Capítulo 118 "¿A poco esta niña no es increíble?"

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Poncho

- ¿Me pasas esa llave? - me pidió Aarón, más bien sus piernas, que era lo que yo podía ver de él desde donde me encontraba.

- ¿Cuál? - había como mil llaves tiradas en el piso lleno de manchas de aceite.

- La número diez.

- Ya ... ¿y esa cual es? - pregunté, mirando con confusión, buscando alguna marca que me indicara cual de ellas era la diez.

- Déjalo Alfonsina, yo la busco – resopló, saliendo de debajo del carro.

Supongo que para cualquiera mujer seria muy erótico verlo salir de ahí todo cubierto de aceite y secándose el sudor de la frente, pero yo me alejé, torciendo el gesto ante tal acumulación de suciedad.

- Ese comentario fue machista y fuera de lugar – lo reprendí con dignidad. Lo cual no ocultaba lo vergonzoso que era para mi no tener ni idea de mecánica.

- Tienes razón, cualquier vieja sabe identificar una llave inglesa, cosa que tu no – aceptó, agarrando una del piso.

- Qué chistoso – rezongué.

- Dejando a un lado tu nulidad como mecánico, ¿puedes acabar de contarme?

Volvió a meterse debajo del viejo Ford. A ese carro le quedaba un suspiro, por mucho que Aarón lo pusiera patas arriba.

- Al final le dije que Ximena no era mi novia – continué mi relato sobre la noche anterior -, pero no me quedó demasiado claro lo que opinaba sobre eso.

- Yo te digo, está encantada con la noticia, aunque a mi me odia por no haberle dicho cuando me enteré – respondió su voz amortiguada.

- ¿También hablaron sobre eso? - le pregunté, algo celoso. Ojalá nosotros pudiéramos mantener conversaciones así.

- Sobre un chorro de cosas, de hecho.

- ¿Y me incluían algunas de esas cosas, de casualidad? - ahora si que estaba completamente celoso. ¿Qué tanto tenían que platicar esos dos?

- Oh por favor, ahórrate el pancho, ¿quieres? Te aseguro que tengo tanto chance con ella ahora mismo como con Angelina Jolie.

- ¿Y crees que yo sí? No sé porqué, pero me late que el que lleva la delantera es tu primo – suspiré, apoyándome en la cajuela del envejecido coche. Esperaba que no se rompiera con mi peso, no parecía muy resistente.

- ¿Qué? ¡Pero si ella ni siquiera sabía que él le andaba detrás!

- ¿Cómo de que no? Ni que fuera tarada para no darse cuenta.

Era obvio por el rastro de baba que ese estúpido dejaba detrás siempre que la veía.

- No creo que tarada, más bien no se ve a si misma con claridad – replicó, aventando la llave por debajo del coche hasta que chocó con la pared -. ¿O te crees que todas son como la víbora de Angelique, paseándose cual pavo real?

- No entiendo que pinta Angelique en esto.

- Tampoco yo que pinta en la organización del cumpleaños de Mai. Entiendo que Annie esté molesta conmigo y no quiera verme, pero que mande a Angelique...

Esto venía a que esa misma mañana nos habíamos reunido en el Tequila para ver como iba lo de la fiesta de Maite, cuyo cumpleaños estaba al caer. Aarón tenía que estar allí porque tenía turno de mañana, por lo que Annie no había querido ir y había mandado a Angelique como representante. Al menos a Chris no se le ocurrió aparecerse con su último ligue, una chava de un pueblo cercano que me sonaba de haber visto en alguna fiesta y cuyo mayor acontecimiento del verano parecía ser tener una idea. Giovanni también estaba y tuvo la delicadeza de no comentar nada de la desastrosa cena.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora