46 | Las órdenes las doy yo

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Jughead besó a la rubia frente a la piscina en el patio trasero de su casa.

Ya era de noche y ambos ya habían cenado.

Llevó sus manos a la espalda de su novia y bajó la cremallera de su vestido, al separarse de sus labios.

Lo dejó caer y Betty lo tiró a un lado, al ya estar solo con su bañador de una sola pieza de color negro.

Jughead se quitó su cemiseta y sus pantalones, quedando solo con unos boxers.

Ella enarcó una ceja. - ¿No podías usar un short?

El negó divertido, tomando su mano para bajar juntos a la piscina entrando al agua. - No veo el problema, solo me verás tu. -sonrió, tomándola de la cintura.

Betty besó sus labios lentamente.

- Iré por una cerveza, ¿Quieres una? -le preguntó al separar sus labios y ella negó.

- No y tu tampoco. -le dijo seria. - No vas a beber hoy.

- No sabía que ahora tú me dabas órdenes a mí. -se quejó. - Las órdenes las doy yo.

Ella rodeó sus ojos. - Te quiero sobrio, mañana tienes que despertar muy temprano y va a ser un día pesado para ti.

El bufó y luego asintió. - Bueno, está bien... -murmuró.

Ella sonrió, acercándolo del cuello. Miró sus labios con deseo y luego lo besó agitadamente.

El sonrió de lado en medio del beso, siguiendo el ritmo de la rubia. La tomó de los muslos bajo el agua y caminó hasta la pared de la piscina para apegarla a esta.

- Te ves caliente con ese bañador. -el le susurró al oído para luego inclinar su cabeza y besar la piel de su cuello.

- Quítamelo. -ella le pidió.

Jughead mordió su labio y la miró de forma traviesa, llevando sus manos a la espalda de la rubia. - Con gusto, nena.

Desató el nudo de su bañador y se lo quitó como pudo bajo el agua, para luego volver a sus labios, besándola de forma lujuriosa.

- Vamos afuera. -el le pidió, y sin soltarla de los muslos salió del agua, dejándola caer en una camilla frente a la piscina.

Se subió sobre ella, acariciando posesivamente sus muslos desnudos, aprovechando su total desnudez, mientras que su bañador negro flotaba en el agua...

Bajó sus besos por su cuerpo, se entretuvo un rato en la piel de su entrepierna, donde mordió y marcó, dejando algunos chupetones.

- Jug. -ella gimió complacida.

El sonrió de lado al escucharla y se levantó para quitarse los boxers rapidamente, revelando su erección.

Volvió sobre ella, apretando con fuerza la piel de su trasero y la miró a los ojos. - Eres mía. -aseguró, tomándola del cuello.

Ella separó sus labios con deseo y asintió.

- Quiero escucharte decirlo. -susurró en su oído con la voz ronca, tomando sus pechos entre sus manos.

- Soy tuya... -Betty suspiró, al sentir que el dió una embestida contra ella, ya que sus sexos rozaban, pero aún no entraba en ella.

El sonrió al escuchar lo que quería y guió su miembro a su entrada, mirándola a los ojos.

Al estar completamente dentro, comenzó a entrar y salir con estocadas desenfrenadas, follándola fuertemente.

Mientras escuchaba sus gemidos, sus jadeos, y el sonido de sus cuerpos chocar. Con Jughead diciéndole a la rubia las cosas mas calientes al oído, acercándolos a ambos cada vez más al climax.

Rato despues, ya habían terminado y ambos se encontraban en la cama del pelinegro, abrazados bajo las sábanas.

Ella besó sus labios y se abrazó a él cerrando sus ojos.

- Te amo, Juggie.

- Te amo. -el murmuró, besando su mejilla y cerró sus ojos también.

En la madrugada Jughead despertó por su alarma, la apagó y le pidió a la rubia que siguiera durmiendo para el entrar al baño a ducharse.

Se dió una ducha rápida y tomó las últimas cosas que necesitaba en su maleta, la cual ya estaba hecha, pero faltaban solo algunas cosas que debía llevarse.

La dejó en la puerta de la casa, revisó que todas las puertas y ventanas estuvieran bien cerradas y volvió a su habitación.

- Nena. -se sentó a su lado en la cama, despertándola. - Ya me voy.

- Juggie. -ella se quejó. - Primero dame besito. -le pidió frotando su ojo derecho.

El rió, acercándose a ella para besar sus labios apasionadamente. Al separarse le sonrió y besó sus labios una vez más.

- Te amo, nena. -murmuró.

- Te amo mucho Juggie. -ella sonrió, notándose cansada. - Avísame cuando llegues. Me llamas. -le pidió.

El asintió levantándose. - Lo haré, aunque primero iremos a Vancouver y el vuelo directo a Italia lo tomaremos al mediodía, te estaré avisando. -explicó. - Cuando te vayas cierras todo, por favor.

- Está bien. Te amo. -repitió.

- Te amo. -el sonrió.

Le dió una última mirada antes de irse y sonrió al verla. Desnuda, enrollada entre las sábanas de su cama, con sus ojitos cansados por el sueño y la pequeña sonrisa que le dedicaba.

Luego se fue de ahí, dejando a la rubia durmiendo en su casa.


Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora