Dulce
Al final mi amnesia era menos grave de lo que inicialmente me había parecido. Al cabo de unos minutos hablando con Mateo recordé a todos los chavos, con quienes había pasado varios días cada verano desde que podía recordar. Terminé por ayudarle a lavar su carro, a falta de nada más productivo para hacer. Suerte que no era el típico pervertido, o habría acabado mojada de pies a cabeza y lista para salir en un calendario masculino. Es más, hasta parecía un poco precavido para no acercarse a mi más de la cuenta. No le di demasiada importancia al principio, pero tanta mirada a nuestro alrededor asegurándose de que nadie nos miraba raro, acabó pareciéndome sospechoso. En fin.
Luego de que el carro brillara como recién comprado (menos por un importante golpe que tenía en uno de los espejos, cortesía suya una vez que había agarrado el coche sin permiso según me contó), decidimos dar una vuelta por ahí. Tampoco iba a enclaustrarme y de paso podría ver a todos los chavos. La verdad es que había hecho buenos amigos durante los veranos en casa de mi abuela.
De forma parecida a la que nosotros habíamos decidido que el Tequila sería nuestro "centro de operaciones", ellos tenían el viejo parque infantil, que ya nadie usaba porque habían construido otro, parece ser que "más moderno". No estaba segura de que tanto podían innovar en los toboganes y los columpios, pero a ellos les había venido que ni pintado. Lo utilizaban de igual manera para reunirse después de clase y hacer algo de tiempo antes de regresar a casa como para beber los sábados por la noche. Eso es saber aprovechar el espacio.
Cuando llegamos, allá por las seis de la tarde, el sitio no estaba especialmente concurrido. En los antiguos columpios había dos ... digamos que conociéndose en profundidad, tres chavas sentadas en una banca con apariencia de estar contándose los últimos chismes del día, dos chavos de pie tras ellas, con apariencia de estar hablando de cual de las tres está más buena, y por último una tumbada en el pasto. Solo reconocía a uno de los chavos, Gonzalo, que me había echado los perros descaradamente hacía un par de años, y a la chava del pasto, Diana, mi mejor amiga y confidente durante las vacaciones en Andrea's house.
- ¡Diana! – la llamó Mateo.
Noté como todos fijaban su mirada en mi, alarmados por el grito (excepto los de los columpios, que seguían a lo suyo). Diana se dio por aludida y levantó la cabeza inmediatamente. Tenía el cabello lacio y negro que le llegaba a los hombros. Se había quitado el flequillo y la ortodoncia desde la última vez que la había visto, sin embargo conservaba aquella complexión diminuta que le daba cierto parecido con un duendecillo. Después de levantarse empezó a sacudirse el top blanco y los shorts ligeramente holgados, para luego echar a correr hacia nosotros.
- Dul – me sonrió con aquella sonrisa arreglada que tan bien le había quedado.
Nos abrazamos con cariño sincero. A pesar de que hablábamos con relativa poca frecuencia (como una vez al mes o algo así), ya fuera por correo electrónico o llamada, o simplemente textearnos para preguntarnos que tal nos iba la vida, cada vez que nos veíamos era como si el tiempo no hubiera pasado. Justo como me había pasado siempre con Annie. No se daban esos incómodos silencios en los que buscábamos algo sobre lo que hablar, y eso me gustaba.
- Me alegro de verte – susurré contra esa corta melena perfectamente alisada.
Por el rabillo del ojo pude ver a Mateo sonreír. Supuse que se alegraba de verla contenta, en cierta forma ellos dos siempre me habían recordado a mi y Poncho, a pesar de que Mateo había llegado al pueblo cuando tenían trece años, les había bastado unos meses para hacerse inseparables. Ellos eran el ejemplo claro de que existía la amistad entre un hombre y una mujer, ya que Diana siempre había insistido que para ella, él era como un osito de peluche y que nunca pensaría en él de otra manera. Además ella era demasiado picaflor, aunque yo no sea nadie para juzgarla.
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Un Verano para Recordar
RomanceEsta historia es una de las mejores que he leído, y me he leído muchiiiisimas.. La escribió una chica de España que se llama Miri (en el Foro de Univisión su usuario era chukypollito) y es simplemente hermosa, cuenta la historia de amor de Dulce y P...