36 | Necesitamos hablar

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Veronica no hizo más que abrazar a la rubia, y pedirle que por esa noche intentara pensar mejor las cosas, para cuando estuviera mejor, pudiera hablar con el pelinegro.

Si el se lo permitía.

Y ese era otro de los temores de Betty. ¿El querría hablar con ella? No lo sabía, pero lo intentaría.

Esa noche ambos durmieron luego de que sus amigas los consolaran, o al menos intentaron dormir.

Pasaron gran parte de la noche pensando y pensando en lo que había pasado y en qué pasaría despues...

Al día siguiente, Sarah despertó a su madre bastante temprano porque tenía hambre.

- Mami... Mami tengo hambre. -se recostó junto a ella en la cama.

Betty se removió cansada intentando abrir sus ojos. - Linda, no dormí muy bien anoche. ¿Quieres dormir conmigo un rato más y luego te preparo el desayuno?

Ella negó. - No, mami. Lo siento. No tengo sueño. -explicó.

La rubia suspiró y se sentó en la cama frotando sus ojos.

- Mami... ¿Por qué tienes los ojitos así? -le preguntó la rubia más pequeñas y se acercó a tocar bajo los ojos de Betty, los cuales estaban hinchados por llorar.

La rubia mayor sonrió de lado. - No es nada, linda. Seguramente sea solo una alergía. -mintió. Se acercó a besar la frente de la niña y luego se levantó.

Se metió al baño, se aseó un poco y bajó a la cocina junto a Sarah.

Betty comenzó a preparar desayuno para ella, para Veronica y para Sarah. Mientras lo hacía, escucharon pasos en las escaleras.

- Buenos días. -la pelinegra sonrió mirando a la niña y a Betty.

- Hola tía. -Sarah sonrió y Veronica se acercó a besar su mejilla.

Luego fue hasta la rubia y la abrazó. - ¿Te sientes mejor? -le preguntó en un murmuro para que la niña no escuchara.

- Algo. -se encogió de hombros.

- Deberías ir a ducharte, debes hacer algo importante hoy. Yo me quedo con Sarah.

- ¿Eh? -Betty enarcó su ceja confundida.

- Debes hablar con él. -le dijo en voz baja. - Ve a ducharte, yo termino esto. -insistió.

- Ronnie no creo que sea buena idea. -negó.

- ¿Como lo sabes si no lo intentas? -la retó. - Ve. -esta vez le dió una mirada seria señalando las escaleras y Betty suspiró, para irse de ahí tal y como una niña regañada.

Veronica sonrió con suficiencia y Sarah la miró confundida. - ¿Por qué retas así a mi mamá?

- Porque tu mamá es terca. -le sonrió.

La niña la miró como si estuviera loca y se encogió de hombros quitándole importancia, para bajarse de la silla y sentarse en el sofá, encendiendo la tele.

Betty mordió su labio al llegar a la casa del pelinegro. Estaba justo frente a la puerta, pensando si tocar o no el timbre.

Se sentía tan estúpida, pero es que tenía miedo de que el no quisiera hablar con ella.

Al hacerlo, se sorprendió al ver que fue Toni quién abrió la puerta.

- Betty. -murmuró la morena con sorpresa.

- Hola. -sonrió levemente. - Necesito hablar con Jughead. -explicó.

- Eh... El se está duchando arriba, pasa. -le pidió. - El me contó todo. -murmuró cerrando la puerta. - Se que necesitan hablar, así que yo me iré para darles privacidad. -se encogió de hombros.

- Gracias, Toni... -murmuró algo apenada.

Ella le sonrió levemente, tomó sus cosas y se fue de ahí, dejando sola a la rubia en la sala de la gran casa.

Se sentó en el sofá y suspiró. Debía esperar.

Un rato después, escuchó pasos en las escaleras.

- Toni, ¿Sabes en donde dejé mi... -dejó la pregunta en el aire, al ver a la rubia sentada en el sofá.

Ella bajó su mirada y jugó con sus dedos algo nerviosa. - Hola, Jug...

- Betty. -murmuró. - ¿Por qué no me avisaste que vendrías? -preguntó, acercándose.

- Necesito hablar contigo. -subió su mirada para verlo directamente a los ojos.

El suspiró, y se sentó a su lado. - Si, considero que es necesario. -aceptó. - Necesitamos hablar. -concordó con la rubia.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora