- ¿Betty? -el pelinegro entró a la habitación en busca de la rubia y la miró relajada sentada en la orilla de la cama, con la copa en su mano y un libro en la otra.
- ¿Mhm?
- Ven aquí. -pidió, con un tono de desespero en su voz.
Ella rió y levantó su mirada, sonriendo de lado. - ¿Para qué?
- Haré lo que quieras. -admitió. Ya no podía resistirse más.
Ella dejó la copa y el libro en la mesita junto a la cama y se levantó para ponerse frente al pelinegro, empujándolo para que se sentara en la orilla de la cama.
Se sentó en su regazo y lo miró a los ojos.
- ¿Solo yo mando hoy? -preguntó.
El desvió su mirada y frunció el ceño. No quería decirlo. - Betty.
- Si no me dices no haré nada. -negó, acariciando su mejilla. - Y lo necesitas. -dijo refiriéndose al bulto bajo sus boxers, con algo de diversión.
- Si, Betty. -murmuró con molestia. - Tu mandas hoy.
- Que bien, Juggie. -sonrió, inclinándose para besar la piel de su cuello. - Algunas veces el orgullo no te sirve se nada.
Lo empujó hacia atras en la cama, haciendo que se recostara con sus brazos debajo de él, para que no pudiese tocarla.
Betty se inclinó a seguir besando su cuello, pecho y bajó por su abdomen hasta llegar a su entrepierna una vez más.
Jughead gruñía y se notaba desesperado. Sufría al no ser el quién llevaba el mando en ese momento, al no poder tocarla como quería hacerlo.
- Betty. -jadeó. - Deja de jugar.
- Es divertido. -sonrió de lado, mirándolo a los ojos y sacó su corto vestido por su cabeza, revelando su ropa interior de color rojo.
El gruñó de nuevo tirando su cabeza hacia atras cuando Betty comenzó a mover su mano en su miembro de arriba a abajo.
- Me gusta tener el control. -dijo contra sus labios, cuando volvió a inclinarse contra él.
- No te acostumbres. -el le dijo de forma seria, cuando Betty unió sus labios en un apasionado beso.
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A la mañana siguiente, Jughead despertó al escuchar el timbre de la casa sonar.
Se removió con la rubia en su pecho y despertó frotando su ojo. - Amor, es mi madre. -le informó. - Viene a traer a Val.
Ella se quejó, rodando hacia un lado para darle la espalda y continuar durmiendo.
- Ve vistiéndote. -le pidió. - No quiero que te vean así.
- Jug, déjame. -pidió de mal humor y el rió.
- Cerraré con traba, pero igual levántate y vístete, por favor. -le pidió mientras se vestía.
Sonrió al mirarla frotar su ojo derecho y le pasó traba a la puerta, para luego cerrar al salir de la habitación.
Al abrir la puerta de la casa, Jughead recibió a su hija con un fuerte abrazo, cargándola en sus brazos.
- Te extrañé, papi. -ella murmuró abrazándolo.
El rió, dándole paso a su madre para que entrara. - Solo fue una semana, mi vida.
- Bueno, eso es mucho. -se quejó, cruzada de brazos. - Si te vas de nuevo me llevas.
- No te llevé conmigo porque debías ir a la escuela, aunque hoy faltaste. -la retó, dejándola en el piso. Se acercó a su madre y besó su mejilla abrazándola. - Gracias por cuidarla.
- Es mi nieta, sabes que me gusta estar con ella. -la castaña sonrió abrazándolo. - ¿Y Betty?
- Arriba, está-
El fue interrumpido cuando Betty bajó las escaleras con una camiseta de él y unos shorts. - Buenos días.
- Bueno, ya está despierta.
Gladys rió acercándose y besó la mejilla de la rubia, cuando Valerie se acercó y la abrazó.
- ¡Betty! -dijo con emoción. - ¿Y Sarah?
- Ella está en la escuela. ¿Por qué tu no? -le preguntó con una ceja alzada.
La niña se sonrojó y se alejó algo apenada. - Es que quería ver ya a mi papá... -explicó y los adultos rieron.
- ¿Preparo el desayuno? -preguntó la rubia.
- Val y yo ya desayunamos. -informó Gladys.
- Bueno, ¿Quieres café, Jug?
El asintió, se acercó a ella y dejó un casto beso en sus labios. - Buenos días. -le murmuró al separarse.
Gladys miró la escena sonriente y cuando Betty se fue algo sonrojada a la cocina, tomó a su hijo del brazo.
- Ven, cuéntame como les fue. -le pidió, yendo con el a la sala para sentarse juntos en el sofá.
- Bueno, iré a desocupar mis bolsos. -dijo la niña, le dió una sonrisa a su padre y a su abuela, para tomar sus cosas y subir hasta su habitación.
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...