Capítulo 148-2 "Amnésica"

264 15 0
                                    

Maite


Andrea llegó más o menos a media mañana.

Algunos como Diana, Diego y Ximena se habían ido para darse una ducha y descansar un poco. Incluso habían convencido a Poncho para que hiciera lo mismo una vez salió de la habitación, a lo que accedió de mala gana y solo porque tenía que contarle a su madre en primera persona lo que había ocurrido para que no le diera un infarto del susto. Yo no podía, tenía que hablar con ella y sentía que no podía esperar. Tan pronto se despertara me metería en la habitación y ya podía venir toda la seguridad del hospital tratar de echarme, que ni así lo conseguirían. O al menos no lo conseguirían sin que yo opusiera resistencia. Annie, sentada en la silla de al lado, dormitaba, con su abundante melena cubriéndole completamente el rostro. Supongo que en otras circunstancias le habría sacado una foto, pero no estaba de humor.

Hablando de gente que no estaba de humor, Andrea se paró justo frente a mi, despeinada, con cara de no haber dormido en años y acompañada de un señor de aspecto peculiar con cara de preocupación. No se me pasó por la cabeza ni preguntar quien era. Lo que me salió fue aventarme a ella y abrazarme. Ni siquiera se me ocurrió la posibilidad de que no quisiera ni verme, pues de seguro Dul le había contado como estaban las cosas entre nosotras. Pero en cierta forma, deseaba hacerle entender cuanto sentía lo que había pasado.

Para mi sorpresa, me abrazó con la misma intensidad.

Me separó, con expresión tranquila pero los ojos completamente empañados. Le tomé una mano. Nunca se había parecido tanto a una abuelita convencional y menos a la mujer vital y descarada a la que estábamos acostumbrados.

- Tranquila, nos han dicho que está bien – dije con voz suave -. Cuando Poncho se fue se había quedado dormida, supongo que en un rato se despertará y podremos pasar a verla.

- Gracias – susurró, tratando de controlar su expresión. Dirigió una mirada a Annie, quien había sucumbido finalmente al sueño -. Deben de haber tenido una noche muy larga. Puedes irte si quieres, yo me quedo, y mi hija también está, la he visto en la cafetería antes de venir.

- No – negué rotundamente -, quiero hablar con ella.

Suspiró mientras cerraba momentáneamente los ojos. Cuando los abrió de nuevo, solo pude ver comprensión.

- Tengo una versión de lo que ha pasado entre ustedes – me removí, algo incómoda -, no voy a juzgarte, debería oír las dos partes para eso ... además sé que Dul puede tener un carácter un poco ... difícil, a veces.

- Puede, pero esta vez la culpa es mía.

- Eso no lo sé. Lo que si sé es que tienen la oportunidad de arreglarlo. Lo que ha pasado ayer ha quedado en un susto por suerte, pero debería darles una lección muy importante a las dos.

- Ya. A uno le parece que por ser joven tiene todo el tiempo del mundo pero ...

- No, no, tampoco quiero traumarte chamaca – aclaró, esbozando una ligera sonrisa -. Solo, haz las cosas bien, ¿ok? Y no le hagas caso si se pone un poco difícil. Te aseguro que está deseando hacerse de rogar, pero también hacer las paces.

- Eso espero.

Ahí quedó la cosa. Andrea, seguida por el señor raro, quien se despidió de mi con una extraña floritura con el sombrero de dandy que llevaba. Seguro que era su novio. Hacían buena pareja, desprendían al mismo tiempo excentricidad y amabilidad.

Volví a sentarme, pensativa. "Lo que había pasado ayer ..." pero realmente, ¿qué había pasado? Recordaba perfectamente haber visto a Dul en la fiesta, sobre todo por la mirada claramente confundida que nos dedicó tanto a mi como a Diana cuando nos vio platicar. Si, también yo misma pensaba en ese momento "quien nos ha visto y quien nos ve", pero minutos después, ya no estaba. Luego no sé muy bien como aparecen Abril, Aarón, Giovanni y Derrick en escena. Giovanni y Derrick se dedican a mirarse todo el tiempo y las miradas de Derrick son más asesinas que de costumbre y Aarón no se aparece por allá, aunque es uno de los amigos de Dul y según Annie, había peligro de que pudieran ser mucho más. Yo estaba en mi momento "Team Poncho" digamos, así que no estaba muy de acuerdo con eso, lo que no le quitaba lo raro a la cosa. ¿Qué habría pasado? Evidentemente tras el sustazo inicial no me había puesto a hacer preguntas porque ni tenía cabeza para eso, pero una vez pasado el peligro, quizás fuera hora de investigar un poco. Y lo mejor era investigar de la fuente más fiable... Dul.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora