Capitulo 21

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Ya por la tarde, estábamos todos reunidos en el Tequila, poniéndonos al tanto los unos a los otros del resultado de la fiesta, aunque estaba claro que los detalles íntimos quedaban al margen, por lo menos, por mi parte.


- Giovanni, es que de veras no lo puedo creer, casi se me cae la cara de la vergüenza cuando tuve que llegar contigo así a tu casa, ni te imaginas el disgusto de la pobre Luisa al verte llegar así – lo regañó Mai otra vez sentada en uno de los sofás de nuestro rinconcito


- Mai, no grites, por favor... - le pidió el pobre wero, víctima de la cruda


- ¿ANNIE EL TÉ SIN AZÚCAR VERDAD? – gritó Dul desde la barra


- ¡Sí! – respondió Annie rápidamente para seguir escuchando la crónica de le fiesta


- Ay Giovanni, neta no sé cómo no has aprendido a controlarte aún, que hagas eso con catorce años, pero vas a cumplir dieciocho... - se burló Aarón sentado con nosotros, pues por algo era el hijo del jefe, trabajaba cuando le apetecía


- Gracias Aarón – respondió Giovanni molesto - ¿y dónde está el Ucker eh?


- No sé, creo que se estaban instalando en su casa él y su novia, llegarán al rato – nos informó Mai – Dul ¿necesitas ayuda?


- No te preocupes Mai, yo puedo – contestó Dul mientras traía la charola, cojeando


- Ay Dul, híjole, no recordaba lo de tu pie, siéntate ya sirvo yo – reaccionó Aarón levantándose y yendo hacia Dul


- Muchas gracias Aarón, pero no hace falta neta, puedo yo sola – insistió Dul y Aarón supo que tenía que rendirse, esa niña otra cosa no, pero cabezota...


- Está bien, pero con cuidado – le pidió Aarón en un ataque de proteccionismo.


- Si papá – se medio burló Dul – a ver... agua para Giovanni – y le tendió la botella al pobre pollo, que tenía peor cara que un moribundo – Coca Cola light para Mai – y le dejó la botella con el vaso delante


- Dul, yo no te la pedí light – comentó Mai


- Ya, pero yo sí, alguien tendrá que cuidarte, y si tu no lo haces... - le dijo Annie muy convencida


- Está bien – aceptó la pobre Mai con resignación


- Ok, luego arreglan sus cosas a guamazos si quieren, una chela para Aarón – le dejó la botella con un vaso también a Aarón y él le regaló su sonrisa especial "mira que cuero soy" – un tecito sin azúcar para Annie


- Ay gracias honey – le agradeció con una sonrisa amable mientras agarraba la taza


- De nada, y un té con hierbas digestivas para Poncho – y me tendió una taza humeante que agarré con culpabilidad ante el gesto preocupado de Dul

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora