Narra David de María
–Danos unos diez minutos y nos vemos en la calle afuera del hotel – Pedí a mi madre y corté la llamada.
Alondra me miraba un poco extrañada sin soltarse de mi abrazo, poco a poco nos separamos y le pasé su ropa para que se vistiera. Tomé mi ropa e hice lo mismo y termine de vestirme, acomodé todo en la mochila, una vez que Alondra estuvo lista, bajamos a reunirnos con mi madre quién ya nos esperaba afuera del hotel. Llevé a Alondra al auto con mi madre y volví únicamente a entregar la tarjeta de la habitación, enseguida salí, para reunirme con ellas.
–Listo madre, ahora si podemos irnos. Muchas gracias por pasar por nosotros – Dije apenas me subí al auto.
–Hijo supongo que no le alcanzaste a decir nada aún a Alondra – Afirmó mi madre.
–Supones bien madre. No le he dicho nada a Alondra aún, pero prefiero que nos vayamos y le iré contando en el camino.
–David, ¿Qué está pasando amor? Me estoy poniendo nerviosa – Me preguntó Alondra asustada – Me da miedo no saber las cosas.
Mi novia era muy nerviosa, se notaba a leguas que no le gustaba que le ocultáramos las cosas.
–Alondra, mi amor. Te lo contaré todo y te pido por favor que no te asustes, ¿Confías en mí? – Pregunté mirándola a los ojos – Sí es así, no tienes nada que temer, estás conmigo y nada te pasara.
–Sí David. Confío en ti.
–Entonces hagamos algo, vamos a relajarnos. ¿Te mareas en carretera, mi princesa? – Le pregunté con ternura.
–No mi amor. Para nada.
–Perfecto, disfrutaremos entonces nuestro primer viaje, juntos. Hoy cumplimos un mes oficialmente de novios – Le dije a ella y seguido de eso, la besé muy dulcemente – Feliz primer mes mi princesa, espero que lo disfrutes.
–Feliz primer mes mi príncipe – Respondió ella emocionada y me abrazó – claro que lo estoy disfrutando, te amo David.
–Yo te amo más, preciosa.
Estábamos derrochando miel, sin importarnos que mi madre nos viera por el retrovisor. Ella puso música y yo abracé a Alondra quién se quedó perdidamente dormida de nuevo entre mis brazos, cuando tomábamos carretera. De pronto yo también comencé a sentir sueño y me dormí con ella. Más tarde cuando desperté, estábamos detenidos en una gasolinera y mi madre no estaba. Me froté los ojos con el fin de despertarme bien y darme cuenta que mi princesa también comenzaba a despertar. La besé tiernamente y ella poco a poco se despertó por completo.
–David, ¿Dónde estamos?, ¿Dónde está Carmen? – Preguntó Alondra preocupada.
–Estamos en una gasolinera mi princesa, es lo único que sé – Respondí riéndome como un tonto.
– ¿Pero en dónde mi amor?, Tengo miedo – Manifestó Alondra asustada.
–Dónde sea que estemos estamos juntos mi princesa. Es lo único que importa y mi madre supongo que ha ido al servicio, no se ve por ningún lado. Quiero que cuando estés conmigo aprendas a reírte y a divertirte hasta de los detalles más simples.
–Claro mi amor, tenlo por seguro pero no es gracioso que Carmen no aparezca y que estemos parados en una gasolinera no sé en dónde – Manifestó Alondra muy nerviosa.
–Tranquila, voy a llamar a mi madre – Saqué mi móvil y cuándo estaba por llamar a mi madre, ella abrió la puerta y entró al auto.
–Carmen, ¿Dónde estabas? Nos has dado un susto de muerte – Cuestionó Alondra a mi madre lo cual me dio mucha risa.
–Alondra, sólo fui a cambiar un billete ahí al minisúper. No tienen pago con tarjeta, no hay sistema o no sé qué sucede. Estaban dormidos y por eso no les avisé, pero ya nos vamos.
– ¿Dónde estamos madre? Sólo sabemos que en una gasolinera – Dije riéndome divertido.
–Así es, pero ya llegamos a Querétaro chicos. Nos hace falta una hora más para llegar a Peña de Bernal. Por cierto, he comprado algunos refrescos y algunas cosas en el minisúper, se los paso por si quieren algo – Nos dijo mi madre.
–Gracias Carmen, yo sí me muero de hambre – Río Alondra divertida.
–Por nada.
Salimos de la gasolinera y mientras Alondra y yo íbamos comiendo botana y tomando refresco, mi madre seguía conduciendo y en ratos nos poníamos a conversar los tres. Así hasta que llegamos a Peña de Bernal y posteriormente a la casa de la amiga de mi madre. Mi madre bajó del auto primero y abrió la casa de su amiga para que pasáramos.
Alondra se quedó sorprendida de ver la hermosa casa estilo colonial de la amiga de mi madre. Al parecer nunca había visto nada parecido, mi madre también lo notó y nos dio un recorrido, a pesar de que yo ya había estado con ella antes ahí. Escogimos Alondra y yo, una recámara y mi madre se quedaría en la de su amiga. Después de eso, decidí que fuéramos Alondra y yo, a lo que se iba a Peña de Bernal a caminar y a recorrer todo.
–Alondra mi amor, vamos a darnos una vuelta ¿Qué dices mi princesa?
–David, tengo mucha tarea para el lunes – Respondió ella abatida.
–Yo también, pero es nuestro primer viaje juntos y no es para quedarnos encerrados en casa, ¿Me acompañas preciosa? – Volví a preguntarle.
–Sí mi amor, te acompaño. Es más dile a Carmen, que venga con nosotros.
–Yo no puedo ir con ustedes chicos – Intervino mi madre – He quedado con una amiga, pero les dejo una copia de las llaves por si vuelven antes. Que se diviertan.
–Gracias madre, igual tú.
Mi madre salió en el auto para reunirse con su amiga. Alondra y yo salimos enseguida a recorrer las calles de Peña de Bernal caminando y ella miraba todo cómo alguien que salía por primera vez de su ciudad de origen.
–Alondra mi amor, ¿Miras eso que está allá? – Dije refiriéndome a la peña.
–Es una montaña enorme – Respondió ella sorprendida - ¿Se puede subir?
–Sí se puede subir, ¿Quieres que vayamos, mi princesa?
–Claro que sí David, llévame – Me dijo muy emocionada, lo cual me encantó de ella.
–Te llevo a dónde sueñes tú, mi hermosa Alondra.
–Contigo sueño despierta todo el tiempo, David.
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Mi Consentida
RomanceAlondra ha sido mía desde el primer momento que la vi, los libros hablan sobre chispas en el aire, cuando se encuentran dos almas gemelas, lo nuestro fueron luces de bengalas, luminosas, mostrándonos lo peligroso que podemos ser si nos acercamos lo...