Poncho
Me detuve a tiempo para evitar una colisión frontal con Aarón, en la que, claramente, teniendo en cuenta la masa muscular de ambos, yo saldría perjudicado. Acababa de dejar el Tequila, pues era la hora en la que todo el mundo salía de trabajar para tomar un aperitivo antes de la comida, y era misión imposible para Dul dedicarme medio minuto. Y tampoco es que me hiciera mucha gracia ver como cuarentones babosos la escaneaban sin pestañear. Odiaba que la trataran como un objeto que solo valía por sus curvas. Dul era mucho más que un culo bonito. Esperaba que ese pensamiento tan "romántico" no saliera nunca de mi boca, o me traería muchos problemas.
Aarón, por su parte, me miró con menos cariño que el que los viejos le dedicaban a Dul.
- Entiendo que esperabas escaparte de mi – suspiré, cruzándome de brazos.
- La esperanza es lo último que se pierde amigo mío – y aunque el tono era de broma, la intención estaba clara.
- Tranquilo, no voy a martirizarte con lo de siempre – y la palabra clave fue dicha con retintín.
- No sé si creer tus promesas – se hizo el digno.
- No seas melodramático – bufé, poniendo los ojos en blanco de pura exasperación -. Me recuerdas a una de esas pobres chicas a las que juras amor eterno para meterte en sus camas.
Me di una palmada mental en la espalda. Ese fue un buen golpe.
- Está bien ... por cierto, ¿has hablado con Karla?
- Yo ... - y tanto que había hablado con Karla -, si, ¿por?
- Me la encontré en la frutería toda alborotada porque tenía algo muy importante que hablar contigo ... le dije que no sabía dónde estabas, pero intuyo que no era muy difícil localizarte. Buscar a Dul y punto.
- Gracias por lo de perrito faldero – me molesté -. Y si, al final me encontró.
- ¿Qué quería?
- Saber si la acompañaría a una fiesta en la playa que hay mañana – suspiré. Benditas fiestas en la playa.
- ¿Y sigue viva? - fingió escandalizarse.
- Si dependiera de Dul, no.
- Pelea ... lástima del barro, por lo demás hubiera estado bien verla – suspiró. Empecé a sospechar que el espíritu de Chris hubiera poseído su cuerpo.
- Puedes ir a comentárselo a Dul, pero espero que no le tengas especial aprecio a tus dientes ...
- Aunque no lo creas me hacen buen servicio, así que me guardaré mis ideas, al menos de momento – decidió, poniendo cara de interesante.
- Sabia decisión – asentí -. Y tú qué, ¿vas a la fiesta de la playa?
- Un acontecimiento en Ikal sin mi, no es acontecimiento – dijo con fingido tono remilgado. En el fondo no se creía tan importante y yo lo sabía.
- Para que preguntaré – suspiré, resignado -. ¿Y hay alguna afortunada que vaya a gozar de tu atención especial? - quise saber, con retintín. A ser pedantes podíamos jugar los dos.
- Creo que hay una mesera muy guapa ahí dentro y no tiene novio que se sepa, tenía pensado intentarlo – se burló. Y aunque sabía que lo decía de broma, de manera inconsciente, mis puños se tensaron.
Quizás en cierta forma no olvidaba que, aunque nunca habían llegado a nada serio, sus coqueteos eran una constante en nuestro día a día, y a ninguno se nos escapaba que tenían una relación un tanto especial. No habíamos convivido mucho con él después de haber empezado a ... lo que fuera que estábamos haciendo, debido a las circunstancias, pero mentiría si dijera que no me preocupaba que siguieran esas sesiones de risita por aquí y comentario insidioso por allá.
ESTÁS LEYENDO
Un Verano para Recordar
RomanceEsta historia es una de las mejores que he leído, y me he leído muchiiiisimas.. La escribió una chica de España que se llama Miri (en el Foro de Univisión su usuario era chukypollito) y es simplemente hermosa, cuenta la historia de amor de Dulce y P...