Capitulo 38: "Neurótico"

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A partir de aquí los capítulos tienen títulos (cosas de la autora), pero igual les voy a colocar al principio quien es el que narra... Por ejemplo este lo cuenta Dul... Ah, una cosita, prestenle mucha atención a uno que se llama "El nombre de la princesa" es muy revelador!!!  ;)

DUL

En poco menos de cinco minutos habíamos llegado a la consulta del doctor Zaldívar. Me obligó a caminar frente a él, por si se me ocurría marcharme corriendo a pesar de que todavía cojeaba un poco. Lo fulminé con la mirada, cosa que debió parecerle muy divertida porque no le faltó nada para echarse a reír allí mismo. Que bueno saber que en el circo tengo un trabajo asegurado...

Tan pronto crucé la puerta, Veva me miró con condescendencia mientras yo me sonrojaba. Su cara parecía decir "otra vez aquí...". Tuve el repentino impulso de marcharme, y Poncho debió de notarlo porque justo en ese momento me abrazó por la cintura, como para que no echara a correr.

Hola chavos – nos saludó Veva.

Hola Vevita, ¿de casualidad el doctor Zaldívar está desocupado? - preguntó Poncho de buen humor.

Está atendiendo a un señor pero solo es para mirar los resultados de una analítica, en un momento te atiende Dul – me dijo sonriendo. Me sentí ligeramente ofendida ¿Por qué daba por supuesto que íbamos por mí? ¿No podía haber sido Poncho esta vez el que se tropezara? No, claro, aquí la torpe del pueblo era yo...

Está bien, gracias – mascullé entre dientes mientras me dejaba caer en una de las sillas de la sala de espera, con los brazos cruzados.

Ya estamos aquí, la cara de berrinchuda no te servirá de anda – me previno Poncho mientras se sentaba a mi lado.

Yo veré – le dije de malas y después le eché la lengua, aunque solo conseguí que se riera.

Esperamos un minuto, en silencio y yo con el ceño fruncido y los brazos cruzados en señal de reivindicación, hasta que escuchamos como la puerta de la consulta se abría.

Y recuerde que dentro de tres meses tiene que hacerse otros estudios para seguir controlando el colesterol – le advirtió el doctor al hombre que salía.

Si doc, no se apure yo me los hago, gracias y hasta otra – se despidió el bueno del hombre.

Cuídese Guillermo – le respondió Antonio, luego nos miró a mi y a Poncho y sonrió – vaya... ¿a que debo el placer de su visita?

Parece que Dul ha estado haciendo de las suyas – replicó Veva con una carcajada. Genial, era la atracción del pueblo yo.

Me gustaría que le echara un vistazo a su mano, hoy amaneció con la venda ensangrentada – le explicó Poncho mientras se levantaba.

¿Como está tu pie Dul? - me preguntó el doctor mientras yo me paraba también.

Mejor que la cabeza de algunos – y le eché una mirada a Poncho.

¿Vas a estar enojada conmigo toda la mañana porque te traje al doctor? - se exasperó Poncho.

No, no, no, no, no, cuenta bien las cosas, me obligaste a venir – seguí con mi berrinche.

Si te portas bien te invito a un helado cuando salgamos – me sobornó.

Mi perdón cuesta más que un simple helado Herrera – contesté en broma, pero manteniendo mi tono ofendido.

¿Stracciatella y chocolate? - me propuso, sabiendo que tenía la partida ganada. Es que quien se resiste a un helado de stracciatella y chocolate...

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora