Capitulo 7

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Llegamos justo cuando estaba sonando la campana. Mai nos estaba esperando con los nervios de punta, los brazos cruzados sobre el pecho abrazando su carpeta fucsia y agarrándola de vez en cuando con una sola mano para colocarse un mechón de pelo nerviosamente detrás de la oreja izquierda. Ese tic que tiene siempre me ha puesto muy nervioso.

Dul se bajó ágilmente de la moto tendiéndome el casco para que yo lo guardase, me quité el mío y dejé los dos encima de la moto, después de acariciarla cariñosamente. Lo admito, a veces se me va la onda, que le voy hacer.

- ¡¡¡¡Donde estaban, tengo media hora esperándolos!!!! - nos reclamó Mai como yo había adivinado

- Lo siento Mai, pero a "alguien" – enfaticé mirando a Dul, quien se hizo la despistada – se le pegaron las sábanas...

- Es igual, vamos, de seguro la maestra ya nos está esperando – apuró Mai a Dul

- Ok, si vamos por tus dieces... – accedió Dul con cierto desdén abrazando a Maite.

- Chavas, yo las espero acá, pero no se tarden mucho, ¿ok? – les pedí apoyándome en mi moto con los brazos cruzados sobre mi pecho.

- Una que entremos pronto, el otro que salgamos pronto... neta relájense o este ritmo de vida los va a matar... – exageró Dul mientras ella y Mai caminaban hacia el instituto.

- ¡¡¡¡¡¡Ey chavas espérenme!!!!!!!!!! – gritó acelerado Giovanni, que venía corriendo, todavía más retardado que nosotros

- Córrele Giovanni, creo que la tutora quería hablar contigo...- lo informó Mai al tiempo que el güero llegaba exhausto

- Chale, pues ya la hicimos... porque esa vieja... me odia... – se quejó Giovanni entre jadeos

- Ya deja de rezongar y apúrate, ¿crees que no tenemos más cosas que hacer que estar aquí? – bufó Dul, para quien las únicas horas medianamente aprovechables de la jornada escolar eran el recreo y gimnasia, cuando los chavos se quitaban la camiseta

- Ahí voy, ahí voy... – aceptó Giovanni caminando detrás de las otras dos, y rápidamente los perdí a todos de vista.

Me recosté en la moto y mantuve la mirada ausente sobre el instituto. Se me hacía raro estar allí después de haber pasado dos años justos desde que yo había acabado, el ambiente universitario era tan distinto, tan... hostil. No era que me tratasen mal, pero simplemente no se podía comparar con un instituto de pueblo en el que los profesores conocen a toda tu familia y te han visto crecer, no es lo mismo.

Luego bajé la mirada con los brazos cruzados sobre el pecho y expresión de meditación profunda, a pesar de estar contando mentalmente el número de rayas pintadas en la carretera, cuando vi una sombra cuyo fin coincidía justamente con mis pies.

- Vaya, y yo que pensé que este año iba a ser la primera en regresar... – se lamentó con cierta burla una voz femenina que erizó hasta el último centímetro cuadrado de mi piel

Levanté la mirada y allí estaba ella. Sus rizos rubios caían con gracia sobre sus hombros y espalda y su sonrisa de seguridad en si misma debía de contrastar enormemente con la cara de imbécil que a mi se me había quedado. Iba, como siempre, impecablemente vestida y peinada, sin un solo pelo fuera de su sitio, una camiseta roja de tirantes, unos shorts blancos que dejaban a la vista sus espléndidas piernas y unos taconazos de infarto. Y aquí es donde viene lo que les decía antes, para mi Dul no es sexy, es mi niñita consentida, Anahí, ella si es sexy y lo peor es que lo sabe.

- ¿A... Annie? – balbuceé patéticamente.

- ¡Hola Ponchito, cuanto tiempo! – me saludó sin hacer ningún comentario sobre mi reacción, cosa que agradecí.

- Si... si – me repuse al fin – pero como no avisaste de que venías?

- ¿Y perderme la cara que has puesto? – preguntó sonriendo entre con malicia y divertida y en ese momento recordé que algo así le había dicho yo a Dul el día anterior – ni lo sueñes, esto si fue divertido, espero que los demás no me defrauden y pongan la misma cara – comentó de buen humor echando un rizo de su hombro hacia su espalda

- Ya... no me acordaba que terminabas las clases tu también – recordé de pronto. Era obvio, Annie era un año mayor que yo y también iba a la universidad (dije va a la universidad, no estudia, eh?)

- Pues si, pero ya no hablemos de eso porque me da mucha flojera, ok? – me pidió con tono despectivo – mejor dame un abrazo, ¡no seas grosero! – fingió ofenderse

- Claro – accedí encantado

Nos abrazamos durante un breve instante, ella olía a un perfume de esos que tan pronto llega a tu pituitaria piensas que a lo mejor te cobran por ello de lo caro que debe ser, pero sin duda delicioso y me solté de ella temiendo empezar a sudar de lo nervioso que estaba y que ella se diese cuenta. Annie me miró y se dibujo en su cara esa sonrisa de suficiencia que a veces me hacía pensar que ella sabía justamente lo que pasaba por mi cabeza a cada momento. Yo desvié la mirada temblando como un flan, fingiendo interesarme por si los chavos habían salido ya.

- ¿Entraron hace mucho? – me preguntó Annie impaciente

- Pues no mucho, aunque supongo que saldrán enseguida – le contesté intentando que mi voz tuviese un tono casual. Siempre me pasaba lo mismo, los primeros días que pasaba con ella eran como un periodo de adaptación, hasta que me acostumbraba a no verla como una estrella de Hollywood.

- Espero que salgan pronto, te juro que los extrañé cañón a todos... – me contó con sus ojos azules brillantes de la emoción

- Dul nos contó que habías tenido problemas con tu papá... – saqué un tema de conversación. Es que siempre tenía la impresión de que ella pensaba que yo era medio lento, siempre que estaba cerca no se me ocurría de que hablar

- Ah, si, eso... – entendió Annie con tono lúgubre

Genial, simplemente genial, para una vez que saco un tema de conversación la molesta... ¡eres un genio Ponchito! Annie debió de ver la culpabilidad pintada en mi rostro, porque el suyo inmediatamente se relajó y sonrió levemente, relajándome yo con ella.

- No te preocupes Poncho... – me tranquilizó – son cosas de mi daddy, es medio cerrado el pobre, ni modo, pero sé que algún día entrará en razón...

- Annie, no es mala onda pero eres mayor de edad, creo que tu papá debería entender eso, que tu puedes tomar tus propias decisiones – argumenté seriamente. Vaya, que maduro soy, ¿no?

- Yo sé, pero el es el que me mantiene, entiende que por muy mayor de edad que yo sea sigo dependiendo de el...- repuso repentinamente angustiada. Pobrecita, luego dicen que la vida de ricos es fácil...

- Vaya, yo, lo ... – empecé a disculparme, no sabía por qué, pero bueno, las disculpas siempre quedan bien, no? Y ella me interrumpió

- No, yo si que lo siento, el primer día que pasó aquí y ya te estoy aburriendo con mis problemas... – me dijo sonriéndome más abiertamente – pero no sé, tu me das confianza, siento que a ti puedo contarte cualquier cosa... – me confesó viéndome directamente a los ojos

- Sabes que en mi puedes confiar – le confirmé devolviéndole la mirada y luchando por no derretirme....

Pero claro, ¿cómo no? Siempre que Poncho está a punto de hacer algo importante pasa algo y Poncho se friega, esta vez fue la voz de Dul la que sentenció mi soltería de nuevo.

- ¡¡¡¡¡¡ANNIEEEEEEEEE!!!!!!!! – gritó agudamente Dul en medio de otros gritos de la multitud de estudiantes que abandonaban el recinto escolar

- ¡¡¡¡¡NIÑAAAAAAS!!!!! – gritó Annie también muy contenta a Mai y Dul

Para Annie, Mai y Dul eran algo así como las hermanas pequeñas que nunca había tenido, pues era hija única, a pesar de que su familia tenía dinero como para mantener a un ejército de hijos, aunque tuviesen unos caprichos tan caros como los que solía tener Annie.

Las tres se abrazaron muy contentas y saltaron de alegría, aunque Annie luego recuperó su compostura, a pesar de la buena influencia que Dul había ejercido sobre la niñita estirada que había sido Annie cuando llegó al pueblo, había ciertas cosas que no eran tan fáciles de cambiar, Annie había sido criada como un miembro de la alta sociedad, donde las formas lo eran todo, en su mundo el ponerse a gritar y saltar públicamente no estaba muy bien visto.

- Wow se ven super bien – se admiró Annie, que siempre afirmaba estar intrigada por como se podían ver tan lindas con ropa barata – pero Mai, ¿qué es esto? ¿Ya viste como traes las puntas todas abiertas? – se escandalizó entrecerrando los ojos, como si el pelo maltratado de Mai le hiciese daño a la vista

- Lo sé Annie, pero es que no he tenido tiempo, hace nada que acabamos los finales... – se excusó algo intimidada, pues la mirada censuradora de Annie te hacía sentir realmente culpable...

- Hagamos como que te creo, pero mañana mismo llamo a mi estilista y te lo arregla, ¿entendiste? – replicó Annie imperativamente

- Ya guera, llevas acá dos minutos y ya quieres convertirla en un maniquí, no la agobies...- bromeó Dul abrazándose a la güera

- Ok Peblees, pero ya vámonos no? Niños, necesito tomar algo, neta el viaje desde EEUU me dejó muerta – dramatizó correspondiéndole el abrazo a Dul

- Oigan y Giovanni, ¿dónde se metió? – pregunté mirando en todas direcciones buscando su pelo rubio

- Ah, me lo encontré en el lobby y me dijo que no le esperásemos, que ya nos alcanzaba el al rato – nos informó Mai abrazándose a Dul por el lado en el que no estaba Annie

- Ok, ¿entonces nos vemos en el Tequila? – sugerí subiéndome a mi moto. Tendría que ir solo, aunque me gustaba más llevar a Dul detrás, era chistoso cuando me clavaba los codos en la espalda para que frenase.

- Claro, nosotras vamos dando un paseo y al ratito nos vemos – me contestó Mai

- Si, además yo me muero de ganas de ver a Aarón... – añadió Annie con una sonrisita... perfecto, ¡otra más loca por mucho músculo!

Las vi alejarse cotorreando muy contentas, no quería ni imaginarme las lindezas que dirían sobre el cuero de Aarón... ¿y yo que? Tampoco estoy tan mal creo yo... está bien, acepto que tengo ciertos problemas en la relaciones sociales con las mujeres, pero aparte de eso... ¿qué tiene él que no tenga yo? Y no se vayan por lo obvio de los músculos, ¡no sean superficiales!

Se lo que están pensando, si la novela es trendy, como porque Poncho ve a Annie y se derrite???? Pero no se me estresen todavía, todo tiene una razón de ser.. O a poco no se dieron cuenta de la reacción de Poncho cuando Aarón le dijo que se le va a declarar a Dul?? "Amor Fraternal" no creo!!! espero sus comentarios... Bye

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora