180 | Aburridos

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Aunque aún en las dos hermanas se notaba algo de desilusión por no poder ir al campamento ese año, sus padres se encargaron de que lo olvidaran, pues tampoco les agragaba verlas así.

Ese mismo día en la noche, Jughead apareció en la puerta de la habitación de Sarah quien estaba con Valerie, y Marco entró junto a él.

- ¡Alístense! ¡Alístense! Iremos al parque de diversiones. -exclamó el pelinegro menor tirándose en la cama justo entre las dos hermanas.

Ambas se miraron y negaron. - No tengo muchas ganas. -admitió Valerie mirando a su padre.

- Ni yo. -le siguió la rubia.

Jughead suspiró. - Campeón, ¿Podrías avisarle a tu madre que iremos al parque para que se aliste? -le pidió.

El asintió rapidamente y se levantó para salir de ahí corriendo, así que Jughead se sentó donde estaba él en la cama en medio de sus dos hijas

- Vengan aquí. -les pidió.

Ellas se acercaron más y el pasó sus brazos sobre sus hombros, abrazándolas contra él.

- Se que tal vez no lo entiendan ahora, pero lo hacemos solo por su bien. No me gusta verlas mal, así que por favor dejenme complacerlas un poco y que pasemos una linda noche con su madre y su hermano, ¿Si?

Ellas suspiraron, y la primera en asentir fue Sarah. - Bueno... Está bien.

Ambos miraron a Valerie quién rodeó sus ojos con una pequeña sonrisa. - Pero me compras algodón de azúcar. -señaló retadora a su padre.

Ellos rieron y Jughead besó la frente de ambos. - Vayan a alistarse y por favor no tarden, eh. -les pidió levantandose de la cama.

Salió de ahí y entró a su habitación, donde vió a su esposa salir del baño con una toalla cubriendo su cuerpo.

- Que linda, que hermosa, que preciosa. -Jughead dijo acercándose a su esposa y la tomó de la cintura para llenar su cara de besos.

Ella rió sonrojada. - Juggie.

- Estás muy guapa, mi vida. -dijo dejando su cabeza sobre el hombro de la rubia. - Y te amo.

- Te amo Juggie. Ve a ducharte. -le dijo acariciando su cabello y el asintió.

- Me niego a subirme en eso. -dijo Sarah abrazándose a su padre. - No sueñen. No lo haré. -negó mirando la atracción del martillo frente a ellos.

- Ustedes. -Betty señaló a su esposo e hija. - Son unos aburridos. -tomó la mano de sus otros dos hijos y sonrió. - Nosotros si subiremos.

- ¡Si, si, si! -celebró Marco.

Y mientras se alejaban, Valerie le mostró su lengua con burla a su hermana y padre, a lo que la rubia menor respondió enseñándole su dedo medio.

Jughead tomó su mano y le dió una mala mirada.

- Lo siento. -Sarah se disculpó sonrojada.

- Ven, vayamos a sentarnos mientras.

- Apuesto a que Valerie va a vomitar.

Jughead rió, sentándose junto a su hija en un banco desde el cual tenían una vista perfecta de la atracción, donde todas las personas estaban subiendo y los trabajadores del lugar se encargaban de ver que todo estuviera seguro para comenzar.

Pocos minutos despues, los trabajadores bajaron y la atracción encendió sus luces, y las dos partes comenzaron a moverse en sentidos distintos de un lado a otro, y los gritos comenzaron a escucharse cada vez más fuertes.

Cuando bajaron, Betty y Valerie reían, pero Marco caminó hacia su padre entre mareos. - ¡Otra! -exclamó, sin lograr caminar bien.

Jughead lo tomó en sus brazos. - Nop, en definitiva no subirás a eso de nuevo. -sonrió cuando el dejó su cabeza sobre su hombro.

- ¡Fue increíble! -exclamó Valerie a su hermana.

- No lo creo. -negó con una mueca. - Se ve aterrador.

- Insisto, ustedes son muy aburridos. -Betty dijo entrelazando su mano con la de su esposo y los cinco comenzaron a caminar juntos.

Bueno, excepto Marco que iba en los brazos de su padre.

- Papi... ¿Ya nos compras algodón de azúcar? -preguntó Valerie con ternura.

- ¡Ay, si! -pidió Betty dando leves saltitos.

Sarah soltó una carcajada. - Mamá es como una bebé contigo, papi. -dijo Sarah mirando al pelinegro mayor.

- Si. -Jughead rió, mirando a su esposa con una sonrisa y ella sonrió paara dejar su cabeza caer cotra el costado de su brazo. - Bien, vayamos a comprarles su algodón de azúcar.

Continuaron caminando y Jughead miró a su hija rubia. - Supongo que tú quieres helado como siempre.

Ella asintió. - Obvio.

El rió, y primero pasaron a comprar el algodón de azúcar para Betty y Valerie. Luego un helado para Sarah y Marco, y también uno para él.

- ¿Vamos al paseo en bote? -preguntó Jughead mirando a sus hijos y esposa.

- ¡Ay si Juggie! -Betty se abrazo a su esposo. - Yo voy con él, ustedes no sé.

Ellos rieron y Valerie se encogió de hombros. - Yo voy sola.

- Y yo con Marco. -sonrió Sarah y ambos chocaron los cinco.

Ellos subieron como dijeron, primero iban Jughead y Betty en un bote, tras ellos Valerie y tras ella Marco y Sarah.

- Estás muy lindo hoy Juggie. -Betty sonrió mirando a su esposo.

El se sonrojó levemente y Betty rió, entonces el la tomó del cuello y besó sus labios.

- ¡Despéguense! -exclamó Valerie.

- ¡Déjalos! -Sarah se quejó. - Y muévete que no me dejas tomarles una foto aesthetic. -dijo con su móvil en mano, intentando sacarle una foto a sus padres.

- Pero Sari ayúdame. -se quejó Marco manejando el bote solo.




















Yo en la vida soy Jughead y Sarah con ese tipo de atracciones.

Me dan terror.

Bye! ✨

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora