171 | Otro plan

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Justo cuando Jughead aparcó su auto frente a la mansión, notó que el de Betty estaba aparcado frente a la puerta, y ella y Marco estaban bajando todas las bolsas de las compras.

- Cierren las puertas, iré a ayudar a su madre. -le dijo el pelinegro a sus dos hijas mayores para luego bajarse del auto.

La rubia estaba en la puerta de la casa dejando unas bolsas y Marco la ayudaba a meter las bolsas a la casa, y como estaba de espaldas a él no se dió cuenta de su presencia.

- ¿Necesita ayuda, señorita? -el preguntó algo divertido con sus manos dentro de sus bolsillos.

Betty sonrió al escuchar su voz y se acercó para abrazarlo. - Si Juggie.

- Mi ayuda cuesta un beso.

La rubia soltó una risa y dejó un casto beso en sus labios.

- Ya despéguense. -se quejó Sarah llegando tras ellos junto a su hermana.

Ambos se miraron divertidos y se separaron, para bajar del auto de la rubia las últimas bolsas de las compras.

Cuando entraron, Sarah fue la que comenzó a quejarse con su madre.

- Mamá, me corté con papel muchas veces, mira. -levantó sus manos enseñando pequeños rasguños. - No quiero hacer eso de nuevo.

Betty aguantó su risa mientras guardaba las compras con ayuda de su esposo.

- Papi... -Sarah se acercó a su padre con una sonrisa.

- Estás castigada. -el respondió enseguida.

Ella rodeó sus ojos. - ¿Por cuanto tiempo? Mi cumpleaños es en un mes y quiero que viajemos. -sonrió ampliamente.

El enarcó una ceja. - ¿A donde?

- Aún no conozco París.

El asintió. - Bueno, es cierto... ¿Cuanto tiempo durará el castigo de estas dos, amor? -Jughead miró a su esposa señalando a sus hijas.

Betty rió. - Dos semanas.

- Bien, si de aquí a dos semanas que su castigo acabe no vuelves a hacer nada, tal vez considere organizar un viaje a Paris por tu cumpleaños.

Sarah sonrió. - Gracias papi.

En la noche, cada uno estaba en su habitación listos para dormir, pero Valerie se levantó de un salto al leer algo en una publicación de instagram y corrió a la habitación de su hermana.

Cerró la puerta tras ella y dió pequeños saltos de emoción. - ¡Sari, no lo vas a creer!

Sarah levantó su mirada del libro que leía y la miró confundida. - ¿Que?

Valerie se acercó a enseñarle su teléfono y la rubia lo tomó comenzando a leer. Valerie supo que vió todo, cuando sus ojos se abrieron como platos y se levantó apresurada.

- ¡¿Es de verdad?!

- ¡Si, si! -Valerie asintió. - Tenemos que ir. Debemos convecer a papá.

Sarah asintió, aún emocionada, y se sentó de nuevo en la orilla de su cama al igual que la pelinegra.

- ¿Crees que nos deje? -preguntó Sarah algo insegura.

Valerie suspiró y miró sus manos. - A ti te dejaría sin problemas si de actitud se trata... A mi solo me dejarían si logro recuperar mis calificaciones, nunca dejarían ir solo a una sin la otra.

La rubia mordió su labio inferior. - Es cierto...

Valerie se apresuró a tomar sus manos. - Me voy a esforzar, Sari. -le sonrió. - No solo porque es mi sueño, sino también el tuyo... -admitió. - Lo haré por ambas.

Sarah sonrió. - Se que podrás. -asintió segura. - Gracias, Val.

La pelinegra también sonrió y la abrazó. - Es hora de hacer otro plan... -dijo divertida.

La rubia la miró intrigada. - Te escucho.

- Ya papá te dijo que podremos viajar a Paris por tu cumpleaños si despues de que acabe nuestro castigo no pasa nada más... Yo de verdad me esforzaré por subir mis calificaciones y por no meterme en problemas. -explicó. - Y tú... Bueno tu no te metes en problemas.

Ambas rieron ante eso. - Yo solo existo. - Sarah dijo divertida.

Valerie rodeó sus ojos sonriente y continuó. - Bueno... También puedes pedirle de regalo a mamá y a papá que nos dejen ir al campamento.

- Val... ¿Realmente crees que papá nos deje ir solas a España por dos semanas? -cuestionó Sarah.

- Supongo que si insistimos mucho si... -se encogió de hombros. - El sabe que desde que tenemos ocho años queremos ir a uno de esos campamentos, esta es nuestra oportunidad.

Sarah asintió mirándola. - Esperemos unos días... Y les diremos para saber que opinan. -Valerie asintió de acuerdo.

- Juggie, Juggie, Juggie. -Betty repitió el nombre de su esposo varias veces seguidas.

El estaba en la cama con su laptop en sus piernas y su esposa junto a él, intentando obtener toda su atención.

- Ya voy a terminar mi vida. -el le dijo, redactando el mensaje del último correo que tenía por enviar.

- Tengo sueñito Juggie, y quiero que me abraces para dormir. -ella se quejó acariciando el cabello de su esposo.

El sonrió, dando click al botón de enviar. Al terminar, apagó la laptop, la cerró y la dejó en su mesita junto a la cama. - Listo. -sonrió mirando a su esposa.

Se acomodaron en la cama bajo las sábanas, el la abrazó y dejó un tierno beso en sus labios. - Te amo Betts.

- Te amo mucho amor. -ella le dijo en voz baja cerrando sus ojos. - Descansa.

- Y tu, nena. -el dejó otro beso en su frente y cerró sus ojos también, listo para dormir.

















Holi, buen dia💗

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora