Poncho
Al fin llegué a donde me había dicho Chris que podrían estar. Y no se había equivocado. Después de esquivar a un grupo bastante numeroso de borrachos, perderme al meterme en una habitación que no era y alcanzar el bendito pasillo que llevaba al balcón de la discordia, allí estaban reunidos todos... menos Dul. ¿Dónde demonios se había metido? Después de partirle la cara a Aarón tendría que hablar con ella. Bueno, más bien partirle lo que le quedase de cara, pues parecía que la wera se me iba adelantar de un momento a otro.
- ¡Poncho! ¡Qué bueno que estás aquí! - exclamó Ximena con alivio. Pero luego cambió completamente de registro. Sobra decir que no entendí nada -. Quiero decir... ¡AH! ¡CON QUE AHÍ ESTABAS MALDITO *******! - se mostró totalmente indignada.
- ¿Qué? - logré articular. ¿Por qué me insultaba? ¿Es que todas las mujeres de esa fiesta se habían vuelto locas o qué?
- Ya... ya me has oído – insistió, dirigiéndose a mi con paso decidido. Cuando quedamos separados apenas un paso y nadie más podía ver su expresión, Ximena vocalizó "Sígueme el rollo" o algo así.
Había algo que yo me estaba perdiendo casi seguro por la cautela con la que Annie nos observaba. Aarón, sin embargo, parecía divertido. Ya había comprobado yo lo bien que se lo estaba pasando esa noche.
- ¿Qué hice? - pregunté, alzando los hombros confundido.
Como respuesta recibí una contundente cachetada que casi me hace perder el equilibrio. Quien hubiera imaginado que estaba tan fuerte la condenada.
- ¡No te hagas! ¡Ya me he enterado de lo de Angelique! ¡Quédate con esa wera oxigenada, cerdo!
Y se fue con la nariz alzada, muy digna ella. Ni siquiera me hacía falta fingir que estaba estupefacto por lo que acababa de ocurrir, porque realmente lo estaba.
- ¿Qué haces ahí parado tarado? ¡Ve por ella! – me ordenó la wera.
Quise objetar algo, pero antes de que pudiera siquiera reaccionar, Annie me había agarrado por la playera y me había aventado fuera del balcón donde los había encontrado. Apenas si conseguí mantener el equilibrio y no caerme, cuando alguien me interceptó por la parte delantera de la misma playera y me arrastraba por el mismo pasillo por el que había llegado.
- De veras que eres lento entendiendo las cosas eh Ponchito – se exasperó Ximena, sin soltarme.
- ¿Se puede saber que demonios pasa? - le espeté, deteniéndome súbitamente. Mientras le soltaba la mano de mi playera, me miró impaciente.
- ¡De todo! ¿Esto es un pueblo o un manicomio, eh? ¡Dime! - se exaltó, jalándome de la playera de nuevo. Me la saqué de encima sin mucha delicadeza, otra vez.
- Mira, yo tengo que encontrar a Dul y decirle hasta de lo que se va a morir, luego...
- ¡AY NO! - me interrumpió con un gemido, llevándose las manos a la cara.
- ¿Qué pasa? - me extrañé.
- Perdí a Dul – se limitó a contestar.
- ¿Cómo que la perdiste?
- Es que eso era lo que te quería explicar – se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja y me miró con cara de circunstancias, con los gritos de Annie y Aarón amenizando nuestra pequeña charla.
- Habla.
- Ok. Luego de un rato que tú y Aarón se llevaron a Dul a no sé donde para que se tranquilizara, Aarón volvió con ella en brazos y se la trajo a este balcón. Luego vino a buscarme porque se había cortado con no sé que y le dolía – torcí el gesto al recordar las circunstancias de tal accidente -, y cuando llegué se me aventó encima llorando, disque lo sentía mucho por mis cuernos.
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Un Verano para Recordar
RomanceEsta historia es una de las mejores que he leído, y me he leído muchiiiisimas.. La escribió una chica de España que se llama Miri (en el Foro de Univisión su usuario era chukypollito) y es simplemente hermosa, cuenta la historia de amor de Dulce y P...