Capítulo 85 "Poncho, siempre Poncho"

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Luego de haberme saltado la comida alegando que no tenía hambre, cosa que realmente preocupó a mi abuela, pues yo siempre me había caracterizado por comer como una manada de lobos, salí temprano de casa. Antes de pasarme por el instituto para hablar con la Debora – alumnos, me pasé por el Tequila para comprarme una torta de jamón y queso. Como Derrick la preparó, me aseguré de estar presente durante todo el proceso de elaboración.

- ¿Así que estabas tan ansiosa por encontrarte con nuestra querida ex directora que no pudiste probar bocado? - se burló, cortando el pan.

- Limítate a hacer mi comida, no soy la persona más pacífica del mundo con el estómago vacío – le ordené, temiendo que mis tripas empezasen a devorarse unas a otras de un momento a otro.

- Ni con él lleno – repuso al instante. Luego se me quedó mirando -, aunque creo que tu mal humor no se debe solo a la falta de comido en tu estómago, ¿me equivoco?

- No – tuve que admitir. Era obvio que no se trataba solo de mi huelga de hambre voluntaria -, pero no venía con intención de confesarme contigo.

- Me lo imaginaba – asintió poniendo dos lonchas de queso sobre el pan. Torcí el gesto.

- Échale más – gemí, hambrienta.

- ¡No seas codo! - le reclamó Aarón, quien venía con una charola, a pesar de que en teoría ya no trabajaba allí. Supongo que al librar yo, él se sacrificaba.

- Cuido los intereses del negocio familiar – replicó Derrick con indignación, pero las lonchas extras se las puso.

- ¿Nerviosa por la charla con la Caníbal? - me preguntó Aarón, fingiendo un estremecimiento al pronunciar el nombre de nuestra ilustre directora.

- Más nerviosa porque éste me eche matarratas en la comida – bromeé ácidamente.

- Me gasté lo último con Angelique, lo siento – agregó Derrick con sarcasmo.

- Me sorprende no haberlos visto hoy por aquí – comentó Aarón.

- Tranquilo, mala hierba... - y estaba descorazonadoramente segura de lo que decía. No creí que por un puñetazo de Poncho fueran a irse del pueblo.

- Hablando de hierba, Edgar quería entrenamiento hoy o mañana en la tarde, está bien emocionado con lo del futbol – nos informó Derrick con cierto desdén.

- Más bien lo que le emociona es que nos juntemos todos – puntualizó Aarón, mirando a Derrick como si fuera un insensible.

- Yo quedé con Mai luego de verme con la Canibal, así que no creo que pueda ir – recordé, devorando con la mirada la torta casi hecha.

- Seguro que serás a quien más eche de menos, aunque... se me hace raro que te vayas a ver con Mai – comentó Derrick, poniendo la parte de arriba del pan.

- Claro, quedar con mi mejor amiga es una de las cosas más raras que he hecho en mi vida – bufé con desdén.

- Guarda las zarpas tantito ¿quieres? - me pidió Derrick, poniendo los ojos en blanco -, lo digo porque Diego me avisó de que hoy iba ir a dar una vuelta con ella, por eso no podía ir a la cancha.

- ¿Qué? - repliqué, sorprendida -. Mai no me dijo nada...

- Igual y es sorpresa, ya sabes que a Diego le gustan esas cosas – propuso Aarón, encogiéndose de hombros.

- ¡Pero ya había quedado conmigo! - protesté, haciendo algo de berrinche.

- Dul, acaban de hacerse novios, es normal que quieran pasar tiempo juntos – trató de ser la voz de la razón mi amigo el musculoso.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora