158 | Hora de visitas

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- ¡Tía Cher! -Valerie exclamó, y ella junto a su hermana corrieron a las escaleras del jet para abrazarla ya que ella fue la primera en bajar.

Cheryl, quién como siempre resaltaba con sus prendas, llevaba un conjunto rojo de seda, haciéndola lucir bastante elegante.

Se arrodilló frente a ellas con sus brazos abiertos cuando sus pies tocaron piso firme, y ambas se metieron en sus brazos.

- Te extrañamos, tía. -admitió Sarah.

- Y yo a ustedes, mis lindas sobrinas. -sonrió mirándolas.

- ¿Y a mi nadie me extrañó? -cuestionó Toni desde arriba mientras bajaba las escaleras, fingiendo indignación.

- ¡A ti también tía Toni! -exclamó Valerie.

Cuando Toni llegó junto a ellas, ambas la abrazaron de la misma manera y Cheryl se levantó para acercarse a Jughead.

- Mi chiquito. -sonrió tomando a Marco en sus brazos y besó toda su cara.

- Que bien Cher, yo también te extrañé. -sonrió burlón Jughead.

- Cállate vagabundo, a ti no te extrañé. -Cheryl rodeó sus ojos y miró a Betty. - Pero a ti sí. -sonrió y besó las mejillas de la rubia.

- Hola, Cher. - ella rió.

- Pero si estás cada vez más guapa Betty. -Cheryl la miró de arriba a abajo. - ¿Como lo logras encargándote de estos tres mounstritos? -señaló divertida a Marco y a las niñas que se acercaban con Toni.

- Fácil, cuando es mucho trabajo le dejo a Jughead a Marco y envío a las niñas a fastidiarlo a él. -dijo burlona y Jughead la miró con una ceja enarcada.

- Ah, por eso de la nada aparecen hablando mucho. -se quejó él y ambas soltaron una carcajada.

- ¿A donde iremos ahora? -preguntó Toni.

- Nosotros iremos a visitar a Fp, la hora de visitas comienza en 20 minutos, pero si quieren podemos dejarlas en su casa antes. -dijo Jughead luego de ver la hora en su reloj.

Ellas negaron. - Iremos con ustedes.

- Bien, vamos. -Jughead las guió a su camioneta, donde entraban todos perfectamente ya que tenía los dos asientos delanteros, dos en medio y otro completo al fondo para tres personas.

En el camino, mientras Jughead conducía las niñas charlaban con sus tías bastante emocionadas, luego de que pasaron más de un mes sin verlas.

- Las llamaremos siempre. -Toni prometió. - Ya verán, la recuperación de su abuelo pasará más rápido de lo que piensan.

- Ay, eso espero. -Valerie suspiró.

Mientras ellas charlahan, Betty miró a su esposo. - Juggie... -dijo con voz tierna dejando su mano en su pierna.

El miró la mano de la rubia rapidamente y enarcó su ceja sin verla a ella, ya que debía poner su atención en el camino.

- ¿Que es lo que quieres, nena? -cuestionó divertido.

- Heladitos. -sonrió. - ¿Podemos ir a comer helado luego de visitar a tu padre?

El rió levemente y asintió. - Claro, mi amor.

Betty sonrió grandemente al escuchar su respuesta para inclinarse a él y dejar un tierno beso en su mejilla.

Minutos despues, ya todos estaban en el hospital, entraron a la habitación del mayor en total silencio y lo vieron en la camilla despierto.

Las niñas sonrieron y le lanzaron besos con sus manos, ya que sus padres le explicaron que no podían hacer ruido ni acercarse a molestar a su abuelo.

El rió. - Mis niñas. -sonrió.

- ¿Como te sientes, papá? -cuestionó Jughead acercándose.

- Bien, supongo. Aún muy cansado y débil. -admitió.

Jughead se acercó luego a su madre y dejó un beso en su frente, luego ella habló. - El doctor dice que es normal, además de que todos sus valores están bien.

Cheryl y Toni saludaron a la pareja Jones mayor, y charlaron un rato con ellos.

- Buenas tardes, familia Jones. -saludó el doctor entrando con un chico y una chica tras ellos, que comenzaron a revisar a Fp.

- Adivino. -Jughead se levantó mirando algo divertido al doctor. - Ya terminó la hora de visitas.

- ¿Es usted adivino, señor Jones? -sonrió y ambos estrecharon sus manos.

Todos se levantaron y las niñas de nuevo le lanzaron besos a su abuelo, para luego salir de la habitación de la mano de su madre, con Cheryl y Toni siguiéndolas.

- ¿Segura que puedes quedarte hoy también, mamá? -Jughead le preguntó a su madre. - Puedes irte con Betty y los niños a casa y yo me quedo.

- Tranquilo hijo. -ella le pidió. - Esa cama es cómoda. -admitió.

El rió y besó su frente. - Llámame cualquier cosa. Adiós, papá. -el miró al pelinegro mayor.

- Adios hijo, cuídense. -le pidió con una leve sonrisa.

Jughead le dió una última mirada a su madre y se fue, alcanzando a los demás en el pasillo, así que entrelazó una de sus manos con la mano libre de Betty, ya que ella tenía a Marco en brazos.

- ¿Todo bien? -ella dejó un leve apretón en su mano para que la viera.

El asintió. - Si. -sonrió. - Le dije a mi mamá que viniera con ustedes y yo me quedaba acompañando a mi papá, pero sabes lo difícil que es despegarlos. -admitió algo divertido.

Betty rió y asintió. - Lo sé.





Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora