Cap 64: "Y se quitó los pañales"

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PONCHO


- Aún falta un cuarto de hora, tenemos tiempo – insistió Aarón, mirando su celular. Eso de llevar un reloj para mirar la hora no se había hecho para él.

- Es que no hay mucho más que contar, Dul estuvo tan ocupada hoy en la mañana que apenas si pude hablar con ella – repitió Mai.

- Mira, la Caníbal no se la merendó, que ya es bastante – añadió Giovanni, repantigado en la butaca.

- Pero esta niña es tarada ¿cómo se le ocurre inculparse así, tan alegremente? - se exasperó Chris.

- No fue tan así Chris, lo hizo para salvarnos a los demás – contestó Mai con una nota inconfundible de pesar en su voz.

- Pues si, pero los héroes pasaron de moda hace mucho tiempo Maite, hubiera sido mejor que se estuviera calladita – replicó el primo de Giovanni.

Contuve un suspiro. Chris no podía entenderlo, pues su naturaleza egoísta le impedía ver más allá de sí mismo. Yo si comprendía a Dul, pero no aceptaba lo que había hecho.

- ¿Y cual es el castigo? - quiso saber Annie.

- Aún no se lo dijo, le pidió que fuera mañana en la tarde para saberlo – suspiró Mai.

- Mugre vieja – murmuró Aarón.

- No, tenían que ver el pancho que armamos en la dirección, las tres Ramonas querían que Dul confesara, Derrick insultando a Ramona, Allison tirándole la onda al Hugo... - nos contó Giovanni.

Al oír mencionar a Allison sentí un escalofrío. Recordé a su mejor amiga, Karla, quien tenía una extraña y enfermiza obsesión conmigo desde los trece años. No desaprovechaba ocasión para insinuárseme, y eso que la había rechazado como diez veces cada verano. Tendría esperanza en eso de "quien la sigue, la consigue".

- Si ya veo que ustedes se dedican a todo menos a estudiar... - se rió Annie revolviéndole el pelo a Giovanni.

- Una cosa no quita la otra – respondió él con una sonrisa perezosa. Parecía de mejor humor que en la mañana.

Volteé hacia Ximena, quien miraba su celular ansiosa. Con un suspiro, volvió a guardarlo en su bolsa.

- ¿No ha dado señales de vida? - le pregunté en un susurro. Ella se limitó a negar con la cabeza, abatida -. No te apures, cuando piense mejor las cosas se dará cuenta de lo tarado que está siendo - murmuré apretándole la mano. Me sonrió ligeramente y pude notar como se relajaba.

- ¡Tórtolos, dejen las marranadas para otro momento que ya empieza! - dijo Aarón sin molestarse a bajar la voz ni un poco.

Noté como me ruborizaba al sentir las miradas de varias filas a la redonda, clavadas en mi y en Ximena, quizás con la esperanza de ver alguna clase de perversión por nuestra parte. Fulminé a Aarón con la mirada y a continuación me hundí en mi sitio, pretendiendo que no existía. Escuché las apagadas carcajadas de Aarón y Chris, lo que provocó en mi un repunte de ira. Con gusto les hubiera dejado un ojo morado de recuerdo a cada uno.

Me concentré en el escenario. Hacía tiempo que no presenciaba alguna de las obras de Dul, la última había sido antes de las vacaciones de Navidad y me había sido imposible acudir. Habían representado Romeo y Julieta pero Dul, para variar, tenía un resfriado considerable el día de la prueba para hacer el papel de Julieta, por lo que no pudo presentarse y este recayó en Allison. Todo el mundo salió diciendo que nunca habían visto una Julieta tan cómica, incluso en la escena de la muerte se escuchaban carcajadas. Giovanni todavía lloraba de la risa al recordarlo. Dul, por su parte, había conseguido algún pequeño papel, no recuerdo cual. Pero según palabras de Diego, y presumía de saber bastante del asunto "el papel no le hacía justicia a su talento".

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora