Capítulo 68 "¡El problema lo tiene él, pero mental!"

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DUL

¡Al fin logramos salir de aquel infierno! En honor a la verdad, lo de la cena para nosotros era un puro trámite, lo que realmente esperábamos con ansias luego de la graduación era la fiesta en el Tequila. Y el ambiente desde luego no decepcionaba. Cuando llegamos al Tequila, pasadas las doce y cuarto, estaba casi lleno. No reconocía a la mayoría de los chavos que allí estaban, solo unas pocas caras me eran familiares.

Por ejemplo Aarón me saludó con la cabeza, haciendo Annie, quien estaba colgada de su cuello, otro tanto de lo mismo. Me desconcertó un poco la expresión de Aarón. Parecía ligeramente incómodo. La verdad me preocupó, eso solo podía significar una cosa: que Aarón se estaba cansando de Annie. Y eso no podía ser bueno. Ella se había hecho la difícil con él durante el verano pasado, cuando él había manifestado más interés, pero ese año con la excusa que yo le había dado, se había acercado más a él de lo que le convenía. Me sentí un poco culpable, si yo no le hubiera pedido que me lo quitara de encima ella seguramente se habría hecho más de rogar... pero por otro lado, Annie tenía casi veintiún años, era lo suficientemente mayor como para cuidarse ella sola. Deseché esos pensamientos por esa noche, sabiendo que se avecinaba una tormenta en nuestro grupo. Solo Dios sabía que le daba Aarón a las mujeres, que cuando las dejaba, estas parecían sufrir un síndrome de abstinencia como los adictos.

Avancé abriéndome paso entre la gente y supongo que interrumpiendo alguna que otra escena romántica. Realmente no me importó mucho, me sentía un poco antiCupido en ese momento, a pesar de lo que me habían encargado hacer.

A regañadientes, tuve que admitirme a mi misma que mis ojos se movían en todas direcciones tratando de localizar a Poncho. Al principio se me ocurrió que no había ido, pero cuando llegamos, vi su coche estacionado a unos metros del Tequila. Seguramente no quería que su flamante novia se despeinara poniéndose el casco, por eso no usó la moto. Estúpida.

Nosotros también habíamos ido en coche, a pesar de que eran unos veinte minutos andando desde el instituto hasta el Tequila. Pero la mayoría de nosotras nos habíamos subido en unos tacones de altura considerable, así que, en mi caso concreto, no me veía capacitada para aguantar veinte minutos de caminata. Por lo menos eso en el momento de salir, luego me había arrepentido una vez cada treinta segundos de no haber caminado. En un instante de "lucidez", acepté la oferta de Diego de ir con él en su carro. Eso me dio la oportunidad de intercambiar unas cuantas frases con Mai, las primeras de la noche, mientras los chavos se ponían de acuerdo sobre quien manejaba. Pero ahí se terminó mi buena suerte. Luego de que hubieran decidido que Derrick manejaría, y de que Karla se empeñara en ir delante porque detrás se mareaba, o al menos eso decía ella, no me quedó más remedio que ser el chaperón. Y así fue, todo el viaje escuchándolos susurrarse al oído, risitas... estaban tan empalagosos que me estaban produciendo un ataque de náuseas severo. Ni que decir tiene que solo me faltó besar el piso, cual Papa, cuando llegamos al Tequila. Y lo peor era ver la sonrisa burlona de Derrick a través del espejo.

Volviendo al momento de la fiesta, al fin ubiqué a Poncho. Estaba en la barra junto a Ximena, Chris y una morena que no conocía y a la que seguramente no tendría oportunidad de conocer, teniendo en cuenta que sus labios estaban demasiado ocupados en otras cosas, no creo que pudiera siquiera presentarse. Eso sí, tampoco Chris estaría en condiciones de hablar, seguramente toda la sangre de su cuerpo estaba concentrada en ese chupetón. No me apetecía dirigirme allí. En honor a la verdad, no me apetecía acercarme a ninguno, menudo día había escogido para ser antisocial, el día de la fiesta grande del Tequila. Para mi desgracia Chris, quien no tenía tanta sangre en el chupetón como yo hubiera deseado, me había visto, y me llamaba a gritos, como si verme fuera lo que más deseaba en la vida.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora