130 | Mutuo

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Poco más de doce horas despues, todos llegaron a Italia a las 2:00 AM de allá.

Por supuesto todos estaban bastantes cansados, así que Fp y Gladys tomaron rumbo a su casa, así como Jughead se fue a la suya junto a su familia.

Donde también le presentaría su casa a las dos rubias ya que no la conocían.

De camino a la casa, ambas niñas se durmieron en el auto, al igual que Marco quien estaba junto a ellas en el porta bebés.

- ¿Estás cansada, mi vida? -Jughead le preguntó a su esposa mientras conducía y acariciaba su muslo.

Ella asintió con un puchero. El rió.

- También estoy algo cansado. Pero tenemos varios días libres, solo para nosotros y los niños antes de la boda.

- Estoy emocionada Juggie.

- Yo igual, amor. -el dijo de acuerdo.

Rato despues, Betty tomó al bebé y una de las maletas, mientras Jughead se encargaba de las niñas.

Dejó a Valerie en su habitación y a Sarah en otra de invitados, la cual pensaba remodelar especialmente para Sarah.

Luego bajaron del auto todas las maletas, las cuales no eran todas, solo las más necesarias. Las demás se las llevarían al siguiente día pues las habían dejado en el Jet por falta de espacio en el auto.

- ¿Donde dejo a Marco, Juggie? -Betty le preguntó en un murmuro a su esposo, cuando el cerró la puerta luego de meter todas las maletas a la casa.

- Hay otra habitación de invitados. -le informó. - Podemos dejarlo ahí y llenar su alrededor de almohadas.

Ella asintió y juntos subieron. Dejaron al niño donde dijeron y luego Jughead la guió a su habitación.

- Te presento nuestra habitación. -el sonrió cuando entraron y la abrazó por la cintura tras ella. - ¿Te gusta?

- Mhm. -ella asintió. - Es linda, Juggie. -admitió.

- Mañana te enseñaré la casa completa y a Sarah. -le sonrió, quitándole los biker shorts. - Y cuando nos vayamos, pediré que remodelen las habitaciones para Sarah y Marco.

Ella sonrió también quitándole la camiseta a su esposo. - Te amo Juggie.

- ¿Estás muy muy cansada? -el preguntó comenzando a besar su cuello. - Porque ahora no tengo ganas de dormir. -admitió.

Betty cerró sus ojos disfrutando sus besos y jadeó. - Depende de para qué me quieres despierta. -murnuró.

Jughead sonrió y relamió sus labios para mirarla. - Para divertirnos un poco. -sonrió y la besó, para luego separarse de nuevo. - ¿Que dices?

Ella soltó una leve risa y lo besó de nuevo, el la tomó de los muslos y la dejó sobre la cama quedándose sobre ella.

- Date la vuelta. -el le pidió al oído.

Betty se dió la vuelta como le pidió y Jughead se encargó de quitarle las bragas, dejándola solo con la camiseta de el que había usado para el viaje.

Luego le quitó la camiseta y el brasier, dejándola completamente desnuda.

Sonrió al verla y alzó su mano para dejar un azote sonoro en su trasero, a lo que ella mordió su labio inferior evitando gemir.

- Eso, mi amor. -dijo en su oído. - Sin ruidos.

Betty jadeó al escuchar su voz ronca y cerró sus ojos con fuerza, sin dejar de morder su labio inferior.

Sintió como él se levantó de la cama y escuchó su cremallera, así supo que el estaba terminando de desnudarse.

Segundos despues, vió caer junto a ella en la cama un condón, y luego el volvió sobre ella sin hacerle peso.

Bajó su mano por su espalda lentamente hasta llegar a su trasero. Dejó un leve apretón y siguió bajando hasta sus labios vaginales los cuales estaban ya cubiertos de fluidos.

Se inclinó hacia ella y continuó besando su cuello y espalda, sin importarle las marcas que dejara.

Betty apretó la sábana de la cama entre sus manos cuando el la penetró con dos dedos y comenzó a moverlos dentro de ella, preparándola para que recibiera su miembro.

- Jug. -jadeó.

- Sin ruidos, nena. Ya te lo dije. -repitió en voz baja. - Me gusta escucharte, pero tienes que guardar silencio, ¿Si?

Ella asintió lentamente y el sonrió mirándola. Luego se arrodilló en la cama y tomó el condón para abrirlo y cubrir su erección con este.

- En cuatro, nena.

Ella hizo lo que le pidió su esposo, dejando su peso sobre sus manos y rodillas. El la tomó de la cintura con fuerza y relamió sus labios al mirarla.

Al ver su trasero frente a él, escuchando su voz agitada y mirando su cabello desordenado caer por su espalda.

Gruñó y sin esperarlo más se acercó a su entrada y la penetró duramente, entrando en ella de una embestida que la hizo gemir.

El dejó un apretón en su nalga derecha y se inclinó a ella. - Elizabeth. -gruñó. - Si sueltas otro mínimo gemido voy a parar.

Los ojos de Betty se cristalizaron ante el placer, y la unión de todo lo que estaba sintiendo con el dentro de ella, más las ganas contenidas de gemir su nombre la estaban volviendo loca.

El no paró, y luego de terminar, continuaron con un par de rondas más, tocándose y dándose placer mutuamente.























Que hot viste.

Entre más tareas tengo, más ganas de escribir e ideas tengo, JAJSJAJS.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora