52 | Solo hablas de ella

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- Ya yo debo irme. -Gladys suspiró, levantándose de la mesa, cuando Betty y Jughead terminaron su desayuno. - Tu padre quiere que vayan a comer los Leone a casa. -le explicó a Jughead.

El rodeó sus ojos. - Ve a ver como controlas a Franchesca. -le pidió. - Me besó, mamá.

La castaña soltó una carcajada. - Esa chica está loca. -negó con una mueca, mientras Betty miraba la escena con diversión, y la cara de asco del pelinegro. - Está encaprichada con Jughead desde que tienen 15 años. -le dijo a Betty.

- ¿Quién no? -Betty lo miró coqueta. - Lo hicieron muy bien. -se encogió de hombros.

Jughead se sonrojó, bajando su mirada.

Ambas mujeres se miraron cómplices, sabían muy bien que solo decían aquello para molestar al pelinegro.

Ellas rieron al ver su sonrojo y Jughead se quejó. - Dejen de molestarme. -les pidió.

- Bueno, me voy. -se acercó a besar la cabeza de su hijo y luego a Betty para besar su mejilla.

- Adios. -ella murmuró sonriéndole.

- Cuídate, mamá. -Jughead le sonrió.

- Chau abuela. -Val la abrazó cuando se acercó. - Te quiero.

- Y yo a ti, mi niña.

Ella le dió una última mirada a la pareja y les sonrió de nuevo, para salir por la puerta.

- ¿Traes hoy a Sarah a almorzar? -Jughead le preguntó a la rubia.

- ¿Escuché Sarah? -la niña se acercó a ambos con emoción.

Betty asintió. - Claro, Jug. -asintió. - Almorzaremos con ustedes. -le explicó a la niña y ella juntó sus manos.

- ¡Si! -exclamó. - ¿Y podemos hacer pijamada? -preguntó, sentándose en una silla frente a ellos. - Ustedes hicieron pijamada. -señaló la ropa de la rubia con seriedad y luego miró a su padre con los ojos entrecerrados. - Y no nos invitaron.

Jughead rió y Betty desvió su cabeza sonrojada. - Hoy no pueden. Tal vez el fin de semana.

La pelinegra suspiró. - Bueno, ¿Pero por qué ustedes si pueden entre semana?

- Yo solo quise recibir a tu padre cuando llegara de Italia, y llegó muy tarde, tu debías dormir. -Betty se defendió.

- Tu también. -se cruzó de brazos.

- Princesa, no te metas en las cosas de los adultos, ¿Si? -le pidió. - El fin de semana decidimos si ustedes pueden hacer pijamada...

- Bueno. -se levantó, y cuando estaba por alejarse, paró en seco y se volteó hacia ellos de nuevo. - ¿Dormiste en la habitación de mis tías? -miró a la rubia con algo de temor. - A mi tia Cheryl no le gusta que nadie duerma ahí, dice que la cama es solo suya y de mi tía Toni porque según ella las demás personas son sucias. -explicó.

Betty suspiró, luego de reír levemente. - No, no dormí ahí.

- ¿Entonces donde? -preguntó confundida.

Jughead se apresuró a responder. - Valerie, cosas de adultos, no lo repetiré de nuevo. -dijo un poco más serio que antes.

La niña suspiró y se fue por las escaleras.

Betty fue como siempre por su hija a la escuela y ella la abrazó al subir al auto.

- Mami, hice una nueva amiga. -le dijo con emoción. - Se llama Samantha y es nueva. -explicó.

- Que bueno, linda.

- ¡Antes vivía en New York! -sonrió. - Y llegó de su viaje por Europa...

- Eso suena divertido. -sonrió, mirando a la niña. - Iremos a almorzar con Jughead y Valerie, ¿Quieres?

- Ah, claro. -le restó importancia y luego comenzó a hablar de nuevo sobre su nueva amiga, y así fue durante todo el camino hasta la casa Jones.

Al llegar, Sarah saludó a ambos pelinegros, y se fue junto a su amiga a la habitación de esta.

- Jug, ¿Haces tu la comida? -le preguntó Betty dándole una tierna mirada y juntando sus manos. - Tengo sueñito.

El rió y asintió, dejando un beso en su frente. - Por supuesto, mi amor.

- Gracias. -besó su mejilla. - ¿Me despiertas cuando esté?

- Si, nena. Ve a descansar.

Mientras tanto, ambas niñas se encontraban en la cama de la habitación de Valerie.

- Si, hicieron pijamada. -Valerie se cruzó de brazos. - Y no nos invitaron, ¿Puedes creer?

- Bueno, aja. -la niña rubia se encogió de hombros. - Como te decía sobre mi amiga Samantha, llegó de su viaje a Europa, conoció Alemania, Italia, España, Francia-

Valerie rodeó sus ojos y la interrumpió.

- Sarah. -se quejó. - Solo hablas de ella, basta.

La niña rodeó sus ojos. - Bueno, pero es mi amiga.

- Yo también soy tu amiga. -se cruzó de brazos con molestia.

Ambas se dieron una mala mirada, para luego rodear sus ojos y voltearse, dándose la espalda.

Ballerinas | Bughead | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora