166 | Lección

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Betty jadeó complacida y cuando ambos obtuvieron su orgasmo ella lo acercó del cuello para besarlo apresurada.

Al separarse, el sonrió y dejó otro tierno beso en su frente, para luego recostarse en su abdomen apegándose a ella.

- Mimos. -murmuró.

Ella rió y acarició su cabello. - Juggie tengo sed. ¿Me traes agüita?

- No. -el negó. - Quiero mimos.

- Juggie. -ella se quejó.

- No quiero amor. -negó enterrando su cabeza entre las sábanas y un costado del abdomen de su esposa.

Betty rió de nuevo y se levantó. - Bueno, iré yo por agua, ¿Tú quieres Juggie?

El negó abrazando una almohada. - No, yo quiero mimos.

Ella rodeó sus ojos vistiéndose. - Ya vuelvo y te doy mimos, caprichoso.

La rubia salió de la habitación pasando por las de sus hijos en el camino, bajó las escaleras y entró a la cocina para llenar un vado de agua. La bebió toda y subió de nuevo las escaleras.

De camino a su habitación, abrió levemente la habitación de su hijo menor para verificar que estuviera dormido.

Era algo que solía hacer cuando despertaba en la madrugada y salía por algo a la cocina, o simplemente cuando no podía dormir.

Cerró en silencio y abrió la puerta de la que le seguía. Frunció el ceño al ver que la cama estaba vacía, y rapidamente se dirigió a la de Sarah esperando encontrarla ahí.

Abrió la puerta y frunció el ceño al notar que solo estaba la rubia.

- Mamá. -Sarah murmuró con sorpresa desde su cama y le puso pausa a la película. - ¿Que pasa?

- ¿En donde está tu hermana? -cuestionó seria.

- En el baño. -respondió con tranquilidad, señalando la puerta del baño de su habitación. - Estamos viendo películas.

Betty soltó el aire y asintió. - Pensé que-

El sonido del teléfono de Sarah interrumpió las palabras de la mayor, y este estaba justamente en una silla cercana a la puerta de la habitación porque se estaba cargando.

- ¿Y por qué te llama? -preguntó con molestia, tomando ella el móvil, donde se leía claramente en la pantalla 'Val 💗🤞🏻'.

Sarah intentó acercarse apresurada, pero cuando se levantó, ya Betty había respondido la llamada.

- Sari, estoy afuera, ¿Puedes ir con Sally y Simba? -dijo Valerie al instante.

Betty rió sin gracia, mirando con molestia a su otra hija que tenía una mirada llena de miedo. - Que oportuna eres hija, no te preocupes porque yo misma puedo abrirte. -dijo sarcástica.

- M-mamá. -Valerie habló nerviosa.

- Entra. -dijo seria. - Ahora.

Betty soltó el movil y se apresuró a tocar la puerta de su habitación. - Jughead, ven aquí. -pidió y luego bajó las escaleras con su hija siguiéndola, la cual estaba bastante nerviosa.

La puerta se abrió y Valerie miró a su madre con miedo. - Mamá-

- Dame tu teléfono. -ella pidió extendiendo su mano frente a la pelinegra. - Creo que no era suficiente el castigo anterior.

- Mamá, no puedes dejarme sin teléfono. -negó con miedo.

- Si, si puedo. Esto solo por una semana, pero dejarás de ir a la Academia hasta que aprendas que no debes hacer estas cosa, y que en lugar de escaparte de la casa en medio de la noche prestes más atención a la escuela. -dijo seria.

Valerie suspiró dejando su movil en la mano de su mamá. - Sabes que no quiero estudiar en la universidad... -ella murmuró. - Por favor, déjame ir a la academia. -pidió. - Es lo que me gusta hacer mamá.

- Si, lo sé y respeto eso, pero aún así tienes que terminar al menos la preparatoria, una que a tu padre y a mí nos cuesta horas de trabajo pagar. Y con respecto al ballet... No voy a permitir que le prestes más atención a eso. -negó seria.

En eso, Jughead apareció por las escaleras, mirando confundido la situación. - ¿Por qué estás así vestida? -preguntó mirando a la pelinegra.

- Se escapó. -Betty dijo seria y sonrió mirandolas a ambas cuando algo se le ocurrió. - Aunque estoy bastante decepcionada de que hayas apoyado a tu hermana en esto. -miró a Sarah. - Dejaré que sigas en la academia, pero aún así, las dos tienen una lección importante que aprender, así que mi castigo para ambas es que todas las tardes luego de la escuela irán a la empresa con su padre.

- ¿Qué? -Sarah preguntó confundida.

- No. -Valerie negó indignada.

- Bueno, les encanta tener todo lo que quieren sin hacer nada, y además de no hacer nada, se meten en problemas, una se escapa de noche y la otra la cubre. -dijo con molestia. - Supongo que deben entender un poco lo que se siente trabajar, porque todo lo que tienen no se paga solo, se paga con el trabajo que su padre y yo hacemos cada día. -se señaló a si misma y luego a su esposo.

- Papá... -Sarah miró a su padre. - No quiero.

El se encogió de hombros, tenía un semblante neutro, pero su ceño estaba levemente fruncido. - Estoy bastante decepcionado. -admitió. - De ambas. -especificó. - Así que estoy con su madre en esto. Comienzan el lunes. -dijo serio, les dió una última mirada y se fue.

Ambas notaron la molestia, tristeza y decepción en sus ojos y bajaron su mirada arrepentidas.

- Vayan a sus habitaciones. -Betty ordenó sin mirarlas, señalando las escaleras.

- Mamá. -Valerie se acercó. - Lo siento. -dijo intentando que la mirara a los ojos.

Betty negó y le dió la espalda para entrar a la cocina. - No quiero hablar con ninguna ahora, vayan arriba. -dijo seria.

Valerie mordió su labio inferior con sus ojos cristalizados y subió las escaleras tras su hermana.
























Buen día reinas

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora