Cap 54: "Lo haré mejor"

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PONCHO


- Si, claro... bye – se despidió Ximena conteniéndose a duras penas. Aferré su hombro con más fuerza, como para hacerle saber que estaba con ella. Pobrecita. Si Eduardo hubiera estado allí le hubiera dado sus buenos golpes, por estúpido.

Ximena despegó el celular de su oreja y lo cerró con demasiada fuerza. La obligué a voltear hacia mi, pero se cubrió el rostro con una mano.

- ¿Qué te dijo? - pregunté al fin.

- Nada que merezca la pena repetir – repuso con un hilo de voz. Ese guey de plano era pendejo.

- Ximena, no sé que decirte, la neta yo no sé que tiene ese guey en la cabeza pero...

- Poncho, es igual, de verdad no te preocupes por esto, ya tienes suficientes broncas – me interrumpió sacudiendo la cabeza.

- Eso si... pero eso no es excusa para que no me preocupe por ti – insistí. De hecho pensar en sus problemas me libraba de pensar en los míos, así que básicamente me estaba preocupando por ella por puro egoísmo. ¿Que irónico verdad?

- Eres un cielo – murmuró mientras me abrazaba. Esta vez si le correspondí el abrazo, yo también estaba falto de cariño.

- ¡Hi chavos! - gritó entusiastamente la inconfundible voz de Annie a solo unos metros de nosotros. Volteamos a la vez y pude ver por el rabillo del ojo como Ximena se frotaba los ojos. Annie también lo vio – ay Ximena ¿qué te pasó, por qué lloras?

- No es nada Anahí, no te preocupes – negó inmediatamente Ximena.

- Dime Annie – le pidió al instante. Le sonrió cálidamente mientras le ponía una mano en un brazo – y quiero que sepas que me tienes aquí para lo que te haga falta, ir de shopping, platicar... incluso darle unos golpes a este muchachito si no se porta bien contigo – y me lanzó una mirada de advertencia. Perfecto, ahora iba a pensar que lloraba por mi culpa.

- Gracias Ana... Annie – se corrigió sonriendo – pero no tiene nada que ver con Poncho, lo que pasa es que... me hablaron porque mi bisabuelito está enfermo y me dio tristeza no estar con él, eso es todo...

- Lo siento... ¿es grave? - se preocupó Annie. Le lancé una mirada de incredulidad a mi supuesta novia.

- No, pero el pobrecito ya es mayor... - improvisó Ximena – se pondrá bien, no me hagas caso.

- Ok, bueno yo voy a entrar ya porque tengo que seguir con la Mai's party – y bajó la voz al decir eso.

- Mai está ahí dentro – le previne.

- No me digas... - se llevó una mano a la barbilla, como gesto pensativo – en fin, algo se me ocurrirá para mantenerla ocupada, y se ven a Giovanni le dicen que ya llegué, ¿si? Bye niños – se despidió mientras entraba en el Tequila a paso ligero, a pesar de sus tacones de, por lo menos, diez centímetros.

- Es un encanto – comentó Ximena.

- Por cierto, que yo sepa el último bisabuelo que tenías se murió como hace unos ocho años – dejé caer mirándola acusatoriamente. Pobre Annie, ella preocupada por un hombre que ya estaba muerto.

- Con más razón, no le mentí cuando le dije que no estaba bien de salud – insistió ella con fingida inocencia.

- Lo que tu digas – asentí por no seguir discutiendo. Justo en ese momento llegaba Giovanni corriendo.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora