Dulce
Shreck fue a agarrar una silla de ruedas, en lo que yo me adecentaba un poco. Con eso quiero decir que traté de peinarme pero no pude con una mano sola, así que me limité a pasarme un poco de agua por la cara para dejar de estar tan roja. Con escaso éxito, tengo que añadir.
Me senté, ansiosa por llegar. Annie, durante nuestro tiempo de espera, me había dicho dónde estaba ingresado Aarón, así que le di las indicaciones a Shreck, quien se estaba ganando un lugar en el cielo. Luego de ir casi como en un rally y que varias señoras nos gritaran indignadas por nuestra juventud y velocidad, llegamos. Supe cual era la habitación porque había mucha gente frente a ella, Mai apoyada sobre Diego, quien la rodeaba con los brazos, Annie, que hablaba con Diana, la pobre había estado un poco abandonada con tanto accidente por mi parte. Ah, y Giovanni, rezagado en una esquina, junto a su primo, quien había tenido el detalle de hacer acto de presencia. Todos se quedaron callados al verme llegar montada en una silla de ruedas manejada por algo más parecido a un gorila que a un hombre, pero no comentaron nada.
- ¿Cómo está? - quise saber, y no hizo falta especificar a quien me refería.
- No lo sabemos, no ha querido que nadie entrara – respondió Mai, separándose de su novio para venir a mi lado.
- Ni siquiera sus papás – corroboró Annie con un suspiro.
- Además acaba de correr a una enfermera, creo que se quedó sin postre – apostilló Chris. Intentamos sonreír, pero ninguno lo logró.
- ¿Creen que deba intentarlo? - les pregunté, mirándolos uno por uno.
- No sé Dul ... he estado pensando, si Poncho no quiso que vinieras quizás no era por él, a lo mejor solo estaba cumpliendo un deseo de Aarón – trató de explicar Annie. Maite no dijo nada, pero vi en su expresión que estaba de acuerdo.
- Entonces será mejor que me vaya – decidí, notando un nudo en la garganta.
- Creo que es mejor que nos vayamos todos – convino Diego -. Sus papás estarán aquí toda la noche, y si algo se le ofrece pueden avisarnos. Necesita asimilar las cosas.
Al parecer Maite lo había puesto al corriente de la historia de Aarón y Abril, aunque supongo que a grandes rasgos. Desvié la mirada hacia Giovanni, porque entre unas cosas y otras, apenas si habíamos hablado. Y como suponía, estaba hundido, para él no era solo que un amigo estuviera mal, aun encima tenía que ver como Mai se apoyaba en Diego.
- Si, tienes razón, aquí no hacemos nada – suspiró Chris. Ni él parecía tener ganas de bromear.
- Voy a pasarme a ver a Derrick – anunció Diego -. ¿Me acompañas? - le preguntó a Mai.
- Está bien, así de paso pregunto por Poncho – decidió, tomando la mano de su novio. Me miró -. Dul, si lo veo ... ¿quieres que le diga algo de tu parte?
- No, la neta no me apetece verlo ahora mismo – murmuré, dolida.
- Ok ... mañana vendré a verte – me dijo Mai, agachándose para darme un breve abrazo que le correspondí -. Descansa.
- Lo intentaré – respondí con una mueca.
- Bye Dul – se despidió Diego también, revolviéndome ligeramente el pelo al pasar a mi lado.
- Diana, siento todo esto, debes estar hasta el gorro – me lamenté, alzando todo lo que pude la cabeza para mirarla.
- Tranquila ****a, no te preocupes por mi ahora – me consoló, dándome un ligero golpe en el hombro. Aun así me dolió.
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Un Verano para Recordar
Roman d'amourEsta historia es una de las mejores que he leído, y me he leído muchiiiisimas.. La escribió una chica de España que se llama Miri (en el Foro de Univisión su usuario era chukypollito) y es simplemente hermosa, cuenta la historia de amor de Dulce y P...