Capítulo 153 "Far far away"

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Dulce


Otra vez me tocaba trabajar en el Tequila. Apenas estaba empezando, y aunque me gustaba (todo lo que a una podía gustarle el trabajo), no conseguía acostumbrarme a que mis amigos tuvieran tiempo libre y yo tuviera que chambear, pero mi madre lo había dicho, había facturas que pagar.

Mai se acercó a mi, con cara de comprensión. Por supuesto que no lo entendía, su madre y su padre trabajan y al ser hija única no tenía el problema del dinero precisamente, pero me gustaba que al menos tratara de ponerse en mi lugar. Maite siempre lo hacía, siempre se ponía en el lugar de todo el mundo, era la persona más buena que conocía. Hice un puchero y me recosté sobre la barra.

- No hay mucha gente hoy – quiso consolarme. Suspiré y me encogí de hombros.

- Suficiente, créeme.

- ¿Quieres que te ayude?

- No, déjalo, como dijo Aarón, "tengo que practicar" - traté de remedar el tono grave pero todavía sin acabar de formar de su voz, pero no lo conseguí. Lo odiaba, se comportaba como un tirano.

Nuestra charla se vio interrumpida por una risas femeninas. Edgar, el guapo oficial de Ikal, entraba de la mano de Mónica, una de las guapas oficiales de Ikal y ambos sonreían y se hacían carantoñas. Dirigió una sonrisa amable hacia nosotras, que apenas pudimos devolver. Noté como se me subía toda la sangre a la cara.

- Dios, así o más guapo – murmuré, emocionada.

- ¡Dul, que te va a oír! - se escandalizó Mai, azorada.

- ¡Obvio no! ¿A caso no viste como andaba con Mónica? Ni aunque se le caiga el Tequila encima se da cuenta guey – resoplé con envidia. ¿Por qué todos los guapos estaban pedidos ya?

- Qué suerte tienen algunas ... - suspiró, soñadora. Mai y el amor ...

- Lo sé – ahí tuve que coincidir.

- Y tú no te hagas, porque si estás sola es porque quieres – me recriminó, apuntándome con un dedo.

- ¿Y eso? - me reí. No es porque quisiera, la causa de mi soledad era que, mientras la mayoría de las de mi salón ya usaban bra, yo y Maite todavía servíamos para mesa de la plancha.

- ¿No te fijaste en el primo de Aarón? No te quita ojo de encima – me informó con tono confidente. Volví a reírme.

- ¿El nuevo? - asintió -, si me mira, pero mal. No sé, creo que me bastaron un par de semanas para hacer otro enemigo ... además no quiero tener nada que ver con esa familia.

- Ya lo sé ... Aarón está raro, no sé que trae.

- Será la bruja de su novia, que no le da lo que le tiene que dar ...

- ¿El qué? - replicó Mai, confundida.

- No sé exactamente, pero es lo que siempre dice mi abuela – contesté, frunciendo el ceño. Nunca llegaba a entender esos comentarios de mi abuela.

- ¿Crees que habla de ... ? - hizo un elocuente movimiento de cejas.

- Supongo. ¿Sabes? Encontré uno de esos videos de mi abuela que mi mamá nunca me deja ver ... – sugerí, sonriendo malévolamente. Supe por su expresión que sentía entre vergüenza y curiosidad.

- ¿Cuándo? - ganó la curiosidad.

- Mi madre se va un par de días, hoy en la noche – respondí, triunfante. Y esa noche las dos decidimos que permaneceríamos vírgenes hasta los cuarenta.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora