Capitulo 35

408 19 4
                                    

Después de mucho debatir y sobre todo de muchos gritos, conseguimos ponernos de acuerdo y acordamos cenar en la playa. Como las provisiones que habíamos llevado no habían sido suficientes (pues uno nunca sabe la capacidad que puede alcanzar el estómago de Giovanni), Aarón y Annie fueron en el coche de ella a buscar algo de comida, pero todos nos dimos cuenta de que ya habían empezado a cenar por el camino, más que nada por la cara de felicidad que tenían al regresar. La cena en general fue bien, estábamos solos en la playa, por lo que nadie se molestaba por nuestro alboroto y si no hubiera sido por la presencia de Angelique, que, por lo menos a mí, me resultaba un poco incómoda, todo hubiera sido perfecto.

Pero estaba seguro de que si alguien se sentía todavía más incómoda por la presencia de Angelique esa era sin ninguna duda Dul, quien de vez en cuando la miraba con el ceño fruncido o con desdén, según fuera el comentario de Angelique que no le gustaba. Aún así, yo estaba tan contento por el rechazo que había sufrido Aarón que ni siquiera Angelique podía echarme a perder la noche.

A decir verdad, Aarón no parecía demasiado herido por esta circunstancia, trataba a Dul con total normalidad, lo mismo que ella a él, para mi sorpresa. Mejor, tampoco me hubiera gustado que las cosas en el grupo se torcieran por los caprichitos de Aarón. Me dí cuenta de que Maite también los miraba, pero al contrario que yo, ella no se veía nada contenta, era como si temiera que de un momento a otro empezasen a aventarse cuchillos el uno al otro.

Por otro lado y en un ataque de madurez por mi parte, había sabido como comportarme con Dul, no como aquella vez que la dejé de lado porque me daba miedo acercarme a ella debido a una reacción fisiológica inesperada que había tenido, en esta ocasión había decidido no hacer nada al respecto hasta que no lo hubiera reflexionado lo suficiente como para estar seguro de lo que sentía, por nada del mundo volvería a arriesgar mi relación con Dul, aunque no tuviera realmente claro cuales eran mis sentimientos hacia ella en ese momento, sabía que no quería perderla por nada del mundo.

Oigan chavos, ¿y han sabido algo de Chris? - irrumpió en mi mente la voz de Annie, haciendo que me olvidara momentáneamente de Dul y Aarón.

No desde que salió en la tele por lo de la Paris Hilton – contestó Giovanni encogiéndose de hombros, como si lo que había hecho su primo fuese lo más normal del mundo.

¿Qué de Paris Hilton? - se sorprendió la wera.

Nada, le toqueteó las pompas o algo así – volvió a decir con el mismo tono discipliente.

Ah... - dio por toda respuesta Annie. Seguramente pensó que si a su primo no le preocupaba que fuera un acosador de famosas, a ella menos.

Yo hablé con él hace algo así como un mes, y por aquel entonces si tenía pensado venir – añadí yo.

Espero que este año se controle, recuerdo que el verano pasado lo tuve todo el día atrás de mi como mi perrito faldero – bufó Annie apartándose el pelo hacia la espalda.

Ay wera, ¿por qué tanto drama si te encanta que ande atrás de ti? - le dijo Dul con tono insinuante.

Tampoco tanto... además tu ni hables porque ya vi que el chavito ese... el tal Bobby, guey, solo le falta hacerte un busto – exageró Annie haciendo que yo frunciera el ceño. Me gustaba tanto Bobby como una patada en la entrepierna con uno de esos zapatos tan puntiagudos que la wera solía llevar.

Si el busto ya lo trae ella, y muy buen puesto además – se rió Giovanni mirando a Dul, aunque no precisamente a los ojos.

¡NO SEAS PELADO! - dio tremendo grito Mai y a continuación le dio una serie de zapes, mientras Dul le aventaba una servilleta y yo otra.

Un Verano para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora