80 | Loco

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Un mes había pasado y diciembre había llegado, junto al invierno, el frío y los días lluviosos de Los Ángeles.

Como Jughead había planeado, ahora se encontraban los cuatro en la cabaña a la orilla de la playa.

Ya tenían una semana ahí, y se quedarían otro par de semanas más, hasta que las vacaciones acabaran, pues no querían viajar o hacer gran cosa.

- No, niñas. -Betty negó viendo a la pelinegra y a la rubia más chica. - No pueden ir a la piscina, está lloviendo y hace bastante frío, podrían enfermarse.

- ¿Entonces para que hay piscina si no podemos entrar? -se quejó Sarah cruzada de brazos.

Jughead, quién se encontraba en la mesada de la cocina escribiendo en su laptoo rió ante eso, mirando a la rubia.

- Tu deja de burlarte. -le pidió seria. - Y ustedes, dejen de insistir. ¿Saben qué? -sonrió egocéntrica. - Vayan a preguntarle a Jug, si el les dice que sí, entonces podrán salir a la piscina.

Sonrió burlona mirando al pelinegro quién la miró mientras negaba levemente, pues el sabía que entrar a la piscina con ese clima no era lo más prudente, asi que el tampoco les diría que sí.

Pero, las niñas con un poco de esperanza se acercaron a él y se sentaron una a cada lado del pelinegro, mirándolo sonrientes.

- Papi... ¿Nos dejas? -Valerie preguntó.

- Déjanos ir, Jug. -pidió Sarah.

Ambas hicieron un puchero mirándolo con ojos de perrito, mientras Betty reía burlona, ante la cara de Jughead.

El cubrió su cara. - Yo tampoco les diré que sí, no lo intenten. -negó. - Estoy trabajando, ¿Por qué no van a ver películas, o algo así?

- No. -ambas negaron al mismo tiempo, más serias que antes.

- ¿Por qué trabajas en vacaciones? -Sarah enarcó una ceja mirándolo.

- Solo es un poco, son detalles de los que debo encargarme, porque mi empresa nunca para. -admitió.

- Ah, bueno. Cosas aburridas. -suspiró. - Es como si yo siga haciendo tareas...

- Si, verdad. -Valerie estuvo de acuerdo. - Pero mi papá siempre trabaja en vacaciones. -se cubrió la cara para murmurarle a la rubia: - Está loco.

Betty soltó una carcajada y ambas niñas la miraron divertidas.

- Valerie Jones, te escuché. -su padre dijo con seriedad. - Vamos a ver quién está más loco cuando te hagamos cosquillas, ¿Sarah, me ayudas?

Ambos se miraron cómplices y Valerie negó, y se apresuró a bajarse de la silla para correr, pero su padre fue más rápido y la dejó sobre el sofá, haciendo cosquillas en su abdomen y Sarah en su cuello.

- ¡No! -pidió riendo. - Sarah... -se quejó entre risas y quedándose sin aire.

Ellos pararon y rieron burlándose de la niña, pero llevaron su vista a la rubia mayor al verla reír en la cocina.

- Niñas, creo que Betty también quiere cosquillas... -Jughead dijó mirando a Betty divertido.

- ¡No! -ella se quejó al verlos acercarse. - Aléjense. -pidió divertida pero los tres llegaron hasta ella haciéndole cosquillas igual que a la niña segundos atras. - ¡Paren! ¡Paren! -pidió entre descontroladas risas.

Todos rieron al separarse y Jughead abrazó a su novia por la cintura.

- Tonto. -ella se quejó. El besó sus labios de forma rápida y le sonrió.

- Tu tonto. -especificó divertido y ella sonrió también.

- Niñas... Ya que mañana es noche buena, creo que deberíamos poner un árbol, ¿No les parece? -preguntó divertida.

- ¡Si! -ambas asintieron.

- ¿Por qué no van a alistarse y vamos juntos? Los cuatro. -especificó, mirando a su novio.

El suspiró y asintió.

- Bueno, ya vamos. -ambas se miraron sonrientes y subieron las escaleras.

Jughead miró a su novia con una ceja enarcada. - Estoy trabajando. -señaló su laptop.

Ella se sentó en el orillo de la mesada con su novio entre sus piernas, y acarició el cabello de su nuca.

- Como las niñas dijeron, no deberías trabajar en vacaciones. -murmuró. - Deja eso al menos por estos días, ¿Si? Son momentos para estar en familia.

- ¿Familia? -sonrió. - Es bonito si lo dices así.

Ella rió y besó su mejilla. - Iremos a comprar un gran árbol y muchos adornos lindos.

- Ay, creo que mi tarjeta se perdió, ¿Sabes? -rascó su nuca y ella rió.

- Ja, Jones. Como que si yo no tuviera para pagar lo que compre. -sonrió burlona.

- Bueno, anque me quejo en broma y sé que gastarán mucho, me gusta pagar siempre. -admitió. - Así que oh, mira. -tomó su billetera de su bolsillo y la abrió. - Mi tarjeta apareció de nuevo.

Ambos soltaron una carcajada y se besaron durante unos minutos, hasta que decidieron ir a alistarse para ir junto a las niñas por el árbol y decoraciones navideñas.























Que perfectos...

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora