Capitulo 70 "Sé poco y entiendo menos"

316 15 1
                                    

PONCHO


- Vamos Poncho, si esta canción está padrísima – me animaba Karla. Le sonreí todo lo amablemente que me salió y luego miré a Ximena con cara de protagonista de Mujeres Asesinas. De hecho algún día contarían como yo asesiné a Ximena y me convertiría en el primer hombre de la serie.

Y es que Ximena me había arrastrado prácticamente a bailar con Karla. No sé si enternecida por la insistencia de Karla o simplemente porque se aburría y quería pasar un buen rato burlándose de mi.

Ximena no pareció demasiado intimidada por mi mirada siniestra. Se limitó a enarcar una ceja y a hacerme una seña con la mano, como dándome a entender que le diera más ritmo al asunto. Aun encima burlándose.

Y volteé hacia Karla, que seguía moviéndose como si tuviera un ataque de epilepsia. Estaba empezando a preocuparme. Al fin la canción se terminó. Solté un disimulado suspiro de alivio, pero ese alivio solo duró unos cinco segundos, es decir, el tiempo que tardaron en poner la siguiente canción. No la conocía, pero me bastó escuchar el piano para saber que tocaba retirada. Era una canción lenta, y conociendo como conocía a Karla, querría pegarse a mi como si fuera una playera. Entonces hice lo único que se me ocurrió, aunque estuviera seguro de que haría el ridículo.

- Auch, que dolor... - me quejé con todo el realismo que pude, medio agachándome.

- ¿Qué pasa? - me preguntó Karla, sorprendida.

- Mi pie... se... se me ha dormido el pie – decidí sobre la marcha, empezando a fingir cojera.

- ¿Necesitas ayuda?

- No, no te molestes, yo voy hasta la barra a sentarme y descansar...

- Te acompaño – insistió Karla. O yo era buen actor y no se estaba dando cuenta de que todo era un choro, o de plano esta chava no entendía cuando sobraba.

- No, no, neta estoy bien, no quiero amargarte la noche – traté de disuadirla.

- Bueno, te doy esta rola de descanso, pero ni creas que te vas a librar tan fácil de mi ¿eh? - me "amenazó" poniendo un dedo en mi pecho mientras me miraba a través de sus oscuras pestañas.

Asentí aturdido mientras ella se daba la vuelta y empezaba a buscar alguien con quien sustituirme. Tenía diecisiete años pero era una fiera. Es más, le valió completamente que mi "novia" estuviera solo a unos metros, allí estaba ella, coqueteándome como si nada. Cuando decidí que ya no estaba pendiente de mí, casi corrí hacia la barra, donde estaban mis amigos, y que yo consideraba un puerto seguro.

- ¿Qué onda galán? - se burló Aarón dándome una palmada en la espalda.

Lo fulminé con la mirada pero no le dije nada. Todavía estaba enojado con él por la manera en la que lo había cachado con Dul. Yo estaba seguro de que no se iba a dar por vencido, es más, estaba seguro de que su negativa solo lo había animado más, ahora para él era como un reto. Pero sin duda lo de ella era peor, primero Edgar, luego Hugo y más tarde Aarón... ¿lo estaba haciendo para mortificarme o qué? Porque si ese era su objetivo, desde luego que lo estaba cumpliendo.

- Casi me celo y todo ¿eh? - comentó Ximena con retintín. Seguramente los demás lo interpretaron como una indirecta de una novia molesta, pero yo sabía que lo hacía para reírse de mí. Le dediqué una mueca, pero tampoco le contesté. A decir verdad tampoco sabía muy bien que decirle.

- De verdad que envidio tu autocontrol Ximena, era obvio que esa escuincla iba a por todas, si hubiera sido mi novio ya la habría sacado de los pelos – se admiró Annie y por un momento temí que nos hubiera descubierto.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora