Capítulo 189 "¿Lo sabía?".

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Dulce


Al final nos decidimos por la salida conjunta en lugar de ir de parejitas. Secretamente me alegraba de que la dinámica de grupo hubiera regresado a la normalidad, o al menos a una tensa calma. Chris y Giovanni hablaban entre ellos, eso si, dejando una distancia prudencial entre ambos (unos tres metros, más que nada para que los demás no pensáramos lo que no era, que ellos eran muy machos sin estar bajo la influencia del alcohol). Diego y Maite abrían la marcha, tomados de la mano y hablando entre ellos, como si los demás no estuviéramos. Aarón y Poncho iban delante de mi, discutiendo no sé qué sobre futbol que preferí ignorar, porque cuando esos dos empezaban no había forma humana de pararles. Así que yo me contentaba con admirar a Poncho desde atrás, su trasero, su espalda, sus hombros anchos aun sin tener la corpulencia de Aarón, su trasero de nuevo ... repaso interrumpido de vez en cuando por comentarios de Annie, quien caminaba a mi lado, los cuales despachaba rápido, en un intento de seguir con mi exploración. ¿No se daba cuenta de que tenía cosas más importante a las que atender que a los modelitos de cuatro niñas tontas de Ikal?

En una de sus interrupciones desvié la vista de la espalda de Poncho, cubierta por una playera azul cielo que contrastaba con sus brazos morenos, para mirarla y decirle, de la manera más amable que mis hormonas me permitieran, que me dejara babear tranquila. Que yo hubiera parado el "asalto" de Poncho horas antes no significaba que una parte de mi, la parte más adolescente, no estuviera suspirando por seguir en aquella cama. Todo era tan confuso ... una parte de mi lo deseaba y otra parte estaba aterrada, tanto que se había planteado la posibilidad de comprarse un cinturón de castidad en Internet. Por suerte o no, mis arcas no estaban para esos gastos.

Sin embargo las palabras murieron en mi boca cuando capté algo tras el abundante cabello de Annie, rizado para la ocasión. La pequeña Loli, quien debería estar en su casa tranquilamente, estaba tranquilamente si, fajándose a su novio, Eric, a unos metros de nosotros. Poncho no se había dado cuenta gracias al futbol, pero no sabía cuanto duraría su debate sobre grandes delanteros del momento ... lo que si sabía, y hubiera apostado algún órgano vital por ello, era que se armaría una buena si descubría a su hermana en semejante intercambio de favores.

- Annie ... tengo que ir a saludar a alguien – la interrumpí, sin alzar demasiado la voz. Me miró, sorprendida.

- Está bien, les digo que te esperamos ...

- ¡No! - la interrumpí, tratando de mantener la calma -. No es necesario ... solo es un momento, un par de besos, una palmadita en el brazo y poco más ... enseguida vuelvo – le aseguré, echando una mirada furtiva sobre su cabeza. Y ahí seguían ...

- Como quieras Dul – se encogió de hombros -. Nos vemos ahora.

- Si, si, ahora mismo estoy de vuelta – asentí repetidas veces con la cabeza. Supuse que daba la impresión de estar un poco desquiciada.

Siguió a los demás, que por suerte no se habían dado cuenta de que nos habíamos rezagado, mientras yo esquivaba a la multitud, que aumentaba por momentos, hasta llegar a mi destino. Cuando los alcancé estaban fuertemente entrelazados y el le susurraba algo al oído. Supongo que Mai los habría encontrado adorables, sin embargo yo los tenía por dementes ... ¿que no sabían que Poncho estaba a unos metros?

- Hola pareja, siento interrumpir – grité, poniendo una mano en el hombro de Loli para separarla de manera brusca de su amante. Ambos me miraron como si fuera a encerrarla a ella en una torre para siempre.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora