Capítulo 183 "Habrá más oportunidades."

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Maite


Me detuve tan bruscamente que Diego siguió caminando unos metros hasta darse cuenta de que yo ya no estaba a su lado. Se detuvo también, y echó la mirada hacia atrás, algo desconcertado. Ambos estábamos a unos metros del Tequila. Eran las siete de la tarde y había pasado por mi justo después del ensayo. Y de eso hablábamos ahora.

- No puedo creer que Ramona la haya encerrado en el baño – me indigné, apretando los puños. Él se acercó a mi y me rodeó los hombros con un brazo, mientras caminábamos juntos de nuevo.

- Ya sé, esta vez se ha pasado. Por lo menos tuvo la suerte de que Derrick pasara por allí, pero por lo que me dijo él estaba por tirarse por la ventana ... literalmente – agregó, con tono contrariado.

- ¡Tiene suerte de que no la vea en este momento! - gruñí. Me miró sorprendido. Y si, no solía perder así los estribos, pero había desarrollado un fuerte instinto protector hacia Dul con todo lo que había pasado ese verano, y no quería que nadie la dañara y eso incluía a Ramona cara de mona.

- Lo peor es que Maura estaba que echaba chispas con Dul, cuando ella no tenía culpa – me contó, abriendo la puerta para que yo entrara al Tequila.

Y hablando de Dul, allí estaba paseando entre las mesas, con una charola en la mano. La miré, sorprendida. ¿Qué no había tenido ya turno de mañana?

- Hola – la saludé.

- ¡Hey! - exclamó, deteniéndose a unos pasos de nosotros. Aparentemente no había nada raro en ella, si no la conocías bien. Pero yo había convivido durante casi dieciocho años con Dul, sabía perfectamente cuando había algo raro en su estado de ánimo. Como en ese momento.

- Diego me contó lo del ensayo ... - él, a mi lado, asintió -. Imagino que te llevará el demonio, pero ya le encargué vigilarte el día de la obra, no volverá a pasar – le aseguré.

- Te haré m...e..a..r con la puerta abierta para no perderte de vista – asintió, sonriendo ligeramente.

Dulce trató de devolverle la sonrisa, pero fue un gesto amargo y forzado, más que una sonrisa.

- No será necesario, gracias – apretó los labios, como conteniéndose.

- ¿No estarás pensando en partirle la cara? Acuérdate de que también sale en la obra – le recordó Diego, algo preocupado. Todos sabíamos de que pie cojeaba Dul, y era bastante capaz de arrancarle la cabeza en un ataque de ira.

- No, tranquilo ... - negó, con gesto serio -. Simplemente no habrá obra.

- ¿Por qué no? - preguntamos a la vez. Dul fijó su mirada en Diego.

- Maura no comentó nada, ¿no?

- ¿Sobre qué?

- Había un hombre junto a ella hoy en el ensayo – y a pesar de que Dul no había estado presente, era una afirmación y no una pregunta. Diego afirmó con la cabeza, sorprendido -. Era un amigo de Maura ... un cazatalentos, por decirle de alguna forma – dijo cada una de las palabras con una frialdad pasmosa.

Yo parpadeé varias veces, tratando de procesar lo que me estaba diciendo. Una idea empezaba a tomar forma en mi mente, pero era demasiado desastre para ser cierto.

- No – exhalé, conteniéndome para no abrazarla.

- Era tu oportunidad – materializó Diego mis pensamientos. Estaba segura de que ni se sentía mal por no ser incluido en los planes de Maura, para él la música siempre había sido lo importante ... el teatro era un modo de estar fuera de casa con sus amigos, que era lo que más le gustaba en el mundo. No era como Dul, para quien la actuación lo era todo.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora