Cuando la noche llegó, la luna se reflejaba en el mar y en el agua de la piscina junto a la pareja, quienes compartían una romántica cena.
- Jug... He pensado lo que hablamos el domingo en tu casa. -murmuró.
- ¿Que, exactamente? -preguntó con una ceja enarcada y una sonrisa, cortando un trozo de la carne en su plato.
Ella al notar su sonrisa burlona rodeó sus ojos. - Sabes de lo que hablo. -bebió un sorbo de vino de su copa.
- No, creo que no lo sé. -negó divertido. - ¿Podrías decirme?
- Sobre mudarnos juntos. -explicó, mirándolo fijamente. Sabía que el solo quería molestarla.
- Ah, eso. -sonrió mirándola. - ¿Y que decidiste?
- Bueno... No me parece tan mala idea. -admitió. - Despues de todo no solo yo paso mucho tiempo en tu casa, Sarah también, asi que creo que no le desagradaría la idea.
- ¿Entonces..? -dejó la pregunta en el aire, esperando a que ella continuara.
- Pero no te emociones demasiado, aún siento que debo hablar con Sarah, y tú con Valerie...
- Bueno, igual iba a hacerlo. No te sientas presionada, ¿Ok? Se que no estamos hablando de cualquier cosa, es un paso grande para ambos, también sería un cambio significativo para las niñas. -tomó su mano sobre la mesa. - Tómate tu tiempo y cuando decidas, me dices.
- Está bien, Jug. -le sonrió. - Al volver hablaré con Sarah.
- Bueno. -le sonrió de igual manera.
Cuando ambos terminaron, Betty se levantó de la mesa diciéndole al pelinegro que iría al baño, y que volvería enseguida para que la esperara ahí.
Betty subió a la habitación principal de la cabaña y abrió su maleta. Tardó unos segundos en decidirse pero luego tomó el conjunto de lencería negro.
Entró al baño y se quitó toda la ropa para ponerse el conjunto, lueto comenzó a peinar y arreglar un poco su cabello de forma rápida.
Cuando ya habían pasado varios minutos y la rubia estaba tardando de más, Jughead frunció el ceño, y entró a la cabaña, dejando toques en la puerta del baño del primer piso.
Al no recibir respuesta, subió a la habitación y llamó a la rubia.
- ¿Betty? -preguntó. - ¿Estás ahí, nena?
La puerta se abrió, revelando a la rubia en el conjunto, con una pose sensual contra el marco de la puerta.
- Ya estabas tardando. Te estaba esperando... -admitió, hablando en voz baja y de forma sensual, acercándose a él con pasos lentos.
El pelinegro la vió de pies a cabeza y luego conectó sus miradas, cuando la rubia paró a centímetros de él.
- Así qué... -empezó a murmurar, tomándola de la cintura para apegarla a él. - Esto era lo que estabas tramando. -relamió su labio inferior con deseo.
La rubia sonrió, comenzando a desabrochar los botones de la camisa de Jughead y asintió. - Mhm...
- ¿Y que es lo que quieres, eh? -le preguntó, dejando su mano en la parte trasera del cuello de la rubia, y la otra que estaba en su cintura la bajó a su trasero.
- Disfrutar. -ella respondió y se encogió de hombros.
- Mmm. -el pareció pensar, bajando su cabeza para besar la piel de sus hombros lentamente. - ¿Disfrutar de que forma, mi amor?
- No sé... Los dos en la cama, piel con piel. -murmuró en su oído. - Tu haciéndome tuya una vez más, una, y una y otra vez.
- Suena tentador. -admitió con la voz ronca al oído de su novia.
- Entonces hazlo. -le pidió al oído.
Entonces Jughead la miró a los ojos y de un rapido movimiento la atrajo aún más a él, uniendo sus labios en un beso fuerte, apasionado y desesperado.
El deseo se notaba en aquél beso, y ambos sabían que esa noche, ninguno de los dos quería algo lento y delicado.
Querían todo lo contrario.
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Holi.
Cuando este capítulo llegue a 30 votos y 40 comentarios haré maratón de tres capítulos. ❤️
Sigo viendo la 4ta temporada de Riverdale y solo tengo una cosa para decir: que hot era Edgar JAJSJSJS.
Bueno ya, bye. <3
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...