabeza y sonrió. - ¿Quieres que le llevemos cena de sorpresa a Valerie?

- ¡Si, mamá! -ella sonrió.

- Bien... ¿Que compramos? -le preguntó. - Algo sano, recuerda que estuvo enferma.

- Ay, no se mami. -hizo una mueca.

Betty rió. - Ni yo. Pizza y ya. -ambas rieron y la rubia condujo a la pizzería más cercana, luego de ordenarla por teléfono para acortar el tiempo de espera.

Al llegar, pasaron solo 10 minutos y se las entregaron, y tomó rumbo directamente a la casa Jones.

Se bajaron juntas del auto, Betty con cuatro pizzas en sus manos y Sarah tocó el timbre.

Jughead abrió, con una pijama y enarcó su ceja con una sonrisa.

- Su pedido, señor Jones. -Betty dijo divertida.

- Acaban de salvarme la noche. -el admitió, despeinando el cabello de Sarah. - Hola, pequeña.

- Hola Jughead. -ella le sonrió.

- Pasen. -les pidió rodándose de la entrada y cuando ellas pasaron, el cerró la puerta.

- ¿Y Valerie? -Sarah preguntó.

- Está arriba, ve a darle la sorpresa.

Ella sonrió y caminó escaleras arriba rapidamente.

Jughead le sonrió a Betty y la tomó de la cintura. - No tenías que hacer esto. -negó.

- Bueno, como tu estás cansado y yo quería verte... Aproveché la oportunidad. -sonrió. El dejó un beso en sus labios y la abrazó.

- Gracias. -murmuró.

Betty sonrió, acsriciando su cabello cuando el dejó caer su cabeza en su hombro.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora