104 | Excusas

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Gladys decidió llevar ella misma a las niñas a la escuela, y de paso también se llevó a Marco, pues sabía que su hijo y yerna debían hablar.

- ¿Donde estuviste? -Betty le preguntó a su esposo cuando este salió de la ducha. - Estaba preocupada.

- Solo salí a un bar Betty, no es para tanto. -le quitó importancia.

- ¿Que no es para tanto? -soltó una risa sin gracia. - ¿Que te sucede? -ella se quejó con los ojos cristalizados. - Te estás comportando como un idiota, Forsythe.

El suspiró y la miró. - No me pasa nada, Betty. Ahora ¿Me dejas tranquilo? Debo ir a trabajar.

- Si te vas ahora, juro por dios que me iré yo antes.

- ¿Y por qué, Elizabeth? -el preguntó con molestia.

- ¡Porque me estás usando como tu jodido juguete sexual! ¡Porque no te interesa que tu bebé llore, solo follar! -se quejó en un grito y las lagrimas salieron de sus ojos.

El bajó la mirada y se notó pensativo. - Betty eso no es... -guardó silencio. Parecía que no tenía ninguna excusa.

Ella enarcó una ceja. - ¿No es que? ¿Cierto? ¿Es que, mentira? -ella preguntó seria. - No lo es. Tienes días llegando a casa solo buscándome para follar, ¡Y claro! Si uno de nuestros hijos interrumpe tu te molestas y te vas durante una noche entera, dejándonos solos. No soy tu juguete sexual. -lo retó. - No para que me utilices solo por mi cuerpo.

El intentó acercarse. - Betty... -intentó acariciar su mejilla.

- No te me acerques. -le pidió. - Sabes todas mis inseguridades, te he dicho todo de mi, y ahora tú, mi esposo, eres el que me busca por mi cuerpo. -dijo de forma algo sarcástica. - Y me estás haciendo sentir... Usada.

Jughead tragó en seco. Sintió su corazón romperse en dos. Y le molestaba, porque sabía que ella tenía razón.

- Lo siento, lo siento. -el murmuró. - Tienes razón, no quise hacerte sentir así. -negó rapidamente. - Es que... He estado tan ocupado con la empresa y trabajo, no sé... Solo quiero descargarme al llegar aquí. -explicó hablando algo rápido y nervioso, al darse cuenta de todo. - No pasará de nuevo. -prometió.

- Vete, Jughead. No quiero verte hoy. -dijo desviando su mirada de él mientras señalaba la puerta.

- Betts. -intentó acercarse de nuevo.

- Vete. -repitió, seria.

- Lo siento. -de nuevo se disculpó, y suspiró, para tomar sus cosas e irse de la casa.

Cuando Gladys volvió, Betty se encontraba terminando de preparar la comida.

- Mami. -Valerie y Sarah se acercaron a saludar a la subia mayor.

- Hola mis niñas. -sonrió. - ¿Como se portó mi niño, Gladys? -Betty le preguntó sonriendo a la castaña mientras tomaba a su hijo en brazos.

- Muy bien, siendo sincera. -sonrió. - Fuimos al parque, estuvimos en mi casa y le encantó ver a Totto. -admitió.

- ¿Cuando nos llevarás, abuela? -preguntó Sarah.

- Si, nosotras también queremos ver a Totto. -Valerie sonrió.

- Bueno, pensé en que fueran hoy conmigo... -admitió. - Y que sus padres vayan por ustedes en la noche. -miró a Betty.

Betty estaba por negar. - Gladys n-

- Betty. -la castaña la interrumpió. - Yo no tengo ningún problema... -se acercó a ella. - Y tú y mi hijo tienen cosas por resolver. -se encogió de hombros.

Betty suspiró ante eso.

Mientras ellas comían, cuando Gladys terminó se levantó y salió al patio trasero marcando el número de su hijo.

- Me llevaré de nuevo a los niños conmigo a mi casa hasta la noche. -le informó apenas el respondió. - Así que quiero que vuelvas a casa y te encargues de arreglar las cosas con tu esposa. -sonaba molesta.

- Mamá, es que-

- No quiero que me expliques nada. -lo interrumpió. - No me interesa saber que es lo que pasa entre ustedes ni tampoco escuchar excusas, simplemente hazte cargo, porque algo me dice que es tu culpa, ¿O no?

Ella lo escuchó suspirar. - Si, mamá. Es mi culpa. Y ya se que debo hablar con ella, ya estoy planeando algo. -confesó.

- Más te vale. En la noche los quiero pasando por sus hijos, así que no tardes en volver. -demandó.

- Ok, mamá. -asintió y la castaña mayor cortó la llamada.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora